Salud mental

Demanda histórica por la adicción digital de los jóvenes

Nueva York acusa a las grandes técnológicas de enriquecerse manipulando su atención

Nueva York ha iniciado una cruzada contra las plataformas digitales
Nueva York ha iniciado una cruzada contra las plataformas digitalesFREEPIKLA RAZÓN

A Nueva York se le ha acabado la paciencia. Después de años lanzando advertencias, la ciudad pasa a la acción y lleva su cruzada contra las plataformas digitales al terreno judicial. La Gran Manzana ha presentado una demanda contra los más importantes gigantes tecnológicos por fomentar la adicción digital. En su escrito judicial de 327 páginas acusa tajantemente a Facebook, Instagram y su empresa matriz Meta, Google, Snapchat, Tik Tok (de ByteDance) y YouTube (Google) de «crear un sistema pensado para atrapar la atención de los menores a cualquier precio». Este paso judicial histórico podría abrir una puerta a que las plataformas comiencen a responder legalmente por el impacto que tienen en los jóvenes.

En el otro lado, las empresas demandadas defienden su inocencia. Tik Tok saca pecho por su control parental y límites de tiempo para el uso de su red social, insistiendo en que la protección de los jóvenes usuarios es una prioridad. Google se desmarca del resto de plataformas asegurando que se está malinterpretando el funcionamiento de YouTube, ha dicho su portavoz José Catañeda en un comunicado en el que resalta que las acusaciones «simplemente no son ciertas»; y Meta agita su arsenal de 30 herramientas de seguridad, recordando que lleva más de una década trabajando para que los jóvenes puedan navegar por su red «sin riesgos». Por su parte, Snapchat se desliga del modelo clásico, presumiendo de que su plataforma «se diseñó intencionalmente para diferenciarse de las redes sociales tradicionales» con el objetivo de favorecer las conversaciones entre amigos cercanos. Defiende que la aplicación no vende dopamina porque «se abre directamente en una cámara, en lugar de una fuente de contenido que fomenta el desplazamiento pasivo, y no cuenta con los tradicionales ‘‘me gusta’’ ni comentarios públicos», subraya su portavoz.

Sin embargo, el ayuntamiento neoyorquino, junto al Departamento de Educación y la Corporación de Salud y Hospitales de la ciudad que también se han sumado a la demanda, no lo ve igual. Recrimina a los demandados que estén agravando una crisis de «salud mental juvenil» que alcanza niveles preocupantes, incitando a los jóvenes a interactuar cada vez más con las redes sociales (RR SS) a costa de salud mental, y «con mínima supervisión parental», violando varias leyes municipales relacionadas con la alteración del orden público y negligencia grave diseñando y comercializando productos adictivos. El documento judicial no se anda con rodeos y defiende que estas empresas «han provocado depresión, ansiedad, trastornos alimentarios, autolesiones y tendencias suicidas entre miles de niños, incluyendo jóvenes de la comunidad de los demandantes de Nueva York», quienes merecen una respuesta porque «los demandados han creado una auténtica crisis nacional».

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El actual alcalde de Nueva York, Eric Adams, hace ya tiempo que comenzó a alertar sobre el impacto de las RR SS en los jóvenes. El año pasado la ciudad aprobó la ley SAFE for Kids, que restringe el contenido al que los usuarios menores de 18 años pueden acceder en sus RR SS y establece unos horarios para usar las plataformas (prohibiendo enviar notificaciones a los menores entre la media noche y las 6 am sin el consentimiento de sus progenitores), además de poner límites a la publicidad que pueden recibir en sus cuentas. El objetivo era frenar lo máximo posible las funciones adictivas de las redes, evitando que los algoritmos cumplan su función enviando contenido pensado para «enganchar» a los usuarios. Las multas por no acatar estas normas rondan los 5.000 dólares por infracción (más de 4.200 euros).

En el resto del país también hace tiempo que se están tomando muy en serio las consecuencias digitales. La polémica incluso llegó al Congreso el año pasado, donde demócratas y republicanos debatieron varios días acerca seguridad de las plataformas. Los legisladores pudieron incluso interrogar a los directores ejecutivos de las empresas más destacadas. Por el hemiciclo pasó el director de Meta, Mark Zuckerberg, quien se disculpó públicamente con los familiares que habían perdido a sus hijos o algún menor en la familia por causas relacionadas con las redes sociales. «Lamento todo lo que han pasado», dijo entonces en plena sala dirigiéndose a ellos directamente, «nadie debería de pasar por las cosas que han sufrido sus familiares». De manera voluntaria también se sentó frente a ellos Shou Zi Chew, propietario de TikTok, sus palabras calaron entre los asistentes: «Como padre de tres niños pequeños, sé que los temas que estamos discutiendo hoy son horribles y la pesadilla de todo padre», aseguró antes de reconocer que sus hijos no utilizan la plataforma.

Esta nueva demanda podría convertirse en un punto de inflexión en todo el país, donde cada estado está librando ya su propia batalla contra el uso de las plataformas digitales. En los dos últimos años se han aprobado numerosas leyes a nivel nacional para vigilar su funcionamiento, pero mientras la justicia avanza lentamente a golpe de querella, la tecnología corre a gran velocidad, por lo que la tarea no es fácil. A principios del 2025, alrededor del 72,5% de la población estadounidense (246 millones de personas) utilizaba las RR SS, con el mayor número de usuarios entre los 24 y 34 años.

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