HTLV-1
El desconocido virus que produce tanto leucemia como enfermedad neurológica
Aunque su infección es poco frecuente, su incidencia ha subido en los últimos años en nuestro país
Se llama virus linfotrópico T humano tipo 1 (HTLV-1, por sus siglas en inglés). Aunque se trata de una infección poco frecuente, en los últimos años han aumentado los casos descritos en nuestro país.
En el mundo se estima que hay unos 15 millones de personas con HTLV-1, y tal y como señala Vicente Soriano, vicedecano de Investigación de la Facultad de Salud de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), «ha ido adquiriendo importancia en los países de Europa occidental y Estados Unidos debido a los movimientos migratorios de personas entre diferentes continentes».
Descubierto en 1980, el HTLV-1 fue el primer retrovirus oncógeno humano conocido y su contagio puede producir dos patologías: un cáncer de la sangre denominado leucemia/linfoma de células T del adulto, y desarrolla también una mielopatía denominada paraparesia espástica tropical o mielopatía, una enfermedad neurológica que produce pérdida de fuerza en las piernas, entre otros síntomas.
Aunque «solo el 10% de las personas infectadas con él desarrollan estas enfermedades, el problema es que no hay fármacos para tratarlos ni vacunas para prevenir el contagio», subraya Soriano.
Aunque muchas personas no desarrollen las enfermedades asociadas al HTLV-1, sí pueden contagiar a otras con el virus. «En España hay un registro de HTLV-1 desde el año 1989. Desde entonces han sido notificados 451 casos. El 67% de las personas infectadas son de América Latina y el 12% de África Subsahariana, lugares donde este virus es endémico», explica Soriano, quien fue el director de la reunión.
El diagnóstico
De todo ello se habló en un encuentro celebrado recientemente en el Colegio de Médicos de Madrid, que reunió la Red Europea de Investigación en Infección por HTLV-1, y a la que asistieron más de cien integrantes del grupo procedentes de diferentes centros de investigación y hospitales de toda Europa y Estados Unidos.
En ella los expertos alertaron de que se trata de una pandemia silenciosa: «Hablamos de una pandemia porque está presente en todos los continentes, y silenciosa porque hay muy poca información tanto entre la población como entre los médicos y, como consecuencia, no se detecta y pasa inadvertido».
Por eso, entre las principales recomendaciones de esta reunión bienal se propuso generalizar el «screening», fundamentalmente expandiéndolo a dos grupos poblacionales: a los pacientes con infecciones de transmisión sexual y a las mujeres embarazadas.
Y es que este virus se transmite por contacto sexual, consumo de drogas recreativas inyectadas, contacto con sangre o mediante la lactancia.
«En el primer caso podríamos identificar más casos de infección por HTLV-1, dado que la vía sexual es la principal vía de contagio. En el segundo caso, para evitar que se transmita el HTLV-1 al bebé a través de la leche materna, que es otra de las formas y que tiene una solución tan sencilla como no dar el pecho al recién nacido. Es una medida muy eficaz con un elevado coste-beneficio», apunta el experto.
Por ahora, estas pruebas de detección de anti-HTLV solo se hacen en algunas ocasiones: en personas que provienen de países donde el HTVL-1 es endémico y a los donantes de órganos para trasplante, concluye Soriano.
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