Viajar

Dubái, el séptimo destino adaptado a personas con autismo

►En Europa no existen ciudades enteras con el certificado internacional Ibcces, aunque sí espacios amigables. ¿Por qué es necesario?

Más de 15 atracciones han obtenido el sello, así como más de 300 hoteles de Dubái
Más de 15 atracciones han obtenido el sello, así como más de 300 hoteles de DubáiCEDIDAS POR EL DEPARTAMENTO DE ECONOMÍA Y TURISMO DE DUBÁILA RAZÓN

Uno de cada 100 niños tiene autismo a nivel global, según la Organización Mundial de la Salud. En España, se estima una prevalencia similar de personas con Trastorno del Espectro Autista, lo que se traduce en más de 500.000 personas con autismo. Sin embargo, no existe ninguna ciudad certificada internacionalmente como destino idóneo para el autismo. En Europa tampoco. Y es que tan solo hay siete destinos acreditados al respecto. El último en lograrlo ha sido, Dubái, que se convierte así en el primer Destino Certificado para el Autismo del hemisferio oriental.

Este aval, Certified Autism Destination (CAD), otorgado por la Junta Internacional de Acreditación y Normas de Educación Continua (Ibcces), fue liderado por el Departamento de Economía y Turismo de Dubái.

El CAD requiere que una gran cantidad de empresas del sector hotelero, recreativo y del entretenimiento completen la certificación y se comprometan a brindar apoyo continuo a los visitantes con autismo y necesidades sensoriales. Así, en este caso, más de 70.000 personas han recibido formación al respecto, más de 300 hoteles han participado en el proceso de formación y certificación, garantizando estancias cómodas e inclusivas para estos huéspedes y más de 15 atracciones han obtenido el sello, además de playas y parques. A ello se suma que Emirates ha logrado un hito histórico al convertirse en la primera aerolínea certificada para el autismo del mundo.

«Una de cada seis personas tiene una necesidad o sensibilidad sensorial. Para las personas autistas y sus familias, viajar puede resultar abrumador debido a la falta de información, la escasa concienciación del personal y los entornos impredecibles. La certificación Ibcces ayuda a eliminar estas barreras al garantizar: personal capacitado y comprensivo que pueda proporcionar el apoyo adecuado; acceso a guías sensoriales; disponibilidad de espacias tranquilos o áreas designadas con bajo nivel de estímulos, y coherencia en todos los recintos, lo que garantiza a las familias que sus necesidades serán comprendidas durante toda su visita», explican desde la organización Ibcces.

Una de cada seis personas tiene sensibilidad sensorial
Una de cada seis personas tiene sensibilidad sensorialCEDIDAS POR EL DEPARTAMENTO DE ECONOMÍA Y TURISMO DE DUBÁILA RAZÓN

Es decir, este aval con el que cuenta Dubái, Al-Madinah al-Munawwarah (Arabia Saudí), Greater Palm Springs, Mesa, High Point, Traverse City y Visalia (EE UU), según los datos facilitados por Ibcces, permite a las familias viajar con mayor seguridad y comodidad.

Pero, ¿es importante? Ya sean ciudades con este certificado, como hoteles, restaurantes o parques con el sello «autism-friendly», «conlleva que tengan apoyos visuales, materiales accesibles, diseño sensorialmente respetuoso y personal formado facilita la inclusión, reduce barreras y proporciona tranquilidad a las familias», destaca Benedicto Crespo, académico de número de Psiquiatría de la Real Academia Nacional de Medicina de España (Ranme) y catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Sevilla.

«Estas iniciativas no solo son una necesidad ética y social, sino también una oportunidad económica para promover el turismo inclusivo», sostiene Crespo, que también es director de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Hospital Universitario Virgen del Rocío e investigador del Cibersam.

Estos espacios, precisa, «están en crecimiento en España», pero «sería deseable establecer un sistema de certificación nacional con criterios y requisitos homologados».

Y es importante porque «los niños con autismo pueden necesitar entornos estructurados, reducción de estímulos sensoriales intensos (ruido, luces, multitudes), apoyos visuales (como pictogramas) y rutinas predecibles», afirma.

Además, debido a sus formas particulares de reaccionar a situaciones nuevas y su estilo de comunicación, es clave anticipar los escenarios y darles comprensión y acompañamiento adecuados. En el caso de los adultos, Crespo explica, que «pueden requerir adaptaciones similares, aunque con mayor enfoque en la autonomía y la comunicación efectiva».

Preguntado sobre si es mejor un tipo de destino u otro, explica que, «generalmente, los lugares menos concurridos son preferibles para evitar la sobrecarga sensorial. Las personas con TEA merecen disfrutar de sus vacaciones tanto como las personas neurotípicas. Pero probablemente necesiten adaptaciones específicas. Por ejemplo, el Parque Gulliver de Valencia es un espacio inclusivo certificado como «autism-friendly».

En cuanto al medio de transporte, para Crespo «el coche ofrece mayor control sobre los estímulos. En caso de viajar en tren, es recomendable elegir horarios de baja ocupación. Y en avión es ideal informar previamente a la compañía aérea sobre las necesidades». Por cierto, varios aeropuertos internacionales han implementado protocolos de asistencia especializada, tarjetas de prioridad y zonas tranquilas para estos pasajeros.

Además, Crespo recomienda «anticipar el viaje mediante historias sociales, llevar objetos familiares, usar auriculares con cancelación de ruido y evitar tiempos de espera prolongados».

Ahora bien, si existe riesgo de crisis sensorial o emocional o si los cambios de rutina no pueden anticiparse o no se disponen de entornos ni apoyos necesarios podría ser mejor no viajar. «Forzar situaciones no adaptadas puede generar malestar e impactos duraderos», recuerda el académico.