Entrevista

«España es una superpotencia mundial en cirugía dermatológica»

«Las indicaciones médicas y estéticas del láser son infinitas», asegura el dermatólogo Jaime Company

Jaime Company, dermatólogo.© Jesús G. Feria.
Jaime Company, dermatólogo.© Jesús G. Feria.Jesús G. FeriaFotógrafos

Es especialista en láser en el Hospital Ramón y Cajal y el Grupo Pedro Jaén, ambos de Madrid. Apasionado de su profesión, bromea con que a los dermatólogos «socialmente nos consideran gente que ve granos y lunares». Sin embargo, es una de las especialidades médicas que más avances ha experimentado en los últimos años en todas las áreas (ya sea en patología inflamatoria u oncológica, o en estética), tanto en el diagnóstico como el tratamiento.

Dermatología es una de las primeras especialidades elegidas de los MIR. ¿Qué ventajas tiene?, ¿por qué es tan demandada?

Para mí, la principal ventaja es que te permite ser un especialista autosuficiente: somos el médico que diagnostica y el que trata. Es una especialidad médico-quirúrgica, y te permite ser muy resolutivo, te puedes dedicar a la parte más médica y ser estrictamente un diagnosticador (que es muy atractivo el poder tener un diagnóstico visual sin pruebas complementarias en muchos casos), o dedicarte a la parte quirúrgica. Y luego está la controversia de que «a esta gente le falta vocación, solo piensa en la privada, en ser rentable»... La Dermatología lleva siendo la primera o segunda especialidad en acabarse desde hace 20 años y es muy atractiva en muchos aspectos. La parte rentable es evidente, pero yo no sabía que la Dermatología no tenía guardias una vez que acabara. Enfermería lo hace mucho mejor que nosotros. Los médicos no sé si es porque nos cuesta más ponernos de acuerdo o es que somos mártires de la medicina, que al final parece que si no trabajas 24 horas de continuo eres un blando o no tienes vocación.

Otra cuestión relevante es que ha sido protagonista de muchos avances. ¿Cuáles destacaría?

Por suerte o desgracia, muchas veces las posibilidades que tenemos en innovación depende del interés de la industria. Y lo que ha pasado en Dermatología, tanto en el campo oncológico como en el de la inflamación, es que ha habido mucha investigación de dianas moleculares. Por ejemplo, en el cáncer de piel, que han permitido abordarlo fuera de las terapias convencionales de quimioterapia. Hemos podido hacer los tratamientos muy selectivos y eso implica menos efectos adversos y más control de la diana concreta que está alterada. Y el ámbito de la inflamación también va por ahí, por apagar vías inflamatorias muy concretas en lugar de dar tratamientos poco selectivos. Entonces, al final, la inmunoterapia o los tratamientos biológicos selectivos han posibilitado tratar de forma muy concreta lo que le pasa a cada enfermedad individual en lugar de tratamientos de amplio espectro. Es lo que ha permitido potenciar el abordaje de enfermedades como la dermatitis atópica o la psoriasis. Los fármacos clásicos que tenemos siguen siendo útiles, pero los tratamientos biológicos o la inmunoterapia han revolucionado el abordaje de estas patologías y logran, en el cáncer, alargar la supervivencia y mejorar calidad de vida. Y en el ámbito inflamatorio ha sido un giro radical: tenemos a los pacientes limpios, sin placas de psoriasis y sin dermatitis atópica.

También la cirugía del cáncer de piel no melanoma ha avanzado muchísimo: se ve enseguida y se trata de forma muy eficiente...

Sí, es que hemos mejorado también en las técnicas diagnósticas y en la detección precoz, y hemos hecho un gran trabajo de prevención primaria, que es que la gente se conciencie de la fotoprotección. Esto ya se empieza a notar. En cuanto a la prevención secundaria, que es la detección precoz del cáncer de piel, hemos mejorado mucho en técnicas diagnósticas, seguimiento de lunares con aparatología muy boyante, una tecnología con unas resoluciones fotográficas tremendas. También la adherencia de los pacientes a los controles de lunares rutinarios, a nivel social yo creo que se ha integrado como un sistema de «screening» más, como en el cáncer de mama o el de colon. Esto hace que, al final, lleguemos a los a los tumores a tiempo y se puedan tratar con cirugía oncológica, incluso con una muy particular que se llama de Mohs. Tanto por diagnóstico como por terapia resolutiva estamos muy a la vanguardia de la cirugía dermatológica a nivel mundial. España es una superpotencia mundial en cirugía dermatológica.

Jaime Company
Jaime CompanyJESÚS G FERIALA RAZÓN

Es especialista en láser dermatológico, una herramienta muy versátil. ¿En qué aplicaciones obtiene mejores resultados?

Aquí hay que discriminar el planeamiento si va a ser más médico o más estético. El láser como tal comenzó con el vascular para tratar las malformaciones capilares de los bebés que nacen con las manchas rojas. Estos láser vasculares han visto como sus indicaciones se han multiplicado porque entendimos que si tenemos algo en la piel rojo es porque hay más hemoglobina y es una fuente de captación del propio láser. Muchas enfermedades de la piel tienen colores rojos, como el acné, la rosácea, enfermedades médicas inflamatorias como el lupus. También tenemos otros láseres, como el de pigmento. Lo más conocido es tratar las manchas solares o los tatuajes, pero hay otras patologías de la piel que tienen componente marrón, que las podemos mejorar, por ejemplo, pigmentaciones después de una cicatriz importante. Y luego tenemos láseres de agua, que son los fraccionados, ablativos o no ablativos, que realmente mejoran la textura de la piel. Una indicación médica muy típica es en los pacientes quemados. Son lo mismo que se usa para rejuvenecimiento: no tensan, pero sí mejora la arruga fina de la piel, el típico código de barras. Las indicaciones médicas y estéticas son infinitas.

Y, de cara a un futuro cercano, ¿cuáles son las aplicaciones más novedosas?

Estamos investigando mucho en la vehiculización de fármacos. Cuando aplicamos una crema en la piel, la penetración es limitada porque en general son moléculas grandes y no pueden actuar en las profundidades de la piel, donde idealmente tendrían que hacerlo. Hay una indicación, que está muy en boga ahora mismo para muchísimas terapias, tanto médicas como estéticas, en cicatrices concretamente, con el láser de agua CO2 fraccionado, que permite hacer unos pequeños canales en la piel y aplicar el producto encima. Eso favorece que este entre donde queremos actuar. Es mucho más efectiva, por ejemplo, en modulación de cicatrices, pero también en algunas terapias oncológicas en las cuales dependemos de una crema, como la terapia fotodinámica, que es para gente con la piel muy machacada por el sol y con queratosis que son lesiones premalignas. Y luego, se están desarrollando láseres con nuevas longitudes de onda. Concretamente, hay una que lleva muy poquitos años, que es específica de la glándula grasa. Capta la glándula sebácea y esto en patologías como el acné o la rosácea es algo que va a ser más efectivo incluso que el láser vascular, porque va dirigido a lo que está pasando, que es el ensanchamiento de la glándula sebácea. Y por último está la radiofrecuencia con agujas. La gente conoce el Indiba, que es el nombre comercial de una radiofrecuencia que se aplica por encima de la piel, pero ahora se están desarrollando mucho sistemas de radiofrecuencia que metes agujas en la piel y actúan ya donde debe. Esto permite tratar pacientes que tienen determinados grados de flacidez, por ejemplo en el ámbito estético, sin pasar por la piel. Y de lo que estamos aprendiendo mucho también es de que a la piel normalmente no le pasa solo una cosa: le pasan muchas habitualmente. Por eso, lo que está siendo una revolución es la sinergia, la combinación, el actuar a diferentes planos en la piel.

Hace poco se hizo «viral» el caso de una «influencer» que se había quemado las piernas con un tratamiento láser. ¿Qué hay que tener en cuenta al someterse a una terapia de este tipo?

Si banalizas los procedimientos láser te pueden pasar cosas, porque al final no hay terapia inocua. Muchas veces ves problemas en algunas clínicas donde el que hace láser no es ni sanitario, o en otras ocasiones el láser es una terapia más, pero no hay gente especializada en ello. ¿Qué tiene que tener en cuenta a un paciente cuando se va a someter a un tratamiento láser que dependa de él? Fundamentalmente, el no ir bronceado, que es el mayor enemigo de los láser (y no es lo mismo ser moreno que estar bronceado). Lo segundo, es ser consecuente cuando te has hecho láser y que no te dé el sol. Si te da es un problema, porque cuando hay una inflamación en la piel en regeneración estimula la pigmentación y pueden ocurecerse las zonas donde has tratado. Entonces, que un médico te haga un buen diagnóstico, que te haga un tratamiento de intensidad ajustada y comprometerte tú con los cuidados de tratamiento que se te pauten es crucial y es lo que hace que un tratamiento láser sea seguro.