Opinión

Una farmacia fuerte para una Unión Europea saludable

Esperamos que estas elecciones europeas tengan en cuenta que la salud debe ser una prioridad en la agenda de la UE

Persona mayor comprando medicamentos en una farmacia
Una persona recibe el consejo médico de su farmacéuticoEuropaPressEuropa Press

Dentro de pocos días acudiremos a las urnas para elegir al nuevo Parlamento Europeo. Echar la vista atrás y recordar la última vez que hicimos ese gesto se antoja, como mínimo, extraño. La Unión Europea (UE) y la sanidad de aquel mayo de 2019 tienen muy poco que ver con la que hoy enfrentamos. O mejor dicho, la UE y la sanidad que creíamos necesitar en aquel entonces tienen muy poco que ver con la que hoy sabemos que vamos a necesitar.

La pandemia de covid que convulsionó el mundo en 2020 evidenció debilidades estructurales de la UE, de los sistemas sanitarios y de nuestra propia lista de prioridades. Pero también afloró el enorme potencial de profesiones como la farmacéutica para fortalecer los sistemas sanitarios, realizar prevención y vigilancia epidemiológica y llegar en condiciones de equidad a todos los ciudadanos. Y, sobre todo, nos recordó el beneficio de devolver la sanidad al lugar que merece tener en la agenda política.

Y es precisamente sobre esas enseñanzas de esa gran crisis sanitaria sobre las que nos gustaría que se cimentase la necesaria transformación de la UE. Un cambio que debe servir para capacitar a los sistemas sanitarios para afrontar retos que tienen mucho recorrido de futuro pero que están ya presentes en nuestro día a día, como la amenaza de nuevas pandemias, los desabastecimientos de medicamentos, la inteligencia artificial y la digitalización, el envejecimiento de la población, la inequidad o la falta de profesionales sanitarios.

Esperamos que estas elecciones europeas tengan en cuenta que la salud debe ser una prioridad en la agenda de la UE y materialicen esa voluntad en su estructura dedicando expresamente a la sanidad una comisión parlamentaria y un miembro del Colegio de Comisarios específico, lo que agilizaría la tramitación y puesta en marcha de iniciativas sanitarias.

Además, es necesario construir un espacio europeo de datos sanitarios seguro y eficaz, y para ello esperamos que se cuente con las organizaciones de profesionales sanitarios, que son quienes pueden garantizar el acceso adecuado, el uso correcto y la calidad de los datos sanitarios en beneficio de la seguridad de los pacientes. En este sentido, es especialmente importante garantizar la interoperabilidad de los historiales clínicos digitales cumpliendo el formato europeo y respetando, en la medida de lo posible, estructuras existentes como el sistema de receta electrónica privada.

Otro de los desafíos más importantes que afrontamos es la garantía de acceso a los tratamientos en condiciones de igualdad y equidad en un contexto de crecientes problemas de suministro de medicamentos. Aunque la solución a esta circunstancia no es única, gran parte de los problemas a los que se enfrentan los pacientes se solventarían si se facilitase la sustitución de medicamentos por el farmacéutico y se mejorase la capacidad de predicción de los desabastecimientos teniendo en cuenta la información que puede proporcionar la red de farmacias comunitaria.

Finalmente, debemos ampliar las capacidades asistenciales de los sistemas sanitarios, incorporando a los farmacéuticos como agentes en salud pública, aprovechando el potencial de las farmacias para informar y educar en salud, creando redes de farmacias centinela y promoviendo programas de prevención y detección precoz de la enfermedad. Una farmacia más fuerte nos ayudará a garantizar una Europa más saludable.

Jesús Aguilar es presidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos de España