Entrevista

«Fumar agrava la toxicidad tras la radioterapia de cáncer de mama»

"Continuar con este hábito puede reducir la efectividad de la quimioterapia y la radioterapia", afirma a la sección "10 preguntas" la doctora Ana Díaz Gavela, especialista en Oncología Radioterápica y jefa asociada del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid

Dra. Ana Díaz Gavela
Dra. Ana Díaz GavelaJESÚS G. FERIALA RAZÓN

1. ¿Por qué es importante dejar de fumar?

Es una de las decisiones más importantes que se pueden tomar. Está relacionado con múltiples tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares, respiratorias crónicas, y afecta a prácticamente todos los órganos. Aumenta el riesgo de infecciones, retrasa la cicatrización y compromete la eficacia de muchos tratamientos médicos.

2. ¿Y tras el diagnóstico?

Cuando una paciente es diagnosticada de cáncer, dejar de fumar se vuelve aún más crucial.

3. ¿Por qué?

El hábito tabáquico empeora el proceso de cicatrización de los tejidos. Este hecho no solo afecta a la recuperación tras una cirugía, sino que también sucede en enfermas de cáncer de mama tratadas con radioterapia. Hemos publicado un artículo en «Radiation Oncology» donde demostramos que, aunque la radioterapia posee un excelente perfil de toxicidad, las pacientes fumadoras tienen una mayor probabilidad de sufrir efectos secundarios. Fumar durante el tratamiento puede reducir la efectividad de la quimio y la radioterapia, y aumentar la probabilidad de recurrencia del cáncer o de segundos tumores primarios.

4. Según su estudio, el tabaquismo eleva los efectos secundarios en pacientes de cáncer de mama radiadas. ¿Qué riesgos?

Así es. Los efectos secundarios de este tratamiento de radioterapia en nuestra cohorte fueron bajos. Esto se debe, en gran medida, a los avances en la radioterapia moderna, como las técnicas de intensidad modulada (IMRT) y los protocolos de hipofraccionamiento, que han mejorado enormemente la tolerancia a los tratamientos oncológicos. Pero pese a esa baja toxicidad general, nuestro estudio demostró que el tabaquismo exacerba significativamente la toxicidad crónica en pacientes con cáncer de mama, incluso cuando se emplean estos protocolos avanzados. Específicamente, encontramos que las fumadoras tuvieron una incidencia significativamente mayor de fibrosis y dolor en la mama en comparación con las no fumadoras. Además, aunque la toxicidad aguda como la radiodermatitis fue similar en incidencia global entre ambos grupos, observamos, a través de análisis específicos, que las fumadoras eran más propensas a desarrollar grados más severos.

5. ¿Cómo se produce esa mayor toxicidad?

Se cree que el tabaco inhalado promueve la inflamación y el estrés oxidativo en el tejido. Esto crea un microambiente hipóxico, es decir, con baja concentración de oxígeno, que exacerba el daño inducido por la radiación. La radioterapia actúa dañando el ADN de las células tumorales pero también puede afectar a las células sanas circundantes. Si el tejido ya está comprometido por la inflamación y la hipoxia inducidas por el tabaco es más susceptible a sufrir un mayor daño y una peor recuperación, lo que se manifiesta en una mayor probabilidad de efectos secundarios.

6. ¿Cuántos pacientes siguen fumando tras el diagnóstico?

En nuestra cohorte de estudio, aproximadamente una de cada tres pacientes con cáncer de mama era fumadora o había dejado de fumar en el año previo al diagnóstico, es decir, era exfumadora reciente.

7. ¿Cuál es el manejo habitual del cáncer de mama?

Generalmente, para el cáncer de mama temprano, el tratamiento primario suele ser la cirugía, que puede ser conservadora de la mama o una mastectomía. A menudo, se complementa con tratamientos adyuvantes como la radioterapia, la quimioterapia, la hormonoterapia o la terapia dirigida, buscando eliminar células tumorales residuales y reducir el riesgo de recurrencia. En estadios más avanzados, se pueden utilizar tratamientos sistémicos neoadyuvantes (antes de la cirugía) para reducir el tamaño del tumor o controlar la enfermedad diseminada.

8. La radiación se utiliza después de la cirugía de cáncer de mama. ¿En qué casos se da antes?

Aunque la pauta más habitual es después de la cirugía para reducir el riesgo de recurrencia local, es importante aclarar que su administración antes de la cirugía es extremadamente infrecuente en este tipo de tumor. A diferencia de otros como el cáncer de recto, donde la radioterapia prequirúrgica o neoadyuvante es una práctica común, en la mama rara vez se utiliza con este fin. No obstante, en situaciones muy excepcionales, como tumores inicialmente inoperables que no han respondido completamente al tratamiento neoadyuvante y donde se busca alguna opción para la cirugía, podría considerarse. Pero en general, actualmente el rol de la radioterapia en mama es postquirúrgico o en situaciones concretas en pacientes con enfermedad metastásica, ya sea para tratar radicalmente un número limitado de metástasis con radioterapia estereotáctica o con un fin paliativo para aliviar síntomas.

9. ¿Cuántas sesiones se dan?

Tradicionalmente, los tratamientos completos de radioterapia para el cáncer de mama implicaban de 25 a 30 sesiones. Hoy, el uso de protocolos de hipofraccionamiento moderado, permite administrar la misma dosis de radiación de forma igualmente eficaz, pero en 15 sesiones. Y en situaciones clínicas seleccionadas, solo 5.

10. ¿En qué consiste la radioterapia de intensidad modulada? ¿Qué ventajas tiene?

La IMRT permite administrar dosis de radiación de forma mucho más precisa y conformada al volumen tumoral. A diferencia de técnicas más antiguas, nos permite «esculpir» la dosis alrededor de la zona que queremos tratar, minimizando la radiación sobre los tejidos sanos circundantes y órganos de riesgo, incluyendo la piel. Las mejoras para las pacientes son significativas y se traducen en menos efectos secundarios agudos y crónicos, mejor calidad de vida y una mejor preservación estética de la mama.