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Alimentación

¿Hay que cambiar de alimentación cuando llega el calor?

La dieta mediterránea es la pauta nutricional que ofrece mayores beneficios en los meses de verano

Desayuno mediterráneo La Razón

La inestabilidad climatológica de los últimos meses ha retrasado la llegada del calor, pero ya está aquí con toda su fuerza. El calor propio de verano está a punto de llegar a gran parte de España. Aunque estos días se espera un breve descenso térmico debido al paso de una vaguada, a partir del fin de semana los termómetros comenzarán a subir de forma notable. Según las previsiones de eltiempo.es, la próxima semana podría dejar temperaturas hasta 12 grados por encima de los normal, con máximas superiores a los 36 grados en algunas zonas del suroeste peninsular.

Además de ser una pesadilla para los alérgicos, al disparar los índices de polen, la subida de los termómetros parece que invitan a cambiar los hábitos de alimentación de los meses fríos para adaptarnos a un clima que requiere que estemos más hidratados y que nos sintamos más ligeros.

De eso saben mucho los países mediterráneos, entre los que se incluye España, donde existe una pauta nutricional, la dieta mediterránea, que puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, apoyar la salud del cerebro y contribuir a un control de peso saludable.

Inspirada en los hábitos alimenticios tradicionales de los países ribereños del mar Mediterráneo, en particular Italia y Grecia, se centra en una variedad de alimentos enteros y mínimamente procesados, con un enfoque en fuentes vegetales de nutrientes y grasas saludables. Las frutas y verduras frescas, los cereales integrales, los frutos secos, el aceite de oliva y las proteínas magras desempeñan un papel crucial en esta dieta equilibrada.

"La dieta mediterránea es más que una forma de comer, es un estilo de vida que promueve el equilibrio, el disfrute y el bienestar a largo plazo", señala la galardonada nutricionista británica Carrie Ruxton.

Aquí están sus cinco consejos para mantenerse fresco e hidratado en el inicio del verano:

  • Hidrátate con frutas y verduras frescas. Con la llegada del calor, la hidratación es clave. La dieta mediterránea apoya esto naturalmente con frutas y verduras ricas en agua como pepinos, tomates y naranjas. Estos no solo lo mantienen hidratado, sino que también brindan vitaminas y minerales esenciales, incluidas las vitaminas C, K y magnesio, que contribuyen al crecimiento celular saludable y la función inmunológica.
  • Disfruta de un vaso diario de zumo de naranja frio. Es una forma refrescante de combatir el calor. Naturalmente rico en vitamina C, potasio y antioxidantes, ayuda a mantener la hidratación, la función inmunológica y la salud de la piel. Además, el zumo de naranja envasado contiene los mismos niveles de compuestos bioactivos que el recién exprimido.
  • Elije comidas ligeras y frescas. Cambia los platos pesados y muy sazonados por opciones más ligeras como ensaladas, pescado a la parrilla y comidas a base de verduras. Una ensalada mediterránea clásica con aceite de oliva, queso feta, pescado y verduras frescas es satisfactoria y nutritiva. Los pescados grasos, como el salmón, la caballa y el atún, son una gran fuente de ácidos grasos Omega-3 y proteínas.
  • Incorpora grasas saludables. Usa aceite de oliva virgen extra (Avoe) como aderezo o rocíe sobre las verduras a la parrilla. El Avoe es un alimento básico de la dieta mediterránea que contiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Proporciona grasas saludables que apoyan la salud del corazón y evitan sentirse pesado por el calor.
  • Frutos secos en lugar de bocadillos. En lugar de opciones con alto contenido de hidratos como los bocadillos, opta por un puñado de almendras, nueces o semillas de girasol, que son una gran fuente de grasas, fibra y proteínas saludables para el corazón. Estos frutos secos en nutrientes, fáciles de transportar y proporcionan un rápido impulso de energía.