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Educación

¿Tu hijo empezó el curso enfermo? Estas son las dolencias más comunes de la vuelta al cole

Impétigo, molusco contagioso, catarros y otitis vuelven a las aulas cada septiembre; conocer sus síntomas ayuda a actuar rápido y evitar brotes

Fuera de los medicamentos, la mejor defensa sigue siendo la higiene, dormir entre ocho y diez horas, seguir una dieta equilibrada y practicar ejercicio regular La Razón

El regreso a las clases trae consigo rutinas, libros nuevos y también un aumento de enfermedades típicas del otoño. El estrecho contacto entre escolares, las aulas poco ventiladas y la humedad otoñal crean el caldo de cultivo perfecto para bacterias y virus, que encuentran en los colegios su terreno ideal. A continuación repasamos qué patologías se repiten cada curso y cómo reconocerlas antes de que se propaguen.

El impétigo lidera la lista de infecciones cutáneas: aparece en niños de 3 a 12 años como costras amarillentas o ampollas en cara y extremidades. Es altamente contagiosa por contacto directo o por compartir toallas, por lo que conviene mantener al niño en casa al menos 48 horas tras iniciar el tratamiento antibiótico.

Más benigno, aunque igual de visible, es el molusco contagioso, un virus que deja pequeños granitos redondos y brillantes que pican, pero no duelen; no exige aislamiento, sí reforzar la higiene para evitar que se extienda por el resto de la clase.

Catarros, gripes y otitis: la trilogía respiratoria de septiembre

Con la vuelta al cole regresan también los resfriados, la gripe y el virus respiratorio sincitial. Tos, mocos y fiebre leve son los síntomas habituales, pero la clave está en la prevención: enseñar al niño a cubrirse con el codo al toser y ventilar las aulas varias veces al día reduce la transmisión. Cuando los catarros no se tratan bien o se repiten, pueden derivar en otitis media, sobre todo en menores de seis años: dolor de oído, fiebre y, en ocasiones, supuración. Un diagnóstico precoz evita complicaciones y acorta el tiempo de recuperación.

Fuera de los medicamentos, la mejor defensa sigue siendo la higiene. Lavarse las manos con frecuencia, mantener las uñas cortas y no compartir peines, toallas ni ropa reduce drásticamente el riesgo de contagio. Completan el escudo dormir entre ocho y diez horas, seguir una dieta equilibrada y practicar ejercicio regular: hábitos que fortalecen el sistema inmunitario y permiten afrontar el curso con menos probabilidades de caer enfermo.