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Opinión

Mónica García traga con el rearme de Pedro Sánchez

No esgrime más que excusas peregrinas de forma dócil para no inquietar al que la mantiene en el cargo

Mónica García, ministra de Sanidad Gabriel LuengasEUROPAPRESS

Si hay algo que no puede refutarse es que en un entorno de congelación presupuestaria –y la prórroga de Presupuestos viene a serlo–, la subida del gasto militar implica siempre una reducción del gasto social y un incremento de este supone, paralelamente, la merma del primero. Esta suerte de vaso comunicante que une para bien o para mal a ambas partidas existe desde el principio de los tiempos, y sorprende ahora que la ministra de Sanidad haga como si no existiera para justificar lo injustificable.

¿Qué habría dicho Mónica García si la decisión de elevar a un 2% los fondos para el rearme sin incrementar en la misma proporción el dinero para Sanidad procediera del PP? ¿Qué opinión le merecería si, encima, esa decisión se hubiera tomado por el hoy partido de la oposición estando la sanidad pública como está, cogida con alfileres, y con récord de pacientes en lista de espera? Seguramente, y con toda la razón, habría despotricado, pero como el que lo ha hecho es el Gobierno de «progreso» al que pertenece, no esgrime más que excusas peregrinas de forma dócil para no inquietar al que realmente manda y la mantiene en el cargo, que no es otro que Pedro Sánchez.

Las justificaciones que ha dado no tienen, desde luego, desperdicio. Habla la ministra de que su partido seguirá «empujando» para que las medidas anunciadas «vayan más allá» de un rearme militar, y alude a «discrepancias sanas y muy transparentes, pero mantenemos nuestra responsabilidad y nuestra lealtad dentro del Consejo de Ministros». Esta demostración de principios y de defensa férrea de un incremento de fondos para la Sanidad pública encuentra su cénit en otra antológica frase: «Esto no va de rearme militar, sino de tener una estrategia y una autonomía estratégica dentro de Europa y España».