Opinión

Ningún informe avaló el uso de las mascarillas

Durante la pandemia nos tomaron el pelo

Dos personas con mascarillas viajan en un transporte público
Dos personas con mascarillas viajan en un transporte públicoGonzalo Pérez MataLa Razón

En medio de la escandalera Ábalos-Koldo-Armengol-Torres-Marlaska, a cuento de las comisiones por los contratos millonarios de las mascarillas, ha pasado desapercibido que Sanidad ha reconocido que impuso el uso de tapabocas careciendo de informes técnicos que avalasen su obligatoriedad. Es la primera vez que tal cosa se admite por escrito, después de que la Audiencia Nacional le requiriera al Ministerio aportar la documentación que solicitó Liberum hace año y medio a través de una querella contra los responsables de este departamento. La citada asociación pidió los informes de Ponencia de Alertas del Consejo Interterritorial de Salud que avalaron la decisión de mantenerlas en el transporte hasta febrero del año pasado. Cuatro ejercicios después, y tras varios intentos fallidos, Sanidad responde a la Audiencia Nacional que los famosos miembros del Comité de Expertos no realizaban informes ya que su labor era solo «obtener el consenso técnico». Por lo que «no existen dichos informes». El Ministerio no ha querido facilitar ni las actas de las reuniones ni la identidad de los expertos.

Reconocimiento que viene a ratificar que durante la pandemia nos tomaron el pelo. Primero decían que las mascarillas no eran necesarias, después pasaron a ser obligatorias, pero sin aval técnico alguno, sin documentos y sin que sepamos qué expertos las recomendaron. Amén del debate sobre el precio de los tapabocas, debería abrirse también el debate sobre su idoneidad. Que son útiles en hospitales y cuando uno está con gripe o resfriado, es evidente, pero que hubiera que llevarlas cuando salíamos a pasear por el campo, no. Se creó tal psicosis que la gente pagaba lo que fuese por conseguir una. Algunas personas se las llegaron a poner hasta dobles y triples. Y ahora nos dicen que ningún informe avaló su uso. No es serio, la verdad.