Cáncer

Una nueva terapia de Medicina Nuclear cura el cáncer de piel no melanoma en una sola sesión

El procedimiento utiliza una dosis de radiación "precisa y personalizada" que, además de ser eficaz, es menos lesiva para el tejido sano circundante

Este tipo de cáncer de piel es potencialmente curable cuando se trata en sus estadíos iniciales
Este tipo de cáncer de piel es potencialmente curable cuando se trata en sus estadíos inicialesDREAMSTIMEDreamstime

El cáncer de piel no melanoma es el más común del mundo. Al año, se diagnostican en el mundo cerca de 1,2 millones de casos de este tipo de tumores, de los cuales el 80% corresponde a una tipología llamada carcinoma de células basales (CCB). El 20% restante suelen ser de células escamosas. Suelen aparecer en las zonas más expuestas al sol como la cara, el cuello, las manos y los brazos, y afectan a la epidermis, la capa más externa de la piel.

Desde 2020, los carcinomas de piel en España tienen una tasa de incidencia de 47 casos por cada 100.000 habitantes al año. La de los carcinomas de células basales es bastante mayor, con 253 casos por cada 100.000 personas al año. Es un tipo de cáncer que, aunque generalmente no desemboca en metástasis, causa una morbilidad significativa, especialmente si no es diagnosticado y tratado en forma adecuada y oportuna, según señalan los expertos.

Hasta hace poco, para eliminar este tipo de tumores muchos pacientes tenían que somerterse a una intervención quirúrgica cada año. Sin embargo, en los últimos tres años se han desarrollado alternativas terapéuticas que, manteniendo la misma eficacia que un cirugía convencional, son indoloras, no invasivas y permiten eliminar las celulas cancerígenas sin dañar el tejido circundante.

Es el caso de un tratamiento innovador que han puesto en marcha especialistas en Dermatología y en Medicina Nuclear del Cancer Center Clínica Universidad de Navarra (CCUN), en el que se usa un tipo de radioisótopo - el renio 188- que emite una dosis de radiación "precisa y personalizada" y permite, en una sola sesión, atacar las células cancerígenas, con una curación posterior que progresa por etapas, entre 60 y 180 días tras su aplicación.

Lidia Sancho, especialista en Medicina Nuclear del Área de Cáncer de Piel y Melanoma del CCUN, ha explicado que este tratamiento "actúa como máximo a tres milímetros de profundidad, sin penetrar en las capas más hondas de la piel". "La radioactividad se dirige exclusivamente a la zona que se está tratando, de ahí su oportunidad frente a tumores localizados en partes del cuerpo con una geometría complicada o cuando la superficie de la piel no es plana, como, por ejemplo, en la cara. Su efecto se basa en la citotoxicidad local, es decir, en producir la muerte celular únicamente en la zona donde se ha aplicado la terapia", ha remarcado, según informa Ep.

El procedimiento consiste en la aplicación de una pasta radioactiva sobre la zona dañada que se mantiene en el área por un periodo de tiempo de entre 45 y 180 minutos, dependiendo del tamaño y de la profundidad del tumor. "Este proceso es completamente indoloro y ambulatorio, y no supone ningún riesgo para el paciente ni para otras personas", ha especificado la especialista.

El desarrollo de esta terapia "mejora la calidad de vida de las personas que padecen esta enfermedad, y es particularmente útil" en nariz, cuello, orejas, frente, labios y cuero cabelludo, "realzando, además, el resultado estético", según ha destacado Gabriel Schlager, especialista en Dermatología del Área de Cáncer de Piel y Melanoma.

Esta innovadora terapia debe ser realizada por un médico nuclear, una vez que el paciente ha sido valorado por un dermatólogo, quien decide si es un candidato adecuado al tratamiento. La biopsia de la lesión "es esencial para determinar la profundidad real del área a tratar para poder ofrecer una terapia personalizada".

Ya en hospitales públicos

Hace poco más de un mes, el Hospital 12 de Octubre, de Madrid, uso esta técnica pionera por primera vez en España para tratar el cáncer de piel de tipo no melanoma en dos pacientes que, tras tres meses de seguimiento, han presentado una respuesta excelente, sin evidencia de enfermedad. Además, no experimentaron toxicidades y su resutado estético también fue muy bueno.

Durante el proceso de curación, los especialistas han señalado que es posible que los pacientes experimenten enrojecimiento, formación de costras, picor e, incluso, un leve sangrado durante la primera fase, antes de que el cuerpo comience a eliminar las células cancerígenas muertas y las reemplace por células nuevas. Cuando el proceso finaliza, no quedan cicatrices ni deformaciones.