Entrevista
«Tras la pandemia se dispararon las consultas estéticas en casi un millón»
«Hemos visto un aumento en el interés de las personas por cuidar su salud y su aspecto, pero también de los profesionales médicos para formarse en Medicina Estética», asegura Mª Victoria Zamorano
Especialista en Medicina Estética y Cirugía capilar, docente del Master de Medicina Estética y Antienvejecimiento de la Universidad Complutense de Madrid y secretaria de la Junta directiva de la Asociación de Medicina Estética de Madrid, A TU SALUD habla con Mª Victoria Zamorano:
¿Ha notado, tras la pandemia, que se hayan disparado las consultas de estética?
Se ha visto un aumento en el interés de las personas por cuidar su salud y su aspecto estético. Las consultas ya venían creciendo los últimos años, pero inmediatamente después de la pandemia se dispararon los tratamientos en casi un millón en 2021: 72% fueron tratamientos faciales, y los centros autorizados se incrementaron en un 20%. Pero no solo los usuarios; a nivel profesional muchos médicos de diferentes especialidades están interesados en formarse en Medicina Estética (sobre todo oftalmólogos, cirujanos maxilofaciales, ginecólogos y médicos de familia). Particularmente, he percibido también que quieren resultados cada vez más inmediatos, con menos efectos adversos y más efectivos, disminuyendo también la edad de inicio de tratamiento.
¿Y ha notado la influencia del uso de filtros y redes sociales en los gustos de los pacientes?
La edad es determinante a la hora de solicitar los tratamientos, y hay muchas diferencias generacionales. Los «baby boomer» y «generación X» buscan tratamientos antienvejecimiento, luchan contra la flacidez, la perdida de volumen y las alteraciones de la piel, arrugas y manchas. Solicitan tratamientos de aspecto natural que luchen contra los signos de envejecimiento, son más realistas en cuanto a los filtros, pero pueden venir confundidos por los anuncios de las redes sociales que a veces ofrecen resultados poco realistas. Los más jóvenes, «millennials» y «centennials», están más influenciados por los filtros y la comparativa con personalidades de las redes sociales. En los jóvenes se trabaja con unidades funcionales, es decir, solicitan el tratamiento de la boca, los labios, la nariz, los pómulos, cambios en la posición de las cejas o en una de estas unidades faciales. Este tipo de tratamiento es más puntual, de resultados más rápidos y generalmente eficaces: se pueden cumplir sus expectativas, un labio más grande es más fácil de lograr que luchar contra la flacidez. Otro tema es dónde está el límite de un labio grande, del abuso de tratamientos sucesivos para mantener el aspecto o cuánto se debe invertir para parecerse a ese filtro.
¿Cuáles son los tratamientos que más le solicitan?
No solo en España, en el mundo, el más demandado es la eliminación de las arrugas de expresión con toxina botulínica. En mi caso, los pacientes de 40 a 50 años piden tratamientos de prevención o lucha contra la flacidez, mejora de las arrugas de expresión y he percibido un aumento del interés en esta franja de edad por la voluminización de labios con ácido hialurónico (AH). En más jóvenes, las voluminizaciones con AH de labios y pómulos y la corrección de ojeras son los más solicitados. Realizo trasplante capilar y tricología por lo que también tengo muchos pacientes interesados en la salud capilar y en tratamientos preventivos de la caída del pelo o en el trasplante capilar.
Realizarse una cirugía electiva en un país donde no se reside implica mucho riesgo
¿Hay mucho mito alrededor del bótox y el ácido hialurónico?
Los pacientes asocian el AH a rellenos, pero además de voluminizar puede cumplir otras funciones dependiendo de sus características: puede funcionar como un potente hidratante y también es un redensificador y reestructurador de la piel. A veces, muestran temor porque creen que sus caras se van a ver rellenas, hay que explicarles que existe una amplia gama de diferente tamaño molecular que permiten hacer desde pequeña voluminizaciones hasta grandes cambios. El resultado depende del tipo de AH, de la técnica del médico inyector y del volumen inyectado. Respecto a la toxina botulínica quizás, la creencia más extendida es que paraliza la cara. Puede usarse en dosis paralizantes o relajantes que permitan cierto movimiento. Es un tratamiento con muy buenos resultados si se aplica de forma correcta por un médico certificado, tras una adecuada evaluación de la dinámica facial y tras consensuar con el paciente como quiere verse.
Ahora están en boga los hilos tensores. ¿En qué consisten y en qué zonas tienen mejor resultado?
Lo que buscamos con ellos es el reposicionamiento de los tejidos. Si el hilo tiene espículas o conos podemos ejercer una tracción mecánica que recoloca el tejido consiguiendo un efecto tensor inmediato. También tienen un efecto biológico estimulante de formación de colágeno que da a la piel un aspecto de mayor grosor. Pueden usarse tanto en zonas faciales como corporales, y para obtener un buen resultado debe evaluarse el grosor de la piel a tratar, la movilidad de la zona y el peso del tejido que queremos reposicionar. Los pacientes suelen estar satisfechos con los resultados, pero debemos advertirles que la tracción mecánica se ejerce a medio plazo, que a largo plazo habrá una nueva producción de colágeno pero el tratamiento debe repetirse para mantener los resultados en el tiempo.
¿Qué le diría a una persona que está planteándose ir a Turquía para hacerse a un trasplante?
Realizarse una cirugía electiva en un país donde no se reside implica mucho riesgo desde varios puntos de vista, no conocemos el centro sanitario ni su personal, no nos han realizado una evaluación preoperatoria personalmente y no existe la posibilidad de hacer seguimiento de la cirugía, ni de solucionar complicaciones si se presentan.
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