Bienestar
Las personas más felices a los 60 años dejaron atrás estos 5 hábitos: y tú también deberías
Deshacerse de malos hábitos abre la puerta a una vida más libre, plena y feliz después de los 60 años
Según expertos, para ser felices debemos entrenar a nuestro cerebro, adquirir hábitos que refuercen nuestro bienestar físico y mental. Y al igual que hay hábitos que pueden hacernos disfrutar de una vida plena, los hay también que hacen justo lo contrario. ¿Y si estuvieras contribuyendo a tu propia infelicidad sin saberlo?
Desde el punto de vista de la psicología, la felicidad depende de los hábitos que cultivamos cada día, los cuales pueden fortalecerla o perjudicarla. A continuación se exponen los 5 hábitos que más daño pueden hacer a tu bienestar y que, una vez llegados los 60 años, es buen momento para ponerles fin.
Olvidarte de tu autocuidado
Si quieres mantener el equilibrio mental, emocional y físico, especialmente a medida que envejecemos, es imprescindible no dejar de lado el autocuidado. Si te descuidas porque no tienes tiempo o no lo ves como algo esencial, comenzarás a acumular los efectos negativos antes de tiempo.
No duermes lo suficiente, lo que te deja agotado durante el día. Comes lo primero que encuentras, y terminas sintiéndote fatigado y con malestares estomacales. No te das un respiro para hacer lo que realmente disfrutas, y te ves sobrepasado por el estrés.
El autocuidado es fundamental porque se trata de conectar contigo y disfrutar de la vida. Sin esos momentos de pausa y reflexión es fácil perder el rumbo, olvidarte de lo que realmente importa y desconectarte de lo que te hace feliz.
Compararte constantemente con los demás
Compararnos con los demás puede parecer inofensivo, e incluso útil si lo usamos para motivarnos a mejorar. Sin embargo, en realidad, es una de las principales fuentes de insatisfacción en nuestras vidas. Más aún si tenemos en cuenta el contexto tecnológico que atraviesa nuestra sociedad, porque las redes sociales ya no son solo para los más jóvenes. Cada vez más personas mayores de 60 años están presentes en Facebook, WhatsApp, Instagram, entre otras.
Cuando observamos la vida de los demás, tendemos a centrarnos en los momentos más positivos que comparten, ya que las redes sociales fomentan una selección de los mejores. Esto nos lleva a tener una visión distorsionada de la realidad, olvidando que todos, especialmente en las redes, solo mostramos la mejor versión de nosotros.
Al compararnos con estos estándares poco realistas, dejamos de valorar nuestros propios avances y logros. Este hábito solo genera más insatisfacción y malestar.
Eludir la verdad cuando es incómoda
Es un hecho: a veces, la verdad resulta realmente incómoda. Por eso existen las "mentiras piadosas", que en realidad poco tienen que ver con la compasión. Lo que realmente nos permite crecer y mejorar es enfrentarnos a la verdad.
Evitar las verdades incómodas puede parecer una solución fácil en el momento, ya que muchos dicen que es más sencillo vivir en la ignorancia. Sin embargo, a largo plazo, esto solo contribuirá a que los problemas persistan, generando una infelicidad constante.
Las verdades difíciles de afrontar contienen lecciones valiosas que, si las dejamos de lado, pueden convertirse en barreras. El miedo a enfrentarlas solo aumentará la tensión y la ansiedad, y al evitar estos desafíos, te quedarás estancado emocionalmente, limitando tu desarrollo personal.
Quitarle valor al fracaso
Es probable que en algún momento te hayas preguntado si realmente el fracaso tiene algún tipo de valor. Y la respuesta es sí. Ver el fracaso únicamente como algo negativo te impide aprovechar las lecciones que trae consigo. Los errores y los tropiezos son esenciales para el desarrollo personal, y al ignorarlos o evitarlos, dejas que el miedo controle tu capacidad de avanzar.
Saber levantarse y seguir adelante, es fundamental en cualquier aspecto y etapa de la vida. Porque la realidad es que las cosas no siempre saldrán bien. Aceptar que equivocarse no es el fin del mundo, y que de cada error podemos aprender algo valioso, es crucial.
Vivir bajo las normas del condicionamiento social
El condicionamiento social es el conjunto de ideas, reglas y valores que aprendemos desde pequeños a través de nuestra familia, cultura, entorno y sociedad. Es como un “molde invisible” que influye en nuestra manera de pensar, sentir y actuar. Este condicionamiento nos enseña lo que está bien o mal, pero también nos limita al imponernos expectativas que a veces no coinciden con lo que realmente somos o deseamos en la vida.
Si dejas que estas reglas controlen tu vida sin cuestionarlas, corres el riesgo de ser infeliz. Vivir bajo las normas que otros han establecido solo provoca una constante lucha por cumplir con expectativas ajenas, lo que aumenta el estrés y te aleja de tu verdadero ser.