Prevenir la disfunción eréctil

La disfunción eréctil afecta a millones de hombres y es una de las consultas más frecuentes en urología. Sin embargo, muchas veces se silencia o se asocia únicamente a la esfera sexual, cuando en realidad puede ser una señal temprana de problemas cardiovasculares, metabólicos o hormonales.

Cuidar la función eréctil es también cuidar la salud general. Por eso, desde la urología y la andrología insistimos en la prevención como herramienta clave. Existen múltiples factores, muchos de ellos modificables, que influyen directamente en la calidad de las erecciones. Uno de los más importantes es el peso corporal: la obesidad abdominal se asocia con un mayor riesgo de disfunción eréctil.

Además, una dieta mediterránea rica en frutas, verduras, pescado azul y aceite de oliva contribuye a una buena salud vascular, imprescindible para una erección adecuada. Controlar la presión arterial y el colesterol también es esencial, ya que la hipertensión y la hipercolesterolemia dañan los vasos sanguíneos y reducen el flujo sanguíneo al pene. Este tipo de prevención no solo mejora la vida sexual, sino que también protege frente a enfermedades graves como el infarto o la diabetes tipo 2.

Como urólogo especializado en salud masculina, mi consejo es claro: cuida tu estilo de vida, haz revisiones periódicas y no tengas reparo en consultar. La salud sexual es parte de la salud integral del hombre. La prevención empieza mucho antes de que aparezcan los síntomas, y mantener una vida sexual plena también es posible con los años, si se actúa a tiempo. Las erecciones son, en muchos casos, un “termómetro” del estado general del organismo. Escucharlas, entenderlas y protegerlas es también una forma inteligente de vivir con más salud.