Proteger la distribución farmacéutica «de gama completa» es proteger su farmacia y su salud

En estas últimas semanas del año, muchos temas de actualidad son objeto de debate en el mundo de la farmacia, tales como la nueva legislación farmacéutica europea o la materialización de una reserva estratégica de medicamentos en nuestro país. Asuntos de gran interés y calado que, aunque se estén debatiendo lejos de usted en Bruselas, tienen un impacto directo en su salud.

Piense en la última vez que acudió a su farmacia y su farmacéutico de confianza le asesoró y le suministró el medicamento o producto sanitario que necesitaba. Y ahora calcule cuántas veces ha ocurrido esto durante este año, o cuántas veces cree que ocurrirá a lo largo de los próximos. Me aventuro a decir que, en ambos casos, su respuesta ha sido «muchas veces». Esto es posible porque con independencia de dónde se encuentre, en su barrio, en su pueblo o en su lugar de vacaciones, usted podrá acceder a los medicamentos que precise gracias a la dedicación diaria de los farmacéuticos comunitarios, y a la labor de empresas que se dedican a la distribución farmacéutica «de gama completa».

Este tipo de compañías, como Cofares, realizan una labor que requiere de una planificación y gestión estratégica, y que va mucho más allá del ámbito del transporte de medicamentos. En realidad, se trata de una compleja actividad que contempla la adquisición y recogida de los productos en los laboratorios farmacéuticos; su almacenamiento y custodia en condiciones especiales de protección y conservación hasta que sean requeridos por las farmacias; y su distribución en tiempo y forma, asegurando la mayor cercanía y accesibilidad de cara a los núcleos de población.

Las empresas que se dedican a la distribución «de gama completa» desempeñan, por tanto, una verdadera función de servicio público, ya que garantizan la disponibilidad continua de medicamentos y productos sanitarios. De hecho, podemos sentirnos orgullosos del modelo farmacéutico español, en el que es tal la conexión entre las farmacias comunitarias y la distribución, que una compañía como Cofares es capaz de surtir dos o más veces al día a la misma farmacia. Algo que hicimos incluso en los momentos más críticos de la pandemia por la Covid-19, gracias a una extensa red de almacenes ubicados estratégicamente a lo largo de toda nuestra geografía.

Por esa función de servicio público esencial es imprescindible proteger por ley a empresas como Cofares, mediante una distinción legal específica que nos distinga de agentes que son meramente logísticos, es decir, que únicamente transportan medicamentos de un punto a otro.

En el actual marco de modificación de la regulación farmacéutica europea nos jugamos mucho, entre otras cosas, que nuestro país cuente con una reserva estratégica. Un «stock de medicamentos esenciales» que disminuya nuestra dependencia del exterior, y que refuerce nuestras capacidades para poder afrontar con solvencia eventuales crisis sanitarias futuras. Algo imposible de materializar si no contamos con una estructura sólida y de probada eficiencia, que se ajuste a la legislación vigente, y que sea capaz de garantizar la cadena de custodia del medicamento, como es el caso de la de Cofares.

En definitiva, nos encontramos en un momento histórico en el que existe una importante ventana de oportunidad. Por un lado, Europa tiene la voluntad de reforzar la autonomía estratégica en materia farmacéutica y, por otro, Cofares a través de sus farmacias socias, es un aliado clave. Pero es necesario que la discusión se amplíe y crezca y que la legislación acompañe. Y que en ese camino la población conozca lo que se está abordando, entendiendo que este debate tiene importantes implicaciones en su salud. Por eso desde aquí quiero agradecer a medios como LA RAZÓN la oportunidad de dar voz a mensajes como este. Gracias por vuestra importantísima labor en el campo de la difusión sanitaria y felicidades por vuestro reciente 25 aniversario.

Eduardo Pastor es presidente de Cofares