Salud mental

Seis trucos para "engañar" al cerebro y ser felices: así puedes mejorar tu vida

El hábito de sonreír es necesario para alcanzar la felicidad, y aunque cueste en algunos días, debemos hacer un esfuerzo para lograrlo

Felicidad
Sonreír aunque estemos tristes puede incrementar nuestra felicidadDreamstime

Entre los sentimientos que nos ayudan a lidiar con el día a día y, en definitiva, llevar una vida plena y satisfactoria es el de la alegría. Sonreír y disfrutar es clave para alcanzar el placer que se manifiesta generalmente con un buen estado de ánimo. En sí, somos lo que mostramos al mundo, y sonreírle a la vida es el camino más corto hacia la felicidad.

No obstante, con el paso de los años, nuestra expresión facial puede verse deteriorada por cualquier razón, de tal manera que se nos pueda ver más infelices. Aunque pueda ser difícil, si estamos tristes o abatidos y actuamos como si fuéramos felices, podemos acabar sintiéndonos mejor, pues nuestro comportamiento puede cambiar nuestras emociones.

Cómo engañar al cerebro y hacerle creer que somos felices

El psicólogo William James usó la mejor expresión para definir cómo lograr ser felices aunque los acontecimientos que nos sucedan nos hagan sentir todo lo contrario. "El pájaro no canta porque es feliz, es feliz porque canta", decía.

Es cierto que engañar al cerebro para experimentar felicidad no es una estrategia saludable o sostenible, pues la felicidad genuina y duradera no se logra engañando al cerebro, sino a través de la construcción de una vida y una mentalidad positivas. Pero procrastinar y evitar llevar una vida normal solo porque "tenemos un mal día" solo nos puede causar más daño.

Es decir, esperar a que la motivación o la inspiración lleguen será un error, por lo que ideal es ponerse manos a la obra cuanto antes y, algún día que otro, "engañar" a nuestro cerebro. Así, estos son los trucos más eficaces para lograrlo:

Atención plena. La atención plena implica estar presente en el momento presente y aceptar tus experiencias sin juzgar. La práctica regular de la atención plena puede reducir el estrés, aumentar la resiliencia emocional y mejorar tu bienestar general. Se pueden seguir técnicas como meditación, mindfulness o yoga.

Cuidar tu cuerpo. Debemos adoptar un estilo de vida saludable. Esto es ejercitarse, una buena alimentación y un descanso satisfactorio. El bienestar físico tiene un impacto significativo en el estado de ánimo y la felicidad.

Cultivar relaciones saludables. Debemos invertir tiempo y energía en construir y mantener relaciones significativas con amigos, familiares o seres queridos, puesto que las conexiones sociales positivas son fundamentales para la felicidad y el bienestar.

Encuentra sentido y propósito. Identifica tus valores y metas personales y busca actividades y experiencias que estén alineadas con ellos. Tener un sentido de propósito en la vida puede proporcionar un profundo sentido de satisfacción y felicidad.

Practica la gratitud. Tomar tiempo cada día para reconocer y apreciar las cosas por las que te sientes agradecido puede ayudar a cambiar tu enfoque hacia lo positivo y aumentar tu sensación de bienestar. Al mismo tiempo, ser amable o hacer un cumplido a alguien, además de ser pequeños gestos que alegren a los demás, también aumentan la liberación de oxitocina, haciéndonos sentir queridos, protegidos y seguros.

Tiempo de calidad con nosotros mismos. Más allá de ejercicio, alimentación y descanso, también debemos encontrar otros huecos en nuestro día a día para nosotros mismos, tal como es leer, ver una comedia o dar un paseo. Los estudios demuestran que actividades solitarias que encontremos placenteras pueden aumentar los químicos cerebrales y ayudar a mejorar los sentimientos de tristeza o aislamiento.