
Recomendaciones
Los tipos comunes de medicamentos que no debes tomar con el café
Mezclar ciertas pastillas con la bebida puede desembocar en una reducción de su eficacia o en la aparición de efectos secundarios

La primera taza de café del día es ya una tradición para la mayoría de personas que se levantan temprano para ir a trabajar. La cafeína, estimulante que encontramos en esta deliciosa bebida, es un bloqueador que se encarga de anular los efectos de la adenosina, una sustancia que produce sueño. Sin embargo, este ritual matutino puede pasar de ser inofensivo a arriesgado por un simple descuido.
En este caso, nos estamos refiriendo a tomar ciertos medicamentos con el café, en lugar de con un vaso de agua, que es lo recomendado. El principal motivo detrás de esta advertencia es que la cafeína puede llevar a cabo sus funciones siempre y cuando no se mezcle con otras sustancias. De lo contrario, se puede reducir su eficacia o provocar desagradables efectos secundarios.
Un episodio leve puede volverse crónico
En primer lugar nos encontramos con todo medicamento destinado a tratar catarros y fiebre. Como ya hemos mencionado, la cafeína es un estimulante que acelera el sistema nervioso. En la medicación destinada a los resfriados, existe otra sustancia estimulante conocida como pseudoefedrina.
Al combinarse las dos, los efectos pueden potenciarse, por lo que es posible que se genere un insomnio profundo, jaquecas y una notable aceleración del ritmo cardíaco. Los estimulantes no se deben de combinar tampoco con la medicina para el asma, ya que ocurre lo mismo; los efectos secundarios pueden aparecer en cualquier momento.
La cafeína puede reducir el efecto de ciertas sustancias
Las personas con hipotiroidismo pasan por un tratamiento en el que la levotiroxina, un medicamento muy sensible y con el que hay que tener especial cuidado al tomarlo. La cafeína es muy conocida por facilitar la motilidad intestinal; en otras palabras, tiene un efecto laxante. Al beberlo, hay menos probabilidades de que la levotiroxina llegue al torrente sanguíneo, reduciendo así su eficacia.
Algo parecido pasa con los analgésicos, en especial aquellos que tienen aspirina o paracetamol. Tomar café como acompañamiento a estos medicamentos es una forma de acelerar su proceso de absorción y la acidez estomacal. Evidentemente, esta acidez puede llegar a provocar irritación persistente e incluso sangrado, por lo que se recomienda precaución.
Nuestra sangre y el café: una relación amor-odio
Algunos antidepresivos, como la sertralina y el citalopram, pueden verse menos efectivos si el café se toma muy seguido, ya que la absorción va a verse reducida debido a la mezcla de la cafeína con estos fármacos en el estómago.
Otros antidepresivos, como la amitriptilina y la imipramina, son una clase de antidepresivos más antiguos que actúan afectando los niveles de neurotransmisores en el cerebro. Fueron de los primeros antidepresivos desarrollados y hoy en día se usan con menos frecuencia que los antidepresivos más nuevos debido a su potencial de causar más efectos secundarios y un mayor riesgo de sobredosis.
A su vez, hay que destacar que la cafeína puede aumentar temporalmente la presión arterial y la frecuencia cardíaca, efecto que suele durar entre tres y cuatro horas después del consumo. Para las personas que toman medicamentos para la presión arterial o medicamentos que controlan ritmos cardíacos irregulares (arritmias), esto puede contrarrestar los efectos previstos.
✕
Accede a tu cuenta para comentar