Avances investigación

Utilizan con éxito en humanos una vacuna frente a un tipo de tumor cerebral muy agresivo

En una de las pacientes, que había mostrado una fuerte respuesta inmunitaria, el tumor remitió por completo y permaneció libre del mismo durante un año y medio

Localización de un glioma
Localización de un gliomalarazon

La vacunas contra el cáncer están cada vez más cerca de pasar de ser una quimera a una realidad. Existen investigaciones tanto de vacunas preventivas como terapéuticas. En estas segundas el objetivo es desarrollar compuestos que alerten al sistema inmunitario del paciente sobre proteínas portadoras de alteraciones típicas de la enfermedad, y así poder ayudar al organismo a combatirla. Innovaciones tecnológicas como la secuenciación del genoma han ayudado a desarrollar línea de investigación muy prometedoras- como las vacunas de ARNm, que permiten fabricar moléculas específicas de tumores, también llamadas neoantígenos; las de nanopartículas de células tumorales enteras (TCV) o las péptidas, que imitan el cambio mutacional de proteínas implicadas en el desarrollo de los tumores. Para el éxito de las vacunas contra el cáncer son cruciales las estructuras proteicas por las que las células inmunitarias pueden reconocer la enfermedad, y que no están presentes (o sólo en pequeña medida) en las células sanas.

Ahora, médicos e investigadores oncológicos de las ciudades alemanas de Heidelberg y Mannheim han logrado tratar con éxito a pacientes adultos con gliomas de la línea media avanzados-tumores cerebrales difíciles de tratar-, según publican en la revista 'Nature Medicine', informa Ep.

Los gliomas difusos de la línea media se encuentran entre los tumores cerebrales más agresivos. Suelen aparecer en niños y adultos jóvenes cerca del tronco encefálico y, por tanto, son de difícil acceso quirúrgico. La quimioterapia o la radioterapia también tienen una eficacia limitada. En este tipo de cáncer, las mutaciones se producen característicamente en el gen que codifica la histona H3 (H3K27M), una proteína empaquetadora del ADN. La mutación da lugar a una nueva estructura proteica -el llamado neoepítopo- que el sistema inmunitario del paciente puede reconocer como extraña.

"Tales mutaciones, que se dan de forma idéntica en muchos pacientes, son raras en el cáncer. Se prestan literalmente al desarrollo de vacunas tumorales porque se dan en todas las células cancerosas, ya que la histona mutada es la causante del desarrollo de los gliomas de la línea media. Esto significa que la vacunación contra la proteína mutada llega a la raíz del problema", explicó Michael Platten, Director del Departamento de Neurología del Centro Médico Universitario de Mannheim (Alemania) y Jefe de Departamento del Centro Alemán de Investigación Oncológica (DKFZ, por sus siglas en alemán).

Los investigadores, dirigidos por Katharina Sahm y Michael Platten reconstruyeron sintéticamente la sección de la proteína histona H3 con la mutación característica. Utilizando este péptido, lograron frenar el crecimiento de tumores con la mutación H3K27M en un modelo de ratón. Animado por los resultados, el equipo decidió probar en pacientes la vacuna específica contra la mutación producida en la Universidad de Tubinga en un ensayo de fase I, que aún está en curso.

Paralelamente, los médicos, junto con colegas de Múnich, Berlín, Bonn y Münster, trataron a ocho pacientes adultos con la vacuna peptídica en ensayos curativos individuales de duración limitada. Estos pacientes, que no pudieron ser incluidos en el protocolo del ensayo, padecían gliomas difusos de la línea media con mutación H3K27M que progresaron tras la terapia estándar. Algunos de los afectados recibieron terapia con inhibidores del punto de control inmunitario -un tipo de inmunoterapia que se dirige a los reguladores clave del sistema inmunitario que, cuando se estimulan, pueden amortiguar la respuesta inmunitaria a un estímulo inmunológico- además de la vacunación tumoral.

No se observaron efectos secundarios graves en ninguno de los pacientes vacunados. Cinco de los ocho pacientes tratados desarrollaron respuestas inmunitarias específicas contra la proteína mutante, dominadas por células T CD4 colaboradoras. En una de las pacientes que había mostrado una fuerte respuesta inmunitaria, el tumor remitió por completo y permaneció libre de tumor durante 31 meses.

El péptido de la vacuna, comparativamente largo (27 aminoácidos), funcionó en pacientes con distintas variantes de las proteínas HLA, que son las responsables de la presentación del péptido mutante en la superficie celular y difieren de una persona a otra en función de sus antecedentes genéticos. Los investigadores también observaron que las respuestas inmunitarias disminuían con el tiempo, por lo que la administración repetida de la vacuna podría favorecer un efecto sostenido.

"No podemos hacer más afirmaciones sobre la eficacia de la vacunación basándonos en estos tratamientos. En cualquier caso, el estudio actual nos ha proporcionado información valiosa que nos ayudará a seguir optimizando el desarrollo de vacunas contra tumores cerebrales en el futuro", destacó la autora principal del estudio, Katharina Sahm, médico jefe del Hospital Neurológico Universitario de Mannheim e investigadora del DKFZ. Actualmente se está llevando a cabo un ensayo de fase I para probar la vacuna contra la mutación H3K27M en pacientes con gliomas de la línea media recién diagnosticados. Se espera que la evaluación comience en torno a 2025.