Opinión
VIH en España: cuestión de salud pública en 2024
Hablar de VIH y SIDA no es una cuestión del pasado
Más de 40 años después de su irrupción, y pese a los significativos avances en diagnóstico y, sobre todo, en el tratamiento, el VIH sigue siendo hoy día una cuestión de salud pública de primera magnitud. Según los últimos datos de vigilancia epidemiológica en España, tan sólo en el año 2022 se notificaron 2.956 nuevos diagnósticos de VIH, de los que el 46,8% presentaron un diagnóstico tardío. Entre 130.000 y 160.000 personas viven hoy día con el virus en nuestro país.
Cifras nada desdeñables que dejan entrever claramente que hablar de VIH y SIDA no es una cuestión del pasado sino, todo lo contrario, algo que precisa de una respuesta ambiciosa en el presente y el futuro, ya que hablamos de una enfermedad para la que aún no se conoce cura y que nos sigue planteando, cuatro décadas después de su descubrimiento, nuevos interrogantes.
Es por ello que desde el Grupo de Estudio del SIDA (GeSIDA) de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) solicitamos a las administraciones sanitarias españolas incrementar los esfuerzos para superar los tres objetivos (95% de personas diagnosticadas, 95% de personas diagnosticadas en tratamiento y 95% de casos tratados con carga viral indetectable) marcados por Onusida para 2030 en relación con el VIH. Todo, con el propósito de lograr el reto de cero nuevas infecciones y reducir al mínimo la mortalidad y el desarrollo de eventos SIDA.
En los últimos años, España ha avanzado de una manera real y efectiva en el cumplimiento de los objetivos marcados por Onusida anteriormente mencionados: nuestro país supera ahora mismo el segundo de los objetivos (personas en tratamiento), con un cumplimiento del 96% y el primero (el de personas diagnosticadas) se acerca poco a poco a esa cifra, pues se estima que el 7,5% de las personas que viven con VIH en nuestro medio aún no han sido diagnosticadas. Respecto al tercero (casos tratados con carga viral indetectable), casi un 10% de los pacientes tratados son los que no han logrado la supresión de la carga viral.
Como puede comprobarse, los avances han sido significativos, pero no suficientes. Es por ello que ante el desafío que continúa generando la prevención, el diagnóstico y el abordaje del VIH y las necesidades que genera en los propios pacientes, los expertos de GeSIDA proponemos una hoja de ruta basada en las siguientes estrategias fundamentales: facilitar el acceso a la PrEP (Profilaxis Pre-Exposición, tratamiento preventivo que ha dado unos extraordinarios resultados en colectivos con especial riesgo de contagio) sorteando las barreras asistenciales y socioculturales actuales; adelantar en la mayor medida posible el diagnóstico y el inicio del tratamiento; lograr la retención en cuidados y la continuidad en la atención médica, evitando la interrupción temprana, que se asocia a más muertes y eventos de SIDA; combatir el repunte de las infecciones de transmisión sexual (ITS) en edades cada vez más tempranas y de las prácticas sexuales de riesgo, intensificando la información y la vigilancia epidemiológica, y mejorando el diagnóstico y manejo de las coinfecciones; y, como objetivo transversal, luchar contra el estigma, que se asocia a mayor dificultad para el diagnóstico y el tratamiento y, por tanto, a una peor evolución de la enfermedad y también a peor salud mental, soledad y aislamiento social, especialmente entre las personas mayores de 50 años, otro colectivo que precisa de un especial seguimiento y que representa en sí todo un reto, ya que hasta hace no mucho las personas con VIH tenían una esperanza de vida inferior a la población general.
Confiamos en que 2024, cuyo ecuador ya hemos alcanzado, sea un año decisivo en la consecución de estos objetivos. Como siempre ha ocurrido, desde GeSIDA –y, en especial, desde la Junta Directiva de este Grupo de la Seimc, que me honro en presidir desde hace un año– tendemos la mano a la administración para trabajar de forma conjunta en este propósito, basándonos siempre en criterios científicos y teniendo como objetivo esencial la consecución de una mayor calidad de vida para las personas que conviven con el VIH y el fin de la transmisión del virus, lo que se traduciría a medio y largo plazo en la eliminación de esta pandemia de nuestras vidas.
*Dra. Rosario Palacios Muñoz es responsable de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga y presidenta de GeSIDA, Grupo de Estudio del SIDA de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc).
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