Arroz, ¿el nuevo enemigo de la alimentación canina?

El grupo de investigación DogRisk de la Universidad de Helsinki ha realizado un estudio piloto en el que se muestra que los perros que comen piensos secos a base de arroz tienen niveles más altos de arsénico en el pelo que los perros cuya dieta no incluye este cereal. El estudio comparó los niveles de arsénico en el pelo de siete perros que comían piensos secos a base de arroz, todos ellos con el cereal como primer o segundo ingrediente, y nueve que su alimentación no lo contenía. Todos los canes en los que se realizó el estudio eran Staffordshire Bull Terrier, una raza originaria del Reino Unido con más de 200 años de antigüedad creada a partir de cruces de Bulldog inglés y Terriers, y habían estado consumiendo estas dietas durante un mínimo de un año, teniendo en cuenta que los perros en la mayoría de las ocasiones comen lo mismo diariamente durante largos períodos o incluso durante toda su vida, «debemos reconocer el riesgo de acumulación a largo plazo de contaminantes como metales tóxicos. El arsénico, que según la Unión Europea se encuentra dentro de los cancerígenos de primera categoría, está muy extendido en el medio ambiente y se acumula especialmente en la planta de arroz. Dado que es un ingrediente común en los alimentos secos para perros, queríamos saber si esto podría ser un riesgo de exposición crónica al arsénico», explica Sarah Rosendahl, de la Facultad de Medicina Veterinaria de Helsinki.

Según el estudio, los canes que se alimentaban de dicho pienso tenían niveles más altos de arsénico en el pelo en comparación con los que no lo comían. También fue más alto el nivel medio de arsénico en estos perros comparados con otros analizados en estudios anteriores. «Fue interesante ver que tenían los niveles más bajos estaban comiendo dietas de alimentos crudos. Por ejemplo, el perro con más arsénico poseía un nivel 3,5 veces más alto», señala la investigadora.

Aunque la diferencia en los niveles medios de arsénico entre los dos grupos fue estadísticamente significativa, la diferencia fue bastante pequeña desde el punto de vista de la toxicidad. La investigación sobre toxicidad de arsénico en animales no está muy desarrollada y se centra, principalmente, en el daño renal asociado con niveles más altos de este metaloide que los encontrados en el estudio que nos ocupa. Sin embargo, existen una gran variedad de enfermedades crónicas asociadas con una baja exposición de arsénico en humanos, como pueden ser cáncer, diabetes o trastornos neurológicos.

Niveles tóxicos mínimos

«Según lo que sabemos hoy, nuestros resultados no indican que comer piensos secos para perros a base de arroz sea tóxico o peligroso para estos animales. Sin embargo, debido a los efectos negativos para la salud asociados con la exposición crónica al arsénico en humanos, no podemos ignorar la posibilidad de efectos similares en ellos. Hasta que haya más estudios, sería aconsejable evitar alimentar a los perros con dietas a base de arroz por períodos muy largos y, en cambio, darle una dieta más variada», indica Rosendahl.

Para realizar este análisis se observaron los minerales capilares mediante espectrometría de masas de plasma acoplado por inducción para medir los niveles de arsénico en el pelaje canino. Un método que ha sido ampliamente utilizado en la investigación humana y que, poco a poco, comienza a abrirse camino en la animal. Utilizar cabello brinda una mejor lectura de los niveles a largo plazo, mientras que los niveles en sangre pueden fluctuar rápidamente. Según los resultados, este tipo de análisis puede considerarse un método informativo barato y no invasivo para medir los niveles de arsénico en canes.

«Estamos muy emocionados de confirmar la utilidad del análisis de minerales capilares en este estudio. Es un método muy interesante y planeamos usarlo también en futuros estudios», finaliza la investigadora.