Sociedad
Así es el chip sexual que causa furor en Argentina
El fármaco de aplicación subcutánea tiene muchos beneficios para la salud y cada dosis tiene una duración de entre tres y seis meses
“Me acabo de poner el chip sexual. Todavía tengo moretones en la nalga. Antes me daban unos geles como en “Sexo en Nueva York”. Con estas palabras definía Catherine Fulop cómo le había cambiado la vida el uso de pellet, una minicápsula hormonal del tamaño de un grano de arroz que contiene testosterona y que se ha popularizado como “chip sexual”. De hecho, muchos han dicho adiós al viagra. Su aplicación es subcutánea y lo usan mayoritariamente las mujeres, aunque cada vez más hombres recurren a él.
El uso se debe hacer bajo supervisión médica -como cualquier fármaco- y antes de ser colocado es necesario realizarse un chequeo de salud. En función de los resultados, el médico establece la dosis que necesita el paciente, dependiendo del peso y la edad.
“Cada chip tiene dosis bajas de testosterona y diferentes a las que se utiliza para el hombre; va liberando las hormonas paulatinamente. Entre los tres y seis meses, se degradan en el organismo solas”, explicó la ginecóloga de la Universidad de Buenos Aires Clelia Magaril al diario argentino "La Nación.
La mujeres que recurren a este chip sexual, suelen ser las que están atravesando la menopausia, pero los hombres lo utilizan para aumentar el deseo sexual. “Se lo han colocado más las mujeres porque la menopausia es un momento en el que descienden los encuentros íntimos y mejora la situación, con relaciones más gratificantes a las anteriores a este periodo", dijo Magaril. “La carencia de hormonas las llevó a necesitar refuerzos para mejorar su líbido, su deseo sexual, su respuesta orgásmica, y su capacidad de tener relaciones”, aclaró la especialista.
Sin embargo, el denominado chip sexual tiene otra serie de beneficios: disminuye el cansancio, mejora el ánimo, elimina algunas dolencias, aumenta la masa muscular y la fuerza física, mejora la circulación y con ello los problemas varicosos. Además, reduce el apetito, disminuye la grasa corporal, previene la osteoporosis, combate la anemia, refuerza el sistema inmunológico. También ayuda a dormir mejor, controla las enfermedades autoinmunes, la depresión, la ansiedad y la diabetes y tiene consecuencias muy positivas en la piel, la memoria y la concentración. En los hombres mejora la erección y en las mujeres aminora los calores propios de la menopausia y reduce la sequedad vaginal.
Este tratamiento a día de hoy no está al alcance de todos porque al tratarse de un fármaco de última generación, tiene todavía un precio alto, pero a pesar de los 800 euros que cuesta, tiene una efectividad de entre tres y seis meses.
La testosterona en las mujeres disminuye a partir de los 25 años aproximadamente, de manera que los niveles plasmáticos de una mujer de 40 años pueden llegar a ser la mitad que los que tenía a los 20 años. Esta disminución puede relacionarse con numerosos síntomas y signos propios del proceso de envejecimiento como disminución de la vitalidad, alteraciones del estado de ánimo (irritabilidad, tristeza, ansiedad…), cansancio permanente, disminución de la libido, sofocos, descalcificación de los huesos, perdida de masa muscular y fuerza, aumento de peso graso, pérdida de memoria y alteraciones del ritmo vigila-sueño. Muchos de estos síntomas se dan también muchos años antes de la menopausia y pueden ser debidos a la disminución de los niveles de testosterona (y no a la bajada del estradiol, propia de la menopausia).
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