Sociedad

La droga no entiende de confinamiento

En 2019, durante este periodo, se localizaron aproximadamente 2.300 kilos de cocaína. Este año se ha llegado hasta 14.000 kilos.

Actuaciones de la guardia civil contra el narcotrafico
narcotrafico durante el confinamientoJosé Maluenda

Pese a la alerta por el coronavirus, el narcotráfico no guarda periodo alguno de confinamiento. La semana pasada la Guardia Civil desmantelaba una organización internacional que utilizaba la ruta clásica del hachís por el río Guadalquivir para introducir cocaína en el país. Según los investigadores, el principal problema de los «narcos» es mover la droga por España y Europa. En los diferentes registros realizados por la Guardia Civil, fuero aprehendidos más de 10 toneladas de hachís, 26 embarcaciones, 29 vehículos y más de 250.000 euros en efectivo además de una docena de armas de fuego. Parece imposible, pero lo cierto es que este año la Benemérita está detectando más envíos de droga en este mes que en abril del año pasado. Los cárteles sudamericanos aprovechan que la prioridad policial es el control del estado de alarma para enviar más droga a nuestro país. En 2019, durante este periodo, se localizaron aproximadamente 2.300 kilos de cocaína. Este año se ha llegado hasta 14.000 kilos durante marzo y abril, es decir, seis veces más durante el estado de alarma. En España, los grandes puertos más usados por los traficantes son Barcelona, Valencia, Algeciras, el Campo de Gibraltar y Vigo. Los grandes narcos siguen organizando cargamentos de droga. Las lanchas que utilizan, valoradas muchas de ellas en unos 250.000 euros, siguen cruzando el Estrecho, y los pilotos, bastante bien cotizados, cobran hasta unos 50.000 euros por viaje. Sin embargo, también han innovado en cuanto a formas de transportar la mercancía. Han decidido agudizar su ingenio para intentar esquivar los controles policiales. Ya han sido varios a los que la Policía ha atrapado usando bolsas de comida a domicilio, pequeñas neveras y hasta camiones para transportar mil kilos de hachís. El método más habitual era que el «camello» se disfrazase de repartidor de comida a domicilio y transportase la droga hasta su destino.