Hospitales

Los hospitales temen un nuevo colapso: “Viviremos un tsunami”

Los expertos advierten de lo que nos espera para el otoño: «Si la Covid se asocia con la gripe, podemos vivir un auténtico caos y esta vez no tenemos excusa»

«Sin duda puede repetirse un colapso hospitalario. Existe un consenso generalizado, lo dicen economistas de la salud, gestores y epidemiólogos y la respuesta pasa por atención primaria. Si no se incorporan recursos a ese nivel, no se podrá gestionar adecuadamente la epidemia, la transmisión se hará comunitaria y la infección se propagará exponencialmente, como vimos durante los primeros meses de la pandemia. Los casos irán creciendo en número y gravedad e irán aumentando los ingresos en las UCI y la mortalidad». Quien hace tan sombrío diagnóstico es Salvador Tranche, presidente de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria, que añade: «Durante la primera ola se reconoció que se había cometido el error de no contar con atención primaria. Volver a hacer lo mismo ahora, además de inaceptable, sería una verdadera irresponsabilidad. En el momento en que exista transmisión comunitaria habrá un verdadero riesgo de colapso del sistema».

De momento no se puede hablar de colapso, pero el goteo de ingresos hospitalarios por Covid-19 aumenta cada día. De mantenerse el ritmo actual, sostienen los expertos consultados por LA RAZÓN, en otoño volverán los problemas de saturación en los hospitales por el incremento de la presión asistencial. En la Comunidad de Madrid, muchos centros hospitalarios se preparan ya para lo que pueda venir. En el Hospital La Paz, por ejemplo, se ha habilitado un gimnasio con tomas de oxígeno ya preparadas; en el de Torrejón de Ardoz una planta entera para Unidades de Cuidados Intensivos (UCIs); en el Ramón y Cajal han reservado espacios para un posible repunte y en el Gregorio Marañón se han habilitado dos gimnasios y una biblioteca. Todos han elaborado «planes de elasticidad» para posponer y reprogramar las cirugías no urgentes. Si llega el caso, la prioridad será atender los contagios de Covid-19. «Pensábamos que la segunda ola iba a coincidir con el periodo de las infecciones respiratorias y la gripe, y también del SARS-CoV-2: todas ellas indistinguibles clínicamente (fiebre, tos, dolor de garganta, malestar general...). Es bien conocido que algunos años la gripe colapsa los hospitales y centros de salud, por lo que si ahora se asocia el Covid-19 podemos encontrarnos ante un auténtico tsunami. Y preparándonos para ello (adelantando las vacaciones, con plantillas muy reducidas...) pensando en el otoño-invierno, nos damos de bruces con numerosos rebrotes , lo cual va causando un tremendo cansancio físico y emocional. Si a eso se le añade que no se incorporan recursos, podemos decir que los médicos y enfermeros de familia están actualmente al límite. La atención primaria está capacitada para gestionar la segunda ola pero no está habilitada porque no se han incorporado los recursos necesarios».

«Sabemos cómo frenarlo»

El doctor Manuel Ollero, jefe de servicio de Medicina Interna del hospital universitario Virgen del Rocío de Sevilla cree que «si los hospitales vuelven a verse desbordados será un fracaso de toda nuestra sociedad». «Conocemos mejor al virus y sabemos que puede contenerse utilizando la mascarilla y la distancia social. Tenemos más experiencia sobre cómo rastrear a los contactos y cómo tratar a los pacientes. Sabemos que en los sitios donde nos confinamos a tiempo, como Andalucía, los hospitales no se desbordaron. Si a pesar de todo nos vemos desbordados una vez más, no será solo por el virus, sino sobre todo porque nuestra sociedad no ha sabido dar una respuesta coherente. Y no solo profesionales y gestores, también a los ciudadanos. Es desolador comprobar que a un paciente al que se le ha indicado un confinamiento porque se le ha tomado una PCR, cuando se le llama para darle el resultado positivo te cuente que ha ido a cenar con sus abuelos y a comer con sus tíos y comprobar poco después que todos ellos han sido infectados».

Juan González Armengol, presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias, coincide con Tranche en que los hospitales pueden verse de nuevo desbordados. «Hay que tratar de erradicar o disminuir los contagios que se vienen produciendo en las últimas semanas. El rastreo y la detección de contactos, y la realización de test PCR masivos en lugares seleccionados, donde se considere que puede existir mayor grado de transmisión comunitaria». «Los médicos afrontamos esta segunda ola con preocupación y cierto cansancio acumulado», añade González Armengol, «pero con la esperanza, si hacemos entre todos, ciudadanos y administraciones, lo que debemos hacer, de no llegar a situaciones como las vividas en marzo y abril. Es esencial que exista una buena estrategia de prevención y seguimiento de la actividad en colegios, universidades, trabajos... Y recalco el especial cuidado y prevención que hay que tener con la entrada de contagios en entornos cerrados vulnerables, como residencias de ancianos, personas sin hogar, cárceles o conventos».

Para Pilar Argente, jefa del servicio de Anestesiología y Reanimación y directora del bloque quirúrgico del hospital La Fe de Valencia, no es difícil presumir de que el principal centro hospitalario de la Comunidad Valenciana tiene gran parte de los deberes hechos. «Tenemos un hospital de campaña para realizar tareas de apoyo y un plan de acción para la adaptación progresiva a la situación asistencial de cada momento». «La situación actual (por los rebrotes) nos preocupa, asegura Argente, «pero la respuesta que daremos estará a la altura de los excelentes profesionales que tenemos. Es importante que nos sintamos apoyados tanto por la sociedad como por las instituciones. Y el apoyo no es con aplausos, que también, sino manteniendo la distancia social, el uso de mascarillas y lavado de manos».

Responsabilidad individual

Para Juan Sergio Fernández, vicepresidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria en Andalucía, es importante apelar a la responsabilidad individual porque el sector más joven de la sociedad «no acaba de asumir que no disponemos aún de tratamiento eficaz ni de vacuna». «Desde el comienzo de la pandemia existen circuitos diferenciados para pacientes sospechosos de Covid-19», dice Fernández, «y ante la más mínima sospecha se realiza una prueba PCR en el centro de salud y se indica aislamiento del caso sospechoso. Tras la confirmación del caso se inicia la búsqueda de contactos para su aislamiento, independientemente del resultado de la PCR».