Religion

El Papa asume la distancia social: audiencia de lejos sin mascarilla

«Querría bajar pero os saludo desde aquí», se excusó ayer tras el revuelo generado hace una semana por mezclarse con los fieles

El Papa, ayer, a su llegada a la audiencia con los fieles en el Vaticano
El Papa, ayer, a su llegada a la audiencia con los fieles en el VaticanoETTORE FERRARIEFE

El Papa continúa sin ponerse la mascarilla. Pese a que el Vaticano siguió las normas italianas y la impuso como obligatoria tanto en espacios cerrados como abiertos, Francisco no está cumpliendo la norma. Ayer, al menos, evitó el paseíllo junto a los fieles, como hizo la semana pasada en su audiencia pública semanal. Salió por otra puerta y se sentó directamente en el trono desde donde se dirige al público en el Aula Pablo VI.

Al Papa le pesa sobremanera no poder sentirse entre los suyos e incluso les pidió perdón por no hacerlo. «Como hago normalmente yo querría bajar y acercarme a vosotros para saludaros pero con las nuevas prescripciones es mejor mantener las distancias y a los enfermos los saludo de corazón desde aquí», expresó después de su catequesis.

El coronavirus no es algo a ajeno en el Vaticano. Han sido varios los casos registrados en los últimos meses, los últimos hace sólo unos días cuando la Santa Sede confirmó que cuatro guardias suizos se habían contagiado. Según confirmó el Vaticano se trata de cuatro guardias suizos que presentan algunos síntomas leves y han sido aislados. Además se está investigando con quiénes han estado en contacto y, en su caso, aplicar las medidas de seguridad necesarias. El 2 de octubre, Francisco se reunió con nuevos reclutas y sus familiares. Por el momento no hay constancia de que los cuatro positivos hayan estado en contacto con el Papa. No en vano, todos los miembros de la Guardia presentes en la audiencia lucían la mascarilla.

También el público y algunos colaboradores del Papa, pero no todos. Al término de la audiencia, Francisco saludó a algunos de ellos de cerca, aunque no llevaran mascarilla. Sin embargo, al contrario que lo ocurrido la pasada semana, esta vez no les dio la mano. También usó el gel desinfectante presente en el aula.

El Vaticano no ha dado ninguna explicación de los motivos por los que el Papa se está saltando esta norma básica. No sólo en las audiencias, sino en sus encuentros privados con la Curia tampoco lleva la mascarilla, como se ha visto esta misma semana. Hace un par días se encontró con el cardenal australiano George Pell, que ha vuelto al Vaticano después de haber sido absuelto por un presunto delito de abusos sexuales por el que pasó más de un año en la cárcel, y tanto en su encuentro privado como durante el recibimiento ambos aparecieron con el rostro descubierto. Mientras tanto, los casos de coronavirus en Italia siguen subiendo a un ritmo elevado con más de 7.300 en las últimas 24 horas.

El Papa, sin embargo, pide a los fieles que cumplan las normas. «Sucede que cuando yo bajo, todos vienen, se agrupan y el problema es que hay peligro de contagio. Por eso cada uno con la mascarilla y manteniendo la distancia podemos seguir adelante con las audiencias», explicó durante la audiencia de ayer. «Si todos como ciudadanos cumplimos las prescripciones de las autoridades, esto será una ayuda para acabar con esta pandemia», pronunció, ante el aplauso de los presentes. Las audiencias semanales sólo pudieron retomarse en septiembre tras meses canceladas. Durante este periodo el Papa sufrió el encierro, que sólo pudo romper cuando acudió a Asís para firmar su encíclica «Fratelli tutti». Fue la primera vez que traspasó los muros vaticanos en los últimos siete meses.

Antes de la catequesis, Bergoglio recibió a los padres de Roberto Malgesini, un sacerdote de Como, en el norte de Italia, que fue asesinado a puñaladas el pasado mes de septiembre. El Papa consoló a sus familiares y lamentó «cuánto han sufrido por su hijo, que ha dado la vida en el servicio a los pobres».