Riesgo alto
La inmunidad de rebaño se aleja por la expansión de las nuevas cepas
Europa avisa de «riesgo alto» de contagios por la mutación británica y Estados Unidos detecta una nueva más transmisible
Conseguir la inmunidad de rebaño frente a la covid-19 durante el verano. Ese es el objetivo que se ha fijado el Ministerio de Sanidad, pese a las trabas que van apareciendo por el camino. Por un lado, los plazos de las llegadas de vacunas siguen sin cumplirse. Sin ir más lejos, ayer Moderna avisó que entregará la mitad de las 400.000 dosis que iba a recibir España esta semana. Esta reducción, que afecta a toda la Unión Europea, se verá compensada en marzo, según Sanidad, que se lo hizo saber a las comunidades. Debido a ello tendrán que planificar sus calendarios de vacunación ya que ha comenzado en el grupo de los mayores de 80. Debe recordarse que para ellos se han reservado las vacunas de ARN mensajero (Moderna y Pfizer).
El retraso de los 200.0000 sueros de Moderna se une a la escasez generalizada de vacunas. A pesar de que el Ministerio de Sanidad aseguró el lunes que había empezado a remitir a las autonomías una partida de cerca de 500.000 sueros, sus propias estadísticas no reflejan la llegada de esta remesa. De hecho, la carestía es tal que los servicios de salud regionales apenas pudieron administrar en la última jornada 62.904 vacunas entre la población.
El siguiente escollo para alcanzar esa ansiada inmunidad de rebaño, y quizá el más importante, es la expansión de ciertas variantes del SARS-CoV-2. No solo porque sean más contagiosas y letales, sino también porque pueden escapar de la acción protectora de las actuales vacunas. AstraZeneca ya se ha demostrado menos eficaz para la mutación de Sudáfrica. De hecho, en este país se paralizó el proceso de vacunación ya que solo se habían comprado sueros de este laboratorio debido a sus ventajas para la conservación. Ayer, se retomó la campaña con el primer envío de 80.000 sueros de la farmacéutica Johnson&Johnson. El laboratorio ha demostrado en ensayos un 57% de eficacia en los casos leves y graves de la variante mayoritaria en el país africano, conocida como 501Y.V2. En España apenas se conocen un par de casos de esta mutación, pero el propio Ministerio ya reconoció la semana pasada que, aunque no hay evidencias de mayor virulencia, algunos estudios muestran una disminución de la capacidad de neutralización de sueros a pacientes convalecientes. Por eso, «preocupa que pueda producir un mayor número de reinfecciones o reducir parcialmente la eficacia de las vacunas». De hecho, tanto AstraZeneca y otros laboratorios están reformulando sus compuestos para una mayor eficacia frente a esta variante del virus.
La aparición de nuevas mutaciones en distintas partes del mundo hace cada vez más difícil acabar con la pandemia. La última se ha identificado en EE UU. Una nueva mutación genética que parece aumentar la contagiosidad del coronavirus ha aparecido por lo menos siete veces de manera independiente en el país, así como en Egipto, la India y Dinamarca, informan científicos de EE UU en un artículo publicado en el servidor medRxiv. El hecho de que haya evolucionado múltiples veces en lugares distintos del mundo sugiere que tiene «relevancia funcional durante la entrada en las células y que puede conferir una ventaja en la transmisión», escriben los autores de esta investigación.
No obstante, la cepa que más preocupa tanto en nuestro país como en el resto de Europa es la que proviene del Reino Unido, la B.1.1.7. De hecho, el Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) advirtió ayer que la variante británica, además de ser más transmisible, puede causar una infección grave. Por ello, avisa de que Europa está en un escenario de «muy alto riesgo» de contagios de Covid-19. A través de un informe, el organismo señaló que, aunque varios países europeos están reduciendo en las últimas semanas la incidencia, la situación epidemiológica en el continente es de «grave preocupación» a pesar de que toda Europa ha comenzado ya a vacunar a los primeros grupos. Todavía, dicen, es «demasiado temprano» para observar un impacto en la mortalidad y en la tasa de hospitalización. Y esto se puede explicar, detalla el organismo, debido a la propagación de las nuevas variantes de coronavirus, sobre todo la británica. En concreto, desde el pasado 21 de enero, los países han observado un aumento del número de casos de esta mutación. Se espera que, al igual que en Irlanda, sea en las próximas semanas la variante más predominante en muchos países. En España, según datos recabados por Sanidad, hasta el pasado día 8 se habían notificado a nivel nacional más de 470 casos confirmados de esta variante en 14 comunidades: Madrid, Andalucía, Cantabria, Baleares, Comunidad Valenciana, Asturias, Murcia, Castilla-La Mancha, Castilla y León, País Vasco, Galicia, Extremadura y Cataluña.
Como ya reconoció el propio Fernando Simón en enero es muy posible que esta mutación sea la dominamte en marzo en nuestro país. Ya lo es en Reino Unido, y lo será muy próximamente en Irlanda y también en otros países europeos como Dinamarca. A esta, hay que sumar la futura expansión de otras cepas como la sudafricana, la brasileña y la que proviene de Estados Unidos –incluso se menciona una posible ugandesa–. Por todo ello, el ECDC advirtió que el riesgo de contagio de las variantes en Europa es «alto» para la población general y «muy alto» para las personas más vulnerables. Ante el miedo de que las vacunas aprobadas no neutralicen las nuevas cepas, el organismo recomendó diseñar otras de nueva generación, así como considerar la posibilidad de administrar una dosis de refuerzo para aquellas que ya se han desarrollado.
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