Estudios universitarios
La Universitat Pompeu Fabra comparte, por primera vez, el liderazgo en la clasificación global de U-Ranking con la Politècnica de Catalunya y la Carlos III de Madrid
Los nuevos títulos en las universidades privadas suponen el 62,4% de la oferta actual de estas instituciones y en el caso de las públicas representan el 33,4%.
El Sistema Universitario Español (SUE) se caracteriza por la notable estabilidad de los rankings de rendimiento docente e investigador basados en un análisis de los recursos y resultados de sus universidades, pero eso no significa que no se estén produciendo cambios. Uno relevante es el que se desarrolla desde hace una década a través de la expansión de los mapas de titulaciones de cada universidad, en los que hay muchos nuevos grados y dobles titulaciones, pero bastantes menos extinciones. Se entiende por nuevas titulaciones, tanto las que ya existían pero se ofrecen por primera vez en una universidad concreta, como las de nueva creación en el conjunto del SUE y que representan una novedad en el conjunto del sistema.
Dado que en la última década las universidades se han movido en un contexto de matrícula total a la baja, el aumento de las oferta ha implicado mayor competencia por el alumnado de nuevo ingreso y grupos más pequeños. De hecho, hay un gran número de grados, nuevos y antiguos, en los que ingresan pocos alumnos y que perduran, en ocasiones, con dudosa justificación. Las jóvenes universidades privadas, más activas en la creación de títulos porque están en fase de desplegar su oferta, padecen más que las públicas ese minifundismo formativo, pese a estar ganando cuota en el alumnado de los nuevos grados y en la matrícula total.
Una noticia positiva es que buena parte de los cambios en la oferta responde a señales que provienen del entorno social y económico de las universidades. Por un lado, -según la información que ofrecen las universidades públicas sobre la preinscripción- las titulaciones nuevas están mejor ajustadas a las preferencias de los estudiantes que las antiguas y el porcentaje de alumnos de las nuevas que estudia lo que desea es mayor. Por otro, la creación de títulos nuevos es más intensa en especializaciones que tenían problemas de inserción laboral y reaccionan para reducir sus debilidades, y también en otras que disfrutan de buenas oportunidades y quieren aumentar sus fortalezas.
La intensidad de los cambios en la oferta es notable en todas las ramas del saber -aunque mayor en la de Ciencias Sociales y Jurídicas- pero muy diversa por campos de especialización. Si se agrupan los grados en 26 familias, en algunas que cambian con intensidad se aprecian verdaderas reconversiones que responden a la necesidad de adaptarse a los transformaciones científicas, tecnológicas y profesionales en curso. Algunas de las familias que destacan en este sentido son la de estudios artísticos, la de ciencias de la administración o la de informática y telecomunicaciones, recurriendo para ello tanto a la creación de nuevos grados con perfiles hasta ahora inexistentes como al uso frecuente de fórmulas multidisciplinares, mediante la creación de dobles grados.
Las universidades muestran diversidad también en la intensidad y perfiles de sus cambios en la oferta docente, análogamente a lo que es habitual en otros ámbitos, como su especializacion o sus resultados docentes y en investigación e innovación. U-Ranking considera esa diversidad usando veinte indicadores al construir el índice sintético que clasifica a las instituciones en función de su rendimiento global, y también los rankings de rendimiento docente y de actividad investigadora e innovadora. Un rasgo permanente de las ediciones ya publicadas de U-Ranking es que la orientación a la investigación es mucho más nítida en las universidades públicas, que también encabezan la clasificación global, pero en los resultados docentes destacan las privadas. Ambas se muestran activas en la reorientación de las ofertas docentes, pero las privadas más.
La novena edición de U-Ranking, elaborada por la Fundación BBVA y el Ivie, corrobora la tendencia de los resultados de años anteriores y la notable estabilidad de las universidades en sus posiciones, pero estas no están exentas por completo de variaciones. El proyecto ha sido dirigido por los profesores Francisco Pérez, director de Investigación del Ivie, y Joaquín Aldás, profesor investigador del Ivie —ambos catedráticos de la Universitat de València— en colaboración con Rodrigo Aragón, María Moraga e Irene Zaera, técnicos de investigación del Instituto. U-Ranking 2021 analiza 72 universidades españolas, 48 públicas y 24 privadas -2 más que la anterior edición-, y ofrece un perfil de los resultados de cada institución. A partir de la herramienta incluida en la web www.u-ranking.es el usuario puede construir su propio ranking como base para elegir estudios entre los cerca de 3.500 grados oficiales evaluados de un conjunto de universidades que representan el 98% del SUE. La herramienta web ofrece el rendimiento de cada universidad en las titulaciones elegidas, así como las notas de corte del curso 2020-2021 y los precios públicos por crédito matriculado de los grados oficiales que se analizan. Se incorpora además información adicional sobre la empleabilidad de los cerca 1.800 grados para los que hay datos disponibles.
Rendimiento de las universidades españolas
La Universidad Pompeu Fabra repite en el primer puesto de U-Ranking en la edición 2021, pero por primera vez no aparece en solitario en esta posición, sino que comparte este liderazgo con la Universidad Carlos III de Madrid y la Universitat Politècnica de Catalunya. A este grupo de cabeza le sigue el integrado por la Universitat Autònoma de Barcelona y la Politècnica de València. Por detrás se sitúa un bloque de siete universidades entre las que se incluyen las primeras instituciones privadas del ranking, la Universidad de Deusto y la Universidad de Navarra, acompañadas por la Autónoma de Madrid, la Universidad de Cantabria, la Politécnica de Madrid, la Universitat de Barcelona y la Universitat Rovira i Virgili.
El ranking de rendimiento compara los resultados que obtiene cada universidad por unidad de recursos utilizados (humanos y financieros). Los rendimientos de las universidades de distinto tamaño son directamente comparables debido a que los indicadores, o son directamente porcentajes y por lo tanto ya están relativizados (tasa de éxito, tasa de abandono, % de estudiantes de postgrado), porque son independientes al tamaño, como las notas de corte, o porque cuando no lo son se relativizan por el tamaño: profesores doctores por cada 100 alumnos, presupuesto por alumno, recursos públicos competitivos captados por profesor doctor.. En este ranking global de rendimiento las universidades públicas ocupan 10 de los 12 primeros puestos. Sin embargo, si se consideran por separado dos grandes ámbitos de actividad, la docencia, por un lado, y la generación de conocimiento mediante la investigación y la innovación, por otro, los resultados no son los mismos. El dominio de las universidades públicas se refuerza en el ámbito de la investigación y la innovación, pero en docencia las universidades privadas son mayoritarias en los primeros puestos. Entre las 8 instituciones que lideran el ranking docente, aparecen tres públicas (la Universidad Carlos III de Madrid y las politécnicas de Catalunya y València), junto a cinco privadas: la Universidad de Navarra, Universidad Europea de Madrid, Internacional de La Rioja, Nebrija y Ramon Llull. El rendimiento global de las universidades privadas en el ámbito de la docencia se sitúa once puntos por encima de la media de las universidades públicas.
Por el contrario, el rendimiento de los centros públicos en investigación e innovación es 47 puntos mayor que el de las privadas, en promedio. El ranking de investigación e innovación lo encabezan tres universidades públicas catalanas. La Universitat Pompeu Fabra ocupa la primera posición, seguida de la Universitat Autónoma de Barcelona y la Universitat Politècnica de Catalunya en segundo y tercer lugar, respectivamente. La Universidad de Deusto, la primera privada por su rendimiento en investigación e innovación, aparece tras diez instituciones públicas.
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