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Nuevas cepas

La variante beta del SARS-CoV-2 infecta a ratones de laboratorio

Se trata de algo que no ocurría con la cepa original y que les provoca una covid leve

La variante Beta (detectada por primera vez en Sudáfrica) puede infectar también a ratones debido a su elevada infectividad. Se trata de un hallazgo importante dado que, hasta ahora, las nuevas cepas se han mantenido mayoritariamente entre la población humana. La conclusión parte de una investigación española del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa —centro impulsado conjuntamente por la Fundación “la Caixa” y el Departamento de Salud de la Generalidad de Cataluña—, junto con el Barcelona Supercomputing Center y el Centro de Investigación en Sanidad Animal (CReSA) del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), en el marco del consorcio CBIG.

El estudio demuestra que, mientras que la primera variante que se describió en Europa infecta exclusivamente a ratones transgénicos, es decir, que simulan el proceso de infección del SARS-CoV-2 en humanos, la variante beta, además, puede infectar ratonesnormales. Este hecho permitiría a la comunidad científica utilizar un modelo experimental con susceptibilidad natural al virus.

Hasta ahora, los ratones solo se podían infectar si tenían modificaciones genéticas, por lo que este cambio de paradigma podría permitir simplificar el estudio de la infección por SARS-CoV-2 en modelos animales y utilizar ratones de laboratorio normales.

Este trabajo avisa también de que la capacidad de las nuevas variantes del virus para infectar a otras especies animales que no eran susceptibles al SARS-CoV-2 original hace necesaria una “vigilancia continua y global de la variabilidad viral, poniendo el enfoque en una única salud, es decir, en la interdependencia de la salud humana y animal”.

El precupante salto a animales

Este tipo de evidencias preocupan a la comunidad científica, y el investigador del IRTACReSA Joaquim Segalés ha alertado de que “los virus pueden infectar diferentes tipos de seres vivos y, a medida que surgen nuevas variantes, estas pueden ampliar su capacidad de infectar nuevas especies”.

Por su parte, el investigador IGTP en IrsiCaixa Julià Blanco ha explicado que los resultados del estudio llevaron a descubrir que el contagio en ratones se debía a “la elevada afinidad entre la proteína de la espícula de esta variante y la ACE2 de los ratones, que es el receptor celular a través del cual el SARs-CoV -2 puede penetrar las células y, por tanto, infectarlas”.

Modelos informáticos desarrollados por el Barcelona Supercomputing Center (BSC) han aportado una interpretación a nivel molecular de por qué se produce esta afinidad: “La clave radica en un conjunto de mutaciones en la proteína de la espícula del virus, que hacen posible esta interacción”, ha explicado el investigador del BSC Miguel Romero.

Los ratones infectados con esta variante tienen una afectación leve y no llegan a desarrollar síntomas severos, ya que el propio sistema inmunitario de estos roedores “la puede resolver sin complicaciones”, mientras que la infección en ratones transgénicos es muy severa e induce su muerte.