Fake news
Una Alianza y la Organización Médica para luchar contra los bulos
Cada día nace un grupo negacionista perfectamente organizado en las redes
Organizaciones del ámbito de la salud y la sociedad civil han unido sus fuerzas en una Alianza contra los Bulos en Vacunas. Van a intentar acabar con los bulos con campañas de concienciación tanto entre el público en general como entre los sanitarios en particular. Una de sus primeras actuaciones ha sido denunciar cómo la actividad de los negacionistas y antivacunas españoles se ha multiplicado en internet, con webs donde promocionar sus vídeos y grupos de Telegram, así como para convocar manifestaciones e impulsar campañas en redes sociales.
Estos días uno de sus objetivos prioritarios es evitar la vacunación infantil. La Alianza ha detectado que cuentan con abogados que les asesoran, siguen consignas de grupos internacionales y lanzan campañas de desinformación en redes sociales con hashtags como «Los niños no se tocan».
Según sus cálculos, son ya más de 60 los grupos de Telegram que se dedican a difundir bulos de salud. Algunos con más de 12.000 seguidores. Aprovechan que en esa plataforma cualquiera puede crear un grupo gratuito sin filtros, límites de miembros y de forma anónima. Y editan panfletos amenazantes que tratan de dejar en centros de salud y hospitales.
También denuncian que entre los líderes de esos grupos hay editores de revistas, periodistas, biólogos, naturópatas y promotores de muy diversas pseudoterapias que aseguran curar muchas enfermedades. «Hay muchas falsas creencias sobre los negacionistas que debemos descartar. No son tan pocos, no están desorganizados e ignorarles no funciona porque así creen que les tenemos miedo. Su influencia es creciente entre personas que dudan sobre la eficacia de las vacunas o que recelan de las decisiones tomadas por los gobernantes en materia sanitaria. Y estos grupos también son un imán para sujetos inadaptados y descontentos, que canalizan su rabia y frustración oponiéndose a todo lo que ellos consideran como poderes establecidos», esgrime Ricardo Mariscal, portavoz de #SaludsinBulos.
Asimismo cree que «los bulos generados por estos grupos no deben quedarse sin réplica, han de ser desmontados con evidencia científica y denunciada su actividad contra la salud en Internet en una labor conjunta entre divulgadores sanitarios, comunicadores, autoridades e instituciones.
Con el mismo objetivo contra los negacionistas arranca una nueva etapa del Observatorio contra las Pseudociencias y Pseudoterapias de la Organización Médica Colegial (OMC), al frente del cual se encuentra la vicesecretaria de la OMC, la doctora Rosa Arroyo, con una misión específica de coordinar las acciones de los colegios de médicos, establecer alianzas y trabajar en conjunto con las autoridades sanitarias, las sociedades científicas, las asociaciones de pacientes y otros profesionales sanitarios y no sanitarios para facilitar a los ciudadanos que puedan detectar productos milagrosos ineficaces y potencialmente peligrosos, así como los mensajes velados de antivacunas.
La doctora Rosa Arroyo señala que «un 17% de la población española confía en los efectos beneficiosos de la homeopatía, 8 puntos menos que hace 2 años, y un 11% en el reiki. En este retroceso positivo han tenido impacto las campañas de información de las autoridades y las corporaciones sanitarias. Como también», añade, «sobre esos suplementos minerales que ‘curan’ la covid, o las relacionadas con los tratamientos oncológicos milagrosos».
Los movimientos antivacunas centran especialmente las actividades del Observatorio, que a la vuelta del verano organizará actividades tanto en información como en formación con seminarios on-line con temas relacionados con los movimientos antivacunas, negacionistas, el papel de los profesionales de la comunicación en la información sanitaria o el marco legal en pseudoterapias e intrusismo sanitario. Con una idea base: la ciudadanía debe buscar información sanitaria en fuentes fiables y acreditadas, basadas en la mejor evidencia disponible, y con el consenso de la comunidad científica.
También ha elaborado un protocolo para situaciones en que un médico divulgue o prescriba pseudoterapias. El colegio donde se detecte el caso se pondrá en contacto con el colegiado para recabar su versión de los hechos, y si procede abrir un expediente informativo. En base a los resultados se decidirá si es necesario incoar un expediente disciplinario por presuntas infracciones del código deontológico, con las sanciones que en cada caso correspondan y que pueden conllevar suspensión de la colegiación, y por tanto del ejercicio de la medicina durante un tiempo proporcional a la gravedad de la actuación. Esto es lo que se denomina la vía disciplinaria corporativa, que ha tenido que ser utilizada en algunas ocasiones, ejemplo reciente la sanción a un médico del colegio de Baleares.
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