Sanidad negocia un plan de choque para atención primaria

El Ministerio de Sanidad ha promovido en la isla de Gran Canaria un encuentro con las Consejerías de Sanidad de todas las comunidades autónomas para empezar a poner fin a la crisis de la atención primaria. El modelo del primer asistencial soporta tensiones desde hace años que se han visto acrecentadas durante toda la pandemia de Covid, lo que ha llevado a sus profesionales a pedir un cambio de cara al futuro.

La cita, a la que asisten la ministra Carolina Darias y los consejeros del ramo, ha levantado susceptibilidades en el sector, pues su celebración en el tiempo coincide con el congreso nacional que celebra una de la principales sociedades científicas de médicos del ramo, Semergen, de corte más conservador que otra de las dos sociedades científicas de facultativos que operan en el llamado primer nivel asistencial: Semfyc y SEMG. Los médicos temen además que el foro organizado por el Ministerio se convierta en una «foto más» sin resultados prácticos, y demandan más inversión, recursos y medios.

El representante nacional de Médicos de Atención Primaria Rural del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, Hermenegildo Marcos, ha asegurado que faltan de manera urgente 3.500 plazas en este nivel asistencial y entre 12.000 y 14.000 en un periodo de tiempo más prolongado, con el objetivo de alcanzar la cifra de un médico de familia por cada 1.000 habitantes, una ratio muy alejada del 0,77 actual, informa Efe.

En línea parecida, el presidente de SEMG, Antonio Fernández Pro-Ledesma, ha advertido de que «el sistema se está deteriorando de una manera absoluta y se pagará la factura» si no se hace nada. Por su parte, el presidente de Semfyc, Salvador Tranche, ha demandado la puesta en marcha de un Plan Nacional de Atención Primaria con partida la presupuestaria correspondiente.

Aunque los problemas de la atención primaria han emergido de golpe, vienen de largo. A la falta de personal y de medios para atender los crecientes cupos en todas las autonomías, se le unen la burocracia y la progresiva pérdida de autonomía que están sufriendo los médicos en sus consultas. Sucede con los partes de incapacidad temporal y también con la prescipción de medicamentos. Los facultativos se encuentran con el obstáculo de programas informáticos instalados por los servicios de salud autonómicos para acotar su prescripción y limitar el gasto farmacéutico.

La atención primaria se topa también con límites que le impiden desarrollar una mayor capacidad de resolución que suavice la demanda asistencial en los hospitales. Por ejemplo, la mayor parte de los equipos de atención primaria no puede practicar cirugía menor.