"Mascoteros"

Comunicación y feromonas

Los gatos cuentan con una poderosa “brújula” en su olfato

Gatos en una imagen de archivo DIPUTACIÓN DE GRANADA/ARCHIVO (Foto de ARCHIVO) 12/01/2021
Gatos en una imagen de archivo DIPUTACIÓN DE GRANADA/ARCHIVO (Foto de ARCHIVO) 12/01/2021DIPUTACIÓN DE GRANADA/ARCHIVODIPUTACIÓN DE GRANADA/ARCHIVO

Al gato no le hacen falta novedosas tecnologías, ni ningún tipo de red social digital para comunicarse; desde el origen de la existencia de los felinos, estos increíbles animales han utilizado, con gran aprovechamiento, todos los recursos de los que les dotó la naturaleza para intercambiar información.

Un felino puede comunicarse mediante posturas corporales, sonidos… pero nos centraremos en la comunicación olfativa.

Lenguaje por el olor

Podríamos comenzar diciendo que los olores que emiten los gatos tienen una clarísima finalidad: regular las fronteras en sus relaciones con los congéneres.

El gato mediante sus olores puede mantener alejados de sus territorios a otros gatos, aunque también puede sugerir el acercamiento (celo). Los mensajes olorosos emitidos proporcionan al que los percibe un gran numero de datos, entre ellos el sexo y la fase sexual en la que se encuentra, el momento en el que el animal dejo la señal...

Y muchos se preguntarán... ¿con que «productos» dejan estos mensajes los gatos?

Un gato puede marcar con su orina, con las heces, con diversas secreciones glandulares, y con lo que principalmente nos interesa en esta ocasión: feromonas.

El término feromona fue definido por primera vez por Karlson y Luscher en 1959; el término procede de dos raíces griegas: «pherein» (transportar) y «horman» (excitación).

Estamos ante unas sustancias que tras ser emitidas son capaces de modificar ciertos aspectos fisiológicos y comportamentales del animal que las percibe; principalmente actúan sobre el comportamiento sexual y sobre el control del territorio.

Podemos decir que las secreciones más «ricas» en feromonas son la orina, las heces, el flujo vaginal y la secreción de las glándulas de la cara.

La percepción de las feromonas no se realiza por el canal olfativo habitual; para la percepción de estas singulares estructuras químicas el gato utiliza el órgano vomeronasal, situado en el interior de la boca tras el arco incisivo y mediante el cual el felino casi «paladea» la información recibida.

Estamos ante unas sustancias químicas imposibles de identificar por el olfato humano, las feromonas son una especie de «canal privado» de información de la especie que las emite.

En la actualidad disponemos de feromonas de síntesis para su uso en el control, tratamiento y prevención de los problemas de comportamiento felino.