Estrategia anticovid

Propuesta para que todas las altas y bajas sean telemáticas

La Sociedad de Medicina Familiar pide integrar a Muface, Mujegu e Isfas en este nuevo sistema

Varios sanitarios alrededor de un paciente ingresado en la UCI del Hospital Enfermera Isabel Zendal de Madrid
Varios sanitarios alrededor de un paciente ingresado en la UCI del Hospital Enfermera Isabel Zendal de MadridEduardo ParraEuropa Press

La Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), integrada por 17 sociedades federadas, suele mostrar criterios sanitarios próximos al Gobierno, que a su vez tiene muy en cuenta su recomendaciones. Y la semFYC acaba de lanzar una propuesta de estrategia nacional anticovid.

En primer lugar considera que la gravedad de la pandemia será menor ya que la vacunación es amplia y por la «amplia exposición previa al virus». Considera que un primer escenario previsible sería la «endemización del SARS-CoV-2, con un virus presente de forma continuada aunque con cifras bajas de incidencia» Un escenario que colocan en segundo término es que «la aparición de nuevas variantes» «den lugar a sucesivos brotes/ondas epidémicas».

Ante estos escenarios observan una «elevada saturación de los servicios sanitarios que condiciona la adecuada atención a las patologías crónicas, así como al necesario seguimiento de los programas de cribado temprano de patologías graves». La política actual ha condicionado « el abandono de las actividades de prevención y promoción de la salud, así como de actividades comunitarias», con «un aumento inasumible de tareas administrativas- burocráticas en el trabajo clínico».

Tras alabar que la pauta de vacunación completa «disminuye las hospitalizaciones por la variante ómicron hasta en un 70%; tras la dosis de refuerzo disminuye hasta en un 90%; y la proporción de pacientes hospitalizados con covid que requieren intubación o están muy graves, ha disminuido hasta en un 80-90 %», propone ahondar en la «implantación de modelos efectivos de consulta no presencial (atención telefónica y telemática) en Atención Primaria». La medida actual de altas y bajas de siete días que tanta polémica ha suscitado por su ventajas e inconvenientes. Aunque reconoce la dificultad de la medida que proponen por «la no estandarización de datos entre comunidades, así como las distintas políticas de control y seguimiento epidemiológico dificultan el conocimiento exacto del número de personas afectadas (tanto sintomáticas como asintomáticas).

Sí denuncian la semFYC que «la posible aparición de picos epidémicos de rápida y elevada transmisión comunitaria» con lleva el «consiguiente colapso de los servicios sanitarios. La Atención Primaria se encuentra infradotada e infrafinanciada de forma histórica».

Para subsanarlo propone medidas como ampliar la notificación telemática de altas, confirmaciones y bajas como vía exclusiva por parte del Instituto Nacional de la Seguridad Social «en un único acto baja y alta en todas las patologías». Conllevaría una «declaración responsable del trabajador a la empresa y/o mutua, la cual asumiría la gestión de los 7-10 primeros días de baja por estar asimilada a contingencias profesionales afectadas por la infección por SARS-CoV-2.»

También piden la «integración de Muface, Mujegu e Isfas en el mismo sistema de gestión de IT (incapacidad temporal o baja laboral) que los demás trabajadores».

Además, habría una «supresión de la notificación del Nombre de la Empresa y CNO-Código Nacional de Ocupación, que introduciría a partir del 8º día la mutua, la empresa o el INSS, que son los que disponen de la información», con una «simplificación de los actos: bajas cortas de hasta 10 días con alta automática; bajas medias de hasta 90 días con renovación mensual; y bajas largas con renovación trimestral». Esta sociedad médica propone asimismo la «eliminación de los informes para la inspección, que no aportan valor y convierten en burocrático el seguimiento, mejorando las vías de comunicación con la inspección local y del profesional».

Otras propuestas según recoge su informe de forma literal:

“En relación a la vacunación, proponemos que sean otras entidades y no los centros de salud los responsables de la emisión de certificados COVID u otros certificados de vacunación que están disponibles online; y habilitar espacios y personal en locales sociales que ayuden a las personas con dificultades a obtener dichos certificados”.

“Medidas de Normalización de la atención al coronavirus. Desde la semFYC se señalan 5 pilares o ejes fundamentales sobre los que debiera pivotar la estrategia de la atención a la enfermedad de COVID19: Pilar estratégico 1. Potenciar la SALUD PÚBLICA. Modernizar y mejorar los Servicios de Salud Pública de todas las Comunidades Autónomas y poner en marcha el Centro Nacional de Salud Pública con recursos y sistemas de información que incorporen indicadores esenciales a nivel local, autonómico y nacional, tanto sanitarios como de salud ambiental. Pilar estratégico 2. Sistema de vigilancia. Médicos centinelas. Incorporar el sistema de vigilancia de “Equipos Centinela” en el seguimiento de la pandemia dotando a la red de los suficientes recursos y la modernización de los sistemas de información. Pilar estratégico 3. Definir “umbral”de acción política. Los responsables políticos y autoridades sanitarias deberían establecer un “umbral” de riesgo basado en indicadores “duros” de seguimiento por encima del cual se pondrían en marcha medidas políticas de restricción social. Así mismo, corresponde a los responsables políticos explicar la nueva estrategia de atención y asegurar la confianza social entre la ciudadanía. Pilar estratégico 4. Fortalecimiento y Transformación de la AP Normalizar la atención de la enfermedad basada en la clínica, teniendo en cuenta que ante cuadros leves se deben proponer autocuidados, empoderar al paciente e impulsar la concienciación alrededor de la importancia de la interacción social, especialmente con población vulnerable. De hecho, el fomento de los autocuidados empoderando al paciente y la información en campañas poblacionales y medios de comunicación sobre los criterios de alarma para acudir a un centro sanitario son parte de uno de los ejes para hacer viable el SNS y la Atención Primaria, que se deberá centrar en la atención a la patología moderada y grave. Otras medidas a valorar en este ámbito son: · Adecuar las plantillas e impulsar los perfiles profesionales de los equipos de Atención Primaria para poder dar respuesta a la gestión, seguimiento y rastreo de los brotes covid19, orientadas a integrar las funciones de “gestores COVID” en los equipos”.

“Garantizar entornos seguros en las residencias y centros sociosanitarios, coordinados con la Atención Primaria, que respalden el seguimiento activo de los casos y la identificación de contactos estrechos de forma precoz. · Mejorar la inversión en Atención Primaria en tecnología, equipamiento y estructura física. Adecuar la población atendida (cupos poblacionales) y potenciar la tele-consulta, consultas on-line o atención telemática, adecuando las dimensiones del cupo/médico de familia a las características sociodemográficas y de cartera de servicios necesaria de la población en cuestión. · Dotar a la Atención Primaria de los adecuados medios diagnósticos y terapéuticos que aseguren su capacidad resolutiva. · Establecer un plan de contingencia en Atención Primaria para futuras olas o pandemias. Pilar estratégico 5. Vacunación. Continuar con la recomendación activa de vacunación y la priorización en población vulnerable y de riesgo. Cabe incidir en la necesidad de hacer extensiva la vacunación a los países en vías de desarrollo y entornos desfavorecidos”

“La propuesta de actuación de la semFYC aquí recogida, conforme a las dos líneas de medidas propuestas y al global de 5 pilares estratégicos, apunta un conjunto de líneas de actuación sobre las cuales cabe determinar orden de implantación y mecanismos de yuxtaposición. Conforme el análisis hecho, se proponen dos fases de implantación de las mismas; para estas faltarían determinar, vía comité técnico, qué indicadores se establecen y qué umbrales se definen para avanzar o retroceder en las fases. En una primera fase —el inicio y duración de la misma quedaría sujeto a la evolución de la variante omicron o variantes de mayor impacto para la salud pública— se propone la implantación de las siguientes medidas: · La constitución de una red de centros centinela que mantenga una atención completa de seguimiento, tanto de casos covid como de casos no covid sobre una población determinada y, por tanto, las estimaciones serían factibles a falta de determinar la aleatorización adecuada. · El mantenimiento de aislamientos y cuarentenas basadas en la evidencia científica del momento y en consenso con Comunidades Autónomas. · La introducción de los test durante el aislamiento, para disminuir aislamientos y cuarentenas al máximo. · La creación o refuerzo de la figura del gestor administrativo covid en los centros de salud, un importante refuerzo administrativo en la actualidad, que en el futuro tenga capacidad para realizar IT en base a una orden médica. · Adecuación de la población asignada por cada médico mediante la contratación de especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria. Para la segunda fase se establece la constitución de las siguientes estructuras o medidas: · Adaptar el modelo de red de médicos centinela (ya implantada en su momento para el control epidemiológico de la gripe estacional) a las características del SARS-CoV-2 y otras infecciones que pudieran aparecer, teniendo en cuenta que será necesario dimensionar, modernizar, digitalizar y prolongar durante todo el año su funcionamiento”.

“Un sistema de atención basado en la situación clínica. · La implantación de la telemedicina con los cupos normalizados. Este conjunto de propuestas que aquí esboza la semFYC propone sentar las bases que permitan determinar el momento y la forma de un cambio de estrategia nacional en la gestión de la covid19 entendiendo que van a redundar en mejoras generales para el SNS y la atención a nuestros pacientes. Para la semFYC es capital que todo ello contribuya a construir un adecuado modelo de vigilancia epidemiológica —que no solo se oriente al actual escenario covid19— y al mismo tiempo salvaguardar los servicios sanitarios, especialmente de la Atención Primaria. Todo ello pasa, sin duda, por el fomento y el aumento de la autonomía y la autorresponsabilidad en salud de la población; y la posibilidad de que los profesionales puedan dedicar su tiempo asistencial a las actividades que aportan valor clínico, así como a las personas con enfermedades crónicas. El fin último es que las medidas que se implanten redunden en beneficio de la población, organizando los recursos sanitarios para asistir de forma más eficiente y segura, además de con mayor calidad asistencial”, concluye.