La Caixa

La vegetación reduce el estrés oxidativo infantil

Un estudio impulsado por «la Caixa» asegura que beneficia su sistema inmunitario y la síntesis de vitamina D

Niños y padres pueden disfrutar juntos de actividades que los acerquen a la naturaleza
Niños y padres pueden disfrutar juntos de actividades que los acerquen a la naturalezalarazon

Existe ya bibliografía científica que relaciona la exposición a espacios verdes con efectos positivos para la salud, bien sea por porque éstos favorecen una mejor salud mental o bien porque facilitan la práctica de ejercicio, que, a su vez, reduce el riesgo de sufrir obesidad o sobrepeso. Sin embargo, poco se ha estudiado acerca de los efectos de estos espacios en los procesos biológicos tales como la inflamación y el estrés oxidativo, lo cual puede ser clave a la hora de determinar el papel que puede desempeñar la vegetación en las enfermedades respiratorias y alérgicas.

Al respecto, cabe señalar que el oxígeno es esencial para que se produzcan una serie de reacciones bioquímicas que nos permiten vivir, pero durante su proceso de oxidación se liberan sustancias reactivas nocivas, que el organismo puede neutralizar, pero cuando ello no sucede lo suficientemente rápido o cuando el organismo no es capaz de reparar el daño, se produce el llamado estrés oxidativo, que provoca envejecimiento e, incluso, genera enfermedad.

Menos estrés oxidativo

En este contexto, investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación «la Caixa», han llevado a cabo un estudio para determinar la relación entre la exposición a espacios verdes y el estrés oxidativo de la población infantil y la principal conclusión de este trabajo es que aquellos niños que están más expuestos a la vegetación tienen niveles más bajos de estrés oxidativo, independientemente de la actividad física que éstos realicen. Para ello, en el marco de este estudio, se reclutaron 323 niños sanos de entre 8 y 11 años de edad de cinco escuelas de la ciudad italiana de Asti, a cuyos padres se les solicitó que rellenaran un cuestionario acerca de la frecuencia con la que sus hijos realizaban actividad física. Además, se tomaron muestras de orina de todos ellos para valorar el nivel de concentración del compuesto isoprosanto para cuantificar así el estrés oxidativo y se usó el Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada (NDVI) para definir los espacios verdes y escolares, a la vez que, paralelamente, se estimó la proporción de vegetación. Con el NDVI del hogar y la escuela y el tiempo que el niño pasaba en cada lugar se obtuvieron las exposiciones en múltiples sitios.

Esa asociación entre los espacios verdes y el estrés oxidativo en la población infantil podría explicarse por diferentes mecanismos biológicos, como una posible contribución de esa mayor exposición a la vegetación al desarrollo inmunitario de los niños al entrar en contacto con organismos que suelen colonizar los entornos naturales. Otra de las posibilidades es que el contacto con espacios verdes pueda aumentar la síntesis de vitamina D a través de la radiación ultravioleta del sol y esta vitamina actúa como oxidante que previene los efectos nocivos del estrés oxidativo y la inflamación. La última hipótesis sería que la vegetación mejora la calidad del aire en entornos urbanos.

Además, en este trabajo, los investigadores no han identificado ninguna prueba de que el ejercicio físico desempeñe ningún papel en la asociación entre los espacios verdes y el estrés oxidativo.

Así, a tenor de los resultados y tal y como apunta Judith Garcia-Aymerich, investigadora y jefa del programa de Enfermedades no Transmisibles y Medio Ambiente de ISGlobal y última autora del estudio, «desconocemos los efectos a corto y largo plazo que un exceso de estrés oxidativo tiene en la salud, así que hay que seguir investigando y apoyando estrategias de salud pública y urbanas que favorezcan los espacios verdes».