Animales
¿Por qué ha dejado de comer mi mascota?
En la mayoría de los casos son variaciones puntuales sin significado
Una de las mayores preocupaciones de los humanos que comparten su vida con un animal de compañía son las variaciones en el interés del no racional por el alimento. Las causas de estas variaciones en la ingesta de los imprescindibles nutrientes no siempre han de ir acompañadas de una patología, en la mayoría de las ocasiones son variaciones puntuales sin significado clínico alguno.
Come menos...
En general podemos asegurar que los animales de compañía normales y sanos raramente ayunan por sí mismos, y si lo hacen suele ser durante un periodo muy corto (dos o tres tomas) y por causas más que justificadas (calor, mal estado de los alimentos...)
Es cierto que existen animales (y personas) mejores y peores comedores, y es lógico que algunos propietarios sientan temor por la posibilidad de que su mascota esté insuficientemente alimentada; este temor no justifica de modo alguno el ofrecimiento de un sinfín de alimentos en un corto periodo de tiempo, ya que ello abre la puerta de par en par a variadas alteraciones digestivas y a importantes conflictos en las costumbres alimentarias.
El primer punto para tener en cuenta (ayudados por el profesional) es si el peso de nuestra mascota es el correcto a pesar de su «supuesta inapetencia».
Come «raro»...
Existen ciertas alteraciones alimentarias «raras»... No es que coman mucho o poco, es que comen cosas que claramente no son alimentos.
Coprofagia
Es aquella conducta, relativamente frecuente en perros, que implica laingestión de heces. Excepto en el caso de las hembras adultas que ingieren las heces de sus propios cachorros, todas las demás muestras de coprofagia se consideran anómalas.
El problema suele presentarse principalmente en cachorros que superan «su vicio» con la edad, y más fácilmente proporcionándoles el juego y el ejercicio necesario.
«Pica»
Es un ansia o deseo anormal de ingerir sustancias no alimenticias como piedras, tierra, objetos de plástico, palos, telas...
Es más probable su aparición durante el primer año de vida del animal, así como su desaparición espontánea en la primera etapa de la edad adulta; este problema, aparte de molesto, es peligroso, ya que en ocasiones la ingestión de cuerpos extraños puede requerir de cirugía para su extracción.
En caso de animales adultos o senior el veterinario descartará carencias nutritivas, desequilibrios electrolíticos, alteraciones gastrointestinales, alteraciones del sistema nervioso central... En la mayoría de los casos son variaciones puntuales sin significado clínico
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