Salud mental

Depresión: cómo los probióticos pueden ayudar a tratarla

La microbiota o flora intestinal juega un papel importante en la salud, incluida la salud mental

Soledad
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La depresión es la principal causa de discapacidad en el planeta. Conocida como la enfermedad del siglo XXI, se estima que cerca del 4% de la población mundial la sufre. Este trastorno emocional puede causar gran sufrimiento a la persona afectada y alterar sus actividades laborales, escolares y familiares. Además, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), gran parte de los 700.000 suicidios anuales de deben a estados depresivos.

Aunque la relación entre la alimentación y nuestra salud mental es compleja, algunos estudios científicos han demostrado que la dieta puede agravar los síntomas de la depresión o, al contrario, atenuarlos. Aunque pueda sorprender a muchos, la flora intestinal, los trillones de bacterias y otros microbios que viven en nuestro tracto digestivo, pueden afectar al padecimiento de esta enfermedad.En ese sentido, se ha comprobado que tener una microbiota o flora intestinal sana es necesario para el desarrollo cerebral normal y su buen funcionamiento y que sudesequilibrio puede producir un trastorno depresivo.De hecho los pacientes con depresión muestran una prevalencia de problemas intestinales y digestivos superior a la media.

Ahora, científicos de la Universidad de Basilea y de las Clínicas Psiquiátricas Universitarias de Basilea (Suiza) han demostrado que los probióticos pueden apoyar el tratamiento de esta incapacitante enfermedad. En el nuevo estudio, publicado en la revista científica‘Translational Psychiatry’, los investigadores suizos examinaron los efectos de tomar probióticos en pacientes con depresión. Todos los participantes en el estudio recibieron un probiótico (21 sujetos) o un placebo (26 sujetos) durante 31 días, además de antidepresivos. Durante todo el período del estudio, ni los participantes ni el personal del estudio sabían qué preparación estaba recibiendo cada persona. Los investigadores realizaron una serie de pruebas a los participantes inmediatamente antes del tratamiento, al final de los 31 días y de nuevo cuatro semanas después.

El análisis posterior demostró que, aunque los síntomas depresivos disminuyeron en todos los participantes gracias al tratamiento antidepresivo general, hubo una mayor mejora en los sujetos del grupo que recibió probióticos que en los del grupo de placebo. Además, la composición de su flora intestinal cambió, al menos temporalmente. En este grupo, el análisis de las muestras de heces reveló un aumento de las bacterias del ácido láctico al final del tratamiento, un efecto que se acompañó de una reducción de los síntomas depresivos. Sin embargo, el nivel de estas bacterias intestinales beneficiosas para la salud volvió a disminuir en las cuatro semanas siguientes. “Puede ser que cuatro semanas de tratamiento no sean suficientes y que la nueva composición de la flora intestinal tarde más en estabilizarse”, explica Anna-Chiara Schaub, una de las autoras principales del estudio.

Otro efecto interesante de la toma de probióticos se observó en relación con la actividad cerebral. Los investigadores estudiaron este efecto utilizando imágenes de resonancia magnética funcional (IRMf). Como explica el comunicado de la universidad, ciertas regiones del cerebro para el procesamiento emocional se comportan de manera diferente en pacientes con depresión que en personas mentalmente sanas. Después de cuatro semanas de probióticos, esta actividad cerebral se normalizó en el grupo de probióticos pero no en el grupo de placebo. “Aunque el eje microbioma-intestino-cerebro ha sido objeto de investigación durante varios años, los mecanismos exactos aún no se han aclarado del todo”, dice Schaub. Esta es una de las importantes razones por la que los investigadores creyeron que era importante utilizar una amplia gama de bacterias en forma de probióticos, como las formulaciones que ya se encuentran disponibles en el mercado. “Con el conocimiento adicional del efecto específico de ciertas bacterias, puede ser posible optimizar la selección de las bacterias y utilizar la mejor mezcla para apoyar el tratamiento de la depresión”, concluye la investigadora.