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COP27

Los desacuerdos ponen en riesgo la Cumbre del Clima

Sin consenso todavía sobre las compensaciones a los países menos desarrollados por pérdidas y daños por la contaminación, y para frenar la producción de petróleo

Una joven durante una de las protestas en Egipto durante la reunión pidiendo que la temperatura media mundial baje 1,5 grados, como se había acordado en Glasgow SEDAT SUNAEFE

La Cumbre del Clima de Sharm el Sheij (Egipto) no concluyó ayer, como inicialmente estaba previsto, y se alargará como mínimo 24 horas debido a la falta de acuerdo de los negociadores de casi 200 países sobre cómo compensar las pérdidas y los daños por impactos climáticos en los países más vulnerables.

El presidente de la COP27, Sameh Shoukry, anunció en un plenario informal que hay «un deseo compartido» por los negociadores de que la Cumbre concluya con «resultados robustos y ambiciosos». «Sigo comprometido con la clausura de esta conferencia mañana de manera ordenada con la adopción de una serie de decisiones consensuadas que sean integrales, ambiciosas y equilibradas», comentó.

Shoukry expresó su preocupación por los «temas pendientes» que aún sobrevuelan en Sharm el Sheij, entre ellos la financiación climática o la reducción de gases de efecto invernadero, por lo que instó a los diplomáticos a trabajar «urgentemente» para resolver esos flecos con el fin de llegar a «resultados ambiciosos», informó Servimedia.

Pero sin duda el punto más controvertido es el de las pérdidas y daños, las compensaciones a los países en desarrollo más afectados por el cambio climático que no han sido responsables de las emisiones que lo causaron. Este asunto es uno de los más espinosos, y enfrenta a los países más desarrollados con los menos, en cuestiones relativas a si la COP27 debe crear un fondo dedicado especialmente a este apartado de los daños (posición del G77) o si por elcontrario este tema debería abordarse desde estructuras de financiación ya existentes.

Como representante del G77, que agrupa a más de 130 países de rentas bajas y medias, la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, Susana Muhamad, indicó que en estas negociaciones el grupo está «unido en este proceso» y está «deliberando conjuntamente» con el mismo objetivo, informa Efe.

«Se quiere que haya una decisión política sobre la necesidad de establecer este fondo de pérdidas y daños, y que tenga unos recursos predecibles y concretos. Y por lo tanto no enmarañar el texto con un montón de posiciones técnicas y desarrollos, sino que sea un texto simple, con una posición política clara y una decisión proactiva de crear este fondo de pérdidas y daños», dijo.

Muhamad salió así al paso de una propuesta realizada por la Unión Europea, que aceptaría la creación del fondo de pérdidas y daños a cambio de que este se oriente en exclusiva a los países «menos desarrollados», se aborde como parte de un conjunto de medidas más amplio que reforme entre otras cosas los bancos multilaterales de desarrollo, y que los aportes provengan «de una amplia base de donantes».

La ministra subrayó que los países en desarrollo están insistiendo en esta medida debido a que «lo sienten como parte del pago de la deuda histórica» que se tiene con ellos, «que son los más vulnerables y los que ya están sufriendo las consecuencias del cambio climático».

Más allá de este punto, la ministra colombiana también apuntó que desde su país se está presionando para que la declaración final de la COP27 incluya referencias a los planes para que se cancele deuda externa de los países en desarrollo a cambio de acción climática.

«Queremos en el texto de la COP una llamada para avanzar en el tema de la deuda por acción climática y en la reforma del sistema financiero internacional, para que los países podamos tener capacidad fiscal (...) Hoy Colombia paga el 20% de su presupuesto anual en deuda externa. Si tuviéramos una alivio de deuda, por Acción Climática, ese dinero podría entrar directamente a implementar su acción en adaptación, mitigación y pérdidas. Eso nos daría espacio fiscal», explicó.

Última oferta de la UE

Mientras tanto, en un intento para desatacascar las negociaciones, el vicepresidente de la Comisión Europea para el Pacto Verde, Frans Timmermans, anunció en la tarde de ayer en Sharm el Sheij que la Unión Europea (UE) ha accedido a presentar una «última oferta» para llegar a un acuerdo sobre un fondo internacional para pérdidas y daños y que refleje la realidad financiera de 2022, aunque este «deberá ir de la mano de una mayor ambición en la reducción de emisiones» por parte de otros actores como China. Timmermans señaló que la UE ha puesto sobre la mesa un abanico de propuestas, aunque «muchas partes» le han trasladado e insistido estos días en que todo lo que quieren es un fondo, de modo que accedió a lanzar una última oferta «si esa es la única manera de alcanzar un acuerdo», puntualizó.

El vicepresidente para el Pacto Verde advirtió también de que el fondo estará sujeto a dos condicionantes: debe estar dirigido a los más vulnerables y tener una base amplia de donantes.

Por su parte, otro de los grandes países protagonistas, Estados Unidos, mantiene su posición de rechazo a la creación de cualquier mecanismo. Ni este país ni China dieron su opinión ayer sobre la propuesta europea.

Otro de los asuntos que provoca la división es la utilización de los combustibles fósiles. La invasión de Rusia en Ucrania ha elevado los precios de la energía, por lo que numerosos países están reconsiderando su política energética y reactivar sus plantas de carbón. Se han producido numerosos llamamientos a poner fin al uso de los combustibles fósiles en la COP27, que está poniendo de manifiesto las tensiones geopolíticas, así como la múltiple crisis global de alimentos y energía, según recordó DPA.

Mientras tanto, las ONG están dando la batalla hasta los últimos minutos de las negociaciones al ver que el fondo de pérdidas y daños está pendiendo de un hilo y califican de «lentos» los avances generales de la COP27. «Amigos de la Tierra» acusa a EE UU de haber vuelto a desempeñar un papel «profundamente entorpecedor» porque considera que ha obstaculizado las demandas de los países en desarrollo «en todo momento». Así, lamenta que los pueblos indígenas y las comunidades en la primera línea ya están padeciendo fenómenos climáticos cada vez más extremos, que provocan enormes pérdidas económicas y deterioro cultural y observa como los países en desarrollo siguen luchando para establecer un fondo para pagar por estas pérdidas y daños irreversibles.

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