Entrevista
«Atención Primaria resuelve el 80% de los problemas de salud»
La presidenta de Semfyc, Remedios Martín, destaca que hace más diez años venían advirtiendo sobre la falta de profesionales en esta especialidad por las jubilaciones
Licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Madrid, la doctora Martín compagina su labor en la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), en la que ha desempeñado numerosos cargos, con su labor asistencial en Barcelona.
¿Cómo afecta al conjunto del Sistema Nacional de Salud los problemas en Primaria?
De un modo muy coloquial podríamos decir que cuando Atención Primaria estornuda todo el Sistema Nacional de Salud se acatarra. Primaria resuelve más del 80% de los problemas de salud de la ciudadanía. Es decir, desmontar este SNS que se ha configurado con una Atención Primaria central significaría que las demandas de salud de la población se expandieran hacia el resto del sistema para colapsarlo.
¿Cuándo sitúa el declive de la Atención Primaria?
Es preocupante ver cómo está calando esta idea del declive de la Atención Primaria. Creo que debemos desterrar estas ideas preconcebidas. La Atención Primaria no vive un declive en lo asistencial y, de hecho, nunca antes se había alcanzado el nivel de excelencia clínica que tenemos hoy en día. La Atención Primaria de nuestro país es una joya que ha sido garante de la mejora de las expectativas de vida y de la calidad de vida de todos y cada uno de nuestros ciudadanos. Sí hay, por el contrario, desajustes en lo organizativo y en la gestión que han afectado al modelo de respuesta. En los últimos años, la actividad ordinaria ha crecido un 7%; me refiero a aquella que realizamos en consultas programadas. Sin embargo, la actividad urgente ha aumentado un 140% entre 2007 y 2022. ¿Significa esto que nuestra población ha empezado a experimentar un aumento de patología urgente de una forma desmesurada? Creo que no. Se ha dibujado un conjunto de dispositivos de atención en los que hemos desmontado el modelo de longitudinalidad para convertir las prisas en urgencias. Construir un sistema de atención sanitaria “urgenciocentrista” multiplica el coste y no contribuye a mejorar las expectativas de vida.
¿Qué propone Semfyc para reconstruir la AP?
En los próximos años va a ser necesario contar con más médicos de familia, y construir equipos de Atención Primaria y de salud más extensos. También queremos mejorar las infraestructuras, sobre todo en lo que a transformación digital y tecnologías se refiere. Lo cierto a día de hoy es que no hay médicos: la planificación de las plazas a través del modelo MIR no se ha previsto para cubrir la tasa de reposición de especialistas que se jubilaban. Hace más de diez años empezamos a avisar sobre la ola de jubilaciones de los primeros especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria. En 2012 sí teníamos margen de maniobra, pero tomar decisiones cuando empezó esta ola de jubilaciones, en 2018, ha implicado llegar tarde. No podemos seguir igual que hasta ahora y hemos de apostar por un nuevo modelo, con cambios de calado. Un modelo que se base en el principio de subsidiariedad y ayude a desarrollar el techo competencial de todos los profesionales de la Atención Primaria, que asegure las prácticas de valor de cada uno de ellos, y facilite la adecuada respuesta a las demandas y necesidades de los pacientes, de la ciudadanía.
¿Cómo afecta a su trabajo la excesiva burocratización?
Es necesaria la implementación urgente de medidas que garanticen la asistencia sanitaria, limiten las actividades burocráticas y aseguren que cada actividad se realiza en el nivel asistencial y por el profesional adecuado en beneficio del paciente. Fíjese en el sinsentido que es que en España se forme a los médicos especialistas 10 años (seis de Universidad y más cuatro de especialidad MIR) para que hagan certificados o se ocupen de procesos de renovación de partes de incapacidad temporal. Esto es echar por la borda un patrimonio profesional enorme. En una evolución del modelo de Atención Primaria, todo el sistema de renovaciones de partes de incapacidad temporal -que no olvidemos que son una medida terapéutica- podría pasar tranquilamente por otros circuitos internos. Es decir, que el médico de familia no tenga que llenar su agenda ordinaria de procesos burocráticos en lugar de actos clínicos. De este modo, además, evitaríamos agendas de 40 o 50 pacientes al día. Las actividades innecesarias o nocivas, además de consumir recursos, ponen a los pacientes en situación de riesgo.
¿Económicamente, cree que es posible llevar a cabo las reformas necesarias?
Desde que en 2018 se puso sobre la mesa la necesidad de hallar un modelo de AP orientado al momento actual que vive la sociedad, la Semfyc construyó una propuesta fundamentada en la necesidad de asignar 2.500 millones de euros en el capítulo I del núcleo básico de Atención Primaria, 1.250 millones de euros de inversión en infraestructuras de centros de salud en los próximos 10 años. En ese momento preveíamos incluso una inversión de 50 millones de euros al año (en un plan de cuatro años) para equipamiento y tecnología. Esto equivaldría a invertir entre 15.000 y 20.000 euros al año por centro de salud, que creemos que es fácilmente asumible por el Ministerio y las consejerías.
¿Por qué cree que los MIR dejan de elegir la especialidad?
Se ha hablado en repetidas ocasiones de que se trata de un problema estrictamente del ámbito retributivo, y no es así. El salario medio bruto en el sector público en 2020 fue de 76.477 euros para un médico especialista; y de 69.880 euros para un médico de familia. Evidentemente, nosotros defendemos una equiparación completa de esto salarios. Sin embargo, hay una cuestión de fondo y es que en las universidades, la especialidad de Medicina de Familia y Comunitaria no está plenamente reconocida y no cuenta con asignatura en el tronco de la formación. De hecho, las universidades no tienen departamento de Medicina de Familia y Comunitaria. Parte de la solución al problema arranca de las universidades: deben ser partícipes de hacer que el ámbito de asistencial de Atención Primaria y la especialidad de Medicina de Familia y Comunitaria cuenten con el reconocimiento necesario, porque lo que no se conoce no se elige. Muchos futuros graduados no descubren la realidad de la Medicina de Familia hasta que están en las rotaciones del sexto curso y es demasiado tarde.
¿Qué responsabilidad tienen los ciudadanos para ayudar en su trabajo diario?
Desde que se pusieron en marcha nuestros modelos de Sistema Nacional de Salud el perfil del ciudadano medio en España ha cambiado de una forma espectacular. Hoy en día y por fortuna se ha asumido que la ciencia y, por ende, la sanidad y el conocimiento forman parte del bien común. Las personas se han empoderado y han dado un paso al frente tomando el protagonismo de su salud. Los ciudadanos deben entender que son aliados del SNS, pero se precisa de educación sanitaria para saber abordar los procesos de enfermedades banales por parte de las personas. La población debe ser cómplice del sistema sanitario porque, sin su complicidad, inteligencia y empoderamiento, el sistema se vería sobrepasado y se colapsaría.
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