Alerta
“El que se duerma el último gana”: el peligroso reto de TikTok que incita el consumo de ansiolíticos entre los menores
Las autoridades mexicanas han dado la voz de alarma ante la proliferación de casos desde que comenzó el año. España es el país del mundo en el que más benzodiacepinas se consumen
La redes sociales son una fuente de entretenimiento para la mayoría de los jóvenes. Sin embargo, como en otras cuestiones de la vida, su consumo debe hacerse con sentido común para evitar situaciones inesperadas o incluso que acaben en desgracia. Una de las situaciones más recurrentes y atractivas para muchos de los usuarios son los retos. La mayoría son inofensivos, pero existe una lista innumerable de casos que ponen en peligro la vida de los que la siguen. Los más mediáticos han sido el reto de la ballena azul o el de mataleón, que han provocado la muerte de varios jóvenes en todo el mundo.
El último de estos “juegos” de moda llega desde México y a través de TikTok. El reto de “El que se duerma el último gana” -también conocido como “el reto del clonazepam”- consiste precisamente en eso. Es un juego en el que el que permanece más tiempo despierto es el que gana. Pero el problema detectado en México es que muchos niños, niñas y adolescentes recurren a consumo de medicamentos que inducen el sueño para que tenga mayor dificultad.
Tanto es así que el reto provocó el pasado lunes la intoxicación de al menos 15 menores de entre 10 y 11 años en la escuela María de Jesús López, en Guanajuato. Según han publicado los medios locales, cuatro de ellos tuvieron síntomas severos que requirieron su hospitalización. Este ha sido el último caso, pero no el único. A principios de año, siete escolares de Verazul resultaron intoxicados a raíz del reto viral de TikTok. Los días 18 y 19 de enero ocurrió lo mismo con cinco jóvenes de México D. F. y tres de Nuevo León.
Ante la proliferación de casos, el Gobierno mexicano ha decidido lanzar una advertencia a través de Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), que alerta sobre riesgos a la salud que el consumo de estas sustancias, que requieren receta médica, pueden provocar.
Según el organismo mexicano, “el consumo inadecuado, sin supervisión médica e irresponsable de fármacos con propiedades ansiolíticas como clonazepam, tiene efectos secundarios que van desde la somnolencia, mareos y náuseas hasta pérdida de equilibrio, problemas de coordinación, dificultad para pensar o recordar, dolor de cabeza, muscular o de articulaciones; visión borrosa, temblores, incontinencia o retención urinaria e incremento de saliva”.
Asimismo, advierte de que el consumo de este tipo de fármacos sin supervisión médica tiene otros riesgos como “problemas graves de respiración o sedación; incluso, si se combina dicho ansiolítico con determinados medicamentos, puede producir coma”.
Cofepris añade que el clonazepam está contraindicado para personas con historia clínica de hipersensibilidad a las benzodiacepinas; insuficiencia hepática; insuficiencia renal; problemas respiratorios; y afección ocular que daña el nervio óptico, mejor conocido como glaucoma”.
Por ello, el organismo ha solicitado a padres, madres, tutores, cuidadores y docentes a “orientar sobre los graves riesgos a la salud por el uso y consumo de sustancias controladas. Igualmente, invita a niñas, niños y adolescentes a evitar difundir y participar en retos que pongan en riesgo su vida”. Por último, insta a los ciudadanos a denunciar aquellos lugares en los que se dispensen estos fármacos sin receta médica.
En España, el país en el que más ansiolíticos se consume del mundo, no se ha notificado ningún caso. Sin embargo, es necesario extremar la vigilancia porque estos fármacos están presentes en muchos hogares y los jóvenes podrían acceder a ellos para realizar el reto si no se mantienen alejados en un lugar seguro.
En 2021, últimos datos registrados, en España se consumieron 110 dosis diarias de benzodiazepinas por cada 1.000 habitantes. Dicho de otra manera, 110 personas de cada 1.000 consumen algún ansiolítico a diario. Lo que representa que alrededor de 5 millones de personas (un 11 por ciento de la población) recurren a estos fármacos para combatir la ansiedad o el insomnio. Por detrás de España, se sitúan Bélgica, con 84 dosis diarias por cada 1.000 habitantes, y Portugal, con 80 dosis por cada 1.000 habitantes.
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