Asesinatos de Barbate

400 caballos de potencia contra 40

"Ha habido responsabilidades y hay que determinarlas", señalan miembros de la Benemérita

El Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska (c) a su llegada a la comandancia de la Guardia Civil en Cádiz donde ha sido instalada la capilla ardiente por los dos agentes que murieron este viernes tras ser embestidos por una narcolancha en Barbate (Cádiz).
El Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska (c) a su llegada a la comandancia de la Guardia Civil en Cádiz donde ha sido instalada la capilla ardiente por los dos agentes que murieron este viernes tras ser embestidos por una narcolancha en Barbate (Cádiz). Román Ríos.Agencia EFE

400 caballos de potencia de cuatro motores que llevaba la narcolancha, con refuerzo frontal de vidrio, contra una lancha de goma, de seis metros de eslora, con un motor de escasa potencia, unos 40, en la que viajaban seis agentes de los GEAS y del GAR y, por lo tanto, con escasas posibilidades de maniobrabilidad. Habrá que determinar, según se comenta entre miembros de la Benemérita, quien tomó la decisión de desplegar este operativo, "absolutamente innecesario y peligroso a todas luces".

La narcolancha, con cuatro individuos a bordo, se había refugiado en Barbate por el mal estado de la mar. No estaba alijada, no llevaba hachís, pero alguien decidió que debía abandonar el lugar, cuando lo más sencillo era haber montado una vigilancia permanente y, cuando se dispusiera de medios suficientes, abordar dicha embarcación a los efectos de identificar y, en su caso detener, a sus ocupantes.

"Aquí hay responsabilidades y se tienen que dilucidar", comentan. Lo terrible, es que se tomó la decisión que se adoptó, con las consecuencias ya conocidas.

Después de atacar la balsa de los GEAS, la narcolancha salió al mar y dejó en la playa de Sotogrande a tres de los ocupantes, que fueron detenidos por la Guardia Civil. El piloto volvió sobre sus pasos y fue detectado, pero no se la pudo abordar por el estado del mar. Se está comprobando la presencia de dos embarcaciones "amigas" que se habrían acercado a la narcolancha desde la que saltaron a la misma dos personas.

Finalmente, el piloto y acompañantes se dirigieron a una de las playas de San Roque, donde embarrancaron la narcolancha y emprendieron, los tres, la huida a través del monte. Tras una ardua operación, fueron detenidos y, entre ellos, lo que es más importante, el piloto que dirigió el ataque contra la Guardia Civil.

Los comentarios insisten en que en estos casos hay que hacer caso de los profesionales y adoptar las decisiones oportunas en función de los medios disponibles.