
Entrevista
Brianeitor, el streamer de "Campeonex": «Cuando tanta gente te escucha y te ve hay que usarlo para algo bueno»
Brian Albacete Oliver es uno de los influencers más queridos por su afán de superación, buen humor y energía. En redes sociales acumula casi tres millones de seguidores

No es para nada habitual que una persona de 22 años aparezca en un auditorio frente a más de 6.000 personas para hablar sobre los retos a los que se ha enfrentado y logrado superar gracias a su arrojo. Pero es que desde que vino al mundo la historia de Brian Albacete Oliver, conocido por Brianeitor, está muy alejada de ser algo corriente. Este streamer, que tiene más de dos millones de seguidores en TikTok, y que alcanza los tres millones con otras redes sociales, padece atrofia muscular degenerativa con espina bífida, que le detectaron a los pocos meses de nacer. Gracias a su gran corazón, su coraje y energía, es muy querido e influye diariamente de forma positiva en miles de jóvenes que le siguen en sus retransmisiones. Este año fue nominado a los Goya a mejor actor revelación por su actuación en la película Campeonex de Javier Fesser, y también ha protagonizado un documental: «La Vida de Brianeitor».
Hace unos días, Brian participó en un congreso de la fundación «Lo que de verdad importa», que busca difundir valores universales entre la sociedad, en el Palacio de Vista Alegre de Madrid. Pese a lo imponente de situarse frente a miles de personas, no se amilanó. «Para mí es superimportante, la verdad. Es un reto, pero estoy muy contento de haber podido enseñar a la gente joven mis valores, cómo a pesar de haber sufrido tanto en la vida he sabido cómo llevarlo, como seguir adelante», señaló a LA RAZÓN.
No obstante, también confesaba que sentía en sus hombros el peso de la responsabilidad, «aunque esa la llevo sintiendo ya hace dos años, desde que tengo redes sociales, porque me sigue mucha gente joven. Ser influencer es eso, ser influenciable, por eso hay que tener mucho cuidado con lo que dices, porque afectas a esos chavales».

En esa labor de «tutela» de los jóvenes cuenta con la ayuda de sus «consejeros», que «me quieren mucho y que siempre están ahí»: su padre, Paco Albacete (la madre de Brian falleció cuando él tenía un mes de vida) y el resto de su familia, y su mejor amigo, Christian. No obstante, señala que «por suerte tengo la cabeza bien amueblada, sé lo que quiero y lo que tengo que hacer», por lo que en la mayoría de las ocasiones «no me paro a preguntar, actúo, y creo que lo hago bien».
En ese afán de ayudar a los demás, este streamer tiene una vertiente solidaria bastante marcada en sus redes sociales, y ha apoyado, por ejemplo, a las víctimas de la DANA de Valencia. «Cuando mueves a tanta gente, y tanta gente te escucha y te ve, los mejor que puedes hacer es utilizarlo para algo bueno». En este sentido, afirma que aunque él físicamente no pueda ir a ayudar por su enfermedad, está «encantado» de todo lo que pueda hacer: «Somos los seres humanos los que nos tenemos los unos a los otros, no hay nadie más, entonces tenemos que ayudarnos lo máximo posible».
En la vida de este joven internet ha desempeñado un papel fundamental, «ya que me ha ayudado a hacer algo por mí mismo que de verdad me apasiona, como es subir vídeos a YouTube, hacer directos en Twitch o jugar a videojuegos», pero también gracias a la red «me conoce la gente, he llegado a todas las metas que he conseguido, imagínate lo importante que es». No obstante, Brian no es ajeno a la polémica sobre la influencia que ejercen las pantallas entre los más jóvenes, sobre todo por el exceso de uso. Al ser preguntado por este aspecto, considera que «yo pienso que al final todo en exceso es malo en la vida. Es verdad que los jóvenes ahora están todos los días con el móvil, con las consolas, pero al final todo depende de la educación que te den tus padres, de que no te dejen darle tanto tiempo a eso, que te enseñen lo que de verdad merece la pena, que es todo lo demás: estudiar, crecer como persona... Al final, jugar es un entretenimiento, en mi caso un trabajo, porque tengo el privilegio de trabajar de ello, pero es muy difícil conseguir eso. Por eso tenemos que tener un plan A, y que luego eso sea un hobby».
Barreras que discriminan
Hace unos años, Brian quiso ser informático, pero chocó de pleno con el hándicap de ser una persona con discapacidad, ya que el centro educativo al que quería asistir no estaba adaptado. «En este mundo todavía hay muchas barreras arquitectónicas, muchas barreras que te impiden avanzar, aunque siento que poco a poco esto va avanzando. Es cierto que me perdí una etapa de mi vida por culpa de eso, y me arrepiento mucho, porque cuando adaptaron el centro yo ya no quería estudiar porque ya me acomodé, y eso es una de las decisiones de las que más me lamento en la vida, porque al estudiar conoces gente, socializas, aprendes de lo que te gusta, o sea, es todo positivo, pero a mí no me dieron esa oportunidad», se lamenta. Por eso considera que es muy importante «derribar esas barreras, porque los que tenemos una discapacidad somos personas, y deberían incluirnos en todos los planes del mundo».

La película
En el año 2023 decidió sumarse a un proyecto que ha abordado con sencillez y naturalidad el mundo de la discapacidad, y que ha cosechado grandes elogios entre el público y la crítica: la película Campeonex, segunda parte de Campeones (2018). Participar en la gran pantalla superó todas las expectativas de Brian: «Rodar esta película ha sido de las mejores experiencias de mi vida. Recuerdo llegar al rodaje y disfrutar como un niño pequeño. Llegaba a casa a las 9:00 de la noche y estaba deseando ducharme y acostarme para levantarme al día siguiente a las 06:00 de la mañana para seguir rodando la peli». Su entusiasmo por haber participado en esta cinta es visible: «El mundo de la interpretación me ha enamorado, y los campeones, trabajar con ellos es increíble, son personas maravillosas», recalca. Y pese al desafío físico que supuso para él, no se amilanó: «Soy una persona que no tengo frenos, me encanta todo lo que hago, el jaleo. Es cierto que tengo mis limitaciones por la enfermedad, pero tengo una energía tan grande... Cuando me dijeron que iba a rodar 14 horas diarias y me preguntaron si estaba preparado, yo dije: por supuesto».
En este sentido, Brian adelantó a LA RAZÓN que tiene en marcha un nuevo proyecto «muy guay» relacionado con el mundo de la interpretación para el año que comienza, aunque no pudo adelantar nada todavía, aunque aseguró que «a la gente le va a encantar».
Reírse de uno mismo
Un aspecto fundamental en la vida de Brian, que se aprecia claramente en nuestra conversación con él, es el humor: «Te diría que es de lo más importante de mi vida. En mi casa estamos todo el día con bromas, todo el día me meto con mi enfermedad, me río de mí mismo. Yo creo que es muy importante, cuando aprendas a reírte de ti mismo nadie de fuera puede hacerte daño», declara. Pese a ser una persona muy positiva, eso no quita que de vez en cuando tenga un día malo. En esos casos, tiene muy claro qué hacer: «Intento no pensar en lo que me hace mal, y me pongo música y me meto en mi mundo al ordenador, pero sinceramente es muy raro que me pase”.
Para acabar nuestra conversación, preguntamos a Brian sobre qué destacaría de estos años como streamer, qué ha sacado de todo esto: “He aprendido que lo que verdaderamente me gusta es hacer feliz a las personas que a mí me hacen feliz, y mis experiencias, todo lo que estoy viviendo tan bonito, conociendo a tanta gente y compartirlo con la gente que quieres. Es literalmente lo que me da fuerzas para seguir, aparte de otras muchas cosas, pero si te cuento todo la entrevista no acabaría nunca”, bromea.
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