Opinión

El campo y el progreso

La robótica viene a cubrir la escasez de mano de obra en nuestros cultivos

Imagen de unas cabezas de ganado pastando en un campo
Imagen de unas cabezas de ganado pastando en un campoCAIBEuropa Press

Cuando ya muchos nos echábamos las manos a la cabeza pensando que el agro se iba al traste y que la rubia gallega era ya solo la mujer de Richard Gere (de Oleiros, por cierto), la robótica viene y nos saca de la pena de que ya nada sea como cuando éramos niños y nuestra máxima diversión era subir a lo alto de un carro de bueyes luego de segar la yerba y llevarla a las cuadras para alimentar a las vacas para que su leche resultase espesa y mantecosa, para que su carne tuviera un sabor que hoy difícilmente identificamos, para que… en fin, me refiero a lo bucólico que resultaban aquellos infantiles, inolvidables e interminables veraneos de baños en las gélidas aguas del río Mero, el que desemboca en la ría de El Burgo, con paseos y meriendas en el Bosque Encantado, aquel del que tanto habló Wenceslao Fernández Flórez, cuya casa tenía un zulo detrás de la enorme chimenea donde esconderse por si venían los maquis. Los campos de patatas, repollos, cebollas, trigo o maíz. Las vacas paciendo en los prados verdísimos y los cerdos gruñendo entre los baldes metálicos con los restos de los que se alimentan y el barro donde gustan de retozar. Las gallinas correteando despistadamente de un lado para otro, deteniéndose ante un sabroso gusano y, a lo lejos, el rebuzno de burro como un largo y ruidoso bostezo que completa la imagen sonora de aquellos candorosos recuerdos.

La robótica, decíamos, viene a cubrir la escasez de mano de obra en nuestros cultivos, donde no quieren trabajar ya ni los que vienen del otro lado del mar ni los del continente más al sur del nuestro. Las fresas, naranjas, olivas o tomates ya tienen recolectadores, robots que hacen su trabajo delicadamente para conservar intacto el fruto. La vendimia tampoco supondrá un problema, la robótica sabe averiguar si la vid se encuentra en estado óptimo para ser recolectada. Y las ovejas no tendrán por qué temer al lobo puesto unos pastores-robot las mantendrán al margen del peligro del gran depredador. Menos bucólico pero todo ello de gran eficacia