Redes sociales
Carlos Fernández Guerra: «Con diez tuits al día es fácil meter la pata»
Ya desde su nuevo puesto en Iberdrola, el que fuera la voz cantante de @policia.es reconoce que se siente «desbordado y abrumado por el cariño de la gente». Su salida se esperaba. «Me habían ofrecido una veintena de proyectos», afirma. Aunque durante la entrevista se le nota que se está asentando en su nuevo puesto, de vez en cuando se le escapa algún corporativismo con el Cuerpo. Y una curiosidad, el hombre que revolucionó la cuenta de la Policía reconoce tener «cientos de tuits por leer en mi cuenta personal».
–¿Ha escrito ya su primer tuit en la cuenta de la eléctrica?
–No, aún no, estoy en un acercamiento paulatino.
–Tiene 7.438 seguidores en su cuenta personal. ¿Recuerda su primer tuit?
–Pues uno muy repelente de enero de 2008: investigando y conociendo nuevas tecnologías de comunicación... Pero fue en la prehistoria de Twitter, quería probar.
–Y hoy, ¿cómo lo reescribiría?
-Avanzando y apostando por la tecnología digital, aunque me cueste.
–Tras más de 10 años trabajando en la Policía y llevando la voz cantante en Twitter, ¿cómo han cambiado las redes?
–Creamos la cuenta hace 6 años y medio. Hoy no tiene nada que ver. Antes mi destinatario era un mundo sobre todo profesional, se hacía de forma básica, aunque tenía la ventaja de que no lo miraba nadie, daba igual. Respecto al contenido, era mirándonos el ombligo, y escribirlo para periodistas y blogueros. Ahora no tiene nada que ver.
–Su público ahora será más añejo. ¿Qué conlleva eso?
–Hay que adaptarse a las circunstancias, no es lo mismo escribir para chicos 16 años que para profesionales, amos de casa, adultos de 40 años. También hay fases, no nos olvidemos; no se puede pretender arrancar ya a tope, sería absurdo.
–En su nuevo cargo se va a enfrentar a un contenido que no tiene nada que ver con el del Cuerpo. Le tocará explicar por ejemplo cómo hay que leer el recibo de la luz. ¿Sabe ya cómo leerlo?
–Lo sé leer, pero no lo suficientemente bien, y lo más importante, debo saber explicarlo de forma sencilla. Mi equipo ya sabe hacerlo, pero lo importante es que tenemos que tener interés en comprenderlo, yo el primero. Mi gran reto es saber explicar todo lo que aporta la energía y una empresa líder, referente mundial como es Iberdrola en España y en nuestra vida cotidiana a la gente. Muchos dicen que es totalmente distinto Iberdrola que la Policía. Y en absoluto. Yo no me imagino una vida dentro de 50 años sin la Policía y sin un referente de la energía como Iberdrola. También te podría decir que sí me imagino un futuro sin Google, pero por supuesto.
–En invierno tendrá que hacer frente a los tuits de familias que no pueden abrocharse más el cinturón para pagar la factura de la luz y le preguntarán que por qué sube. ¿Qué les diría?
–Creo que hay que saber escuchar, empatizar y explicar. Hay que ver la importancia de la energía, las inversiones que realizan y sobre todo la calidad de servicio. En transporte estamos acostumbrados a que haya retrasos, pero ¿cuántos problemas has tenido tú con la energía de tu casa?
–Ninguno, aunque cortes grandes recuerdo el de Barcelona. Buena mano izquierda... ¿Cuál es el mayor error en las redes sociales?
–Inacción, mirarse el ombligo y ser planos.
–Su tuit de los porros mejor liados o el del pedete corporativo en @policia.es incendiaron las redes.
–Pero si tuviera que elegir uno ¿cuál tuvo más impacto?
–El del millón, tuvo más de 30.000 retuits. Creo que fue la primera nota de prensa en un tuit sin palabras, tres onomatopeyas que lo decían todo. Mucha gente no lo entendía, los chavales decían: «éste está borracho. Pero los más singulares son los de servicio, los de utilidad, y días en los que compañeros han hecho heroicidades o una labor excelente como fue la detención del pederasta de Ciudad Lineal. Le pongo otro ejemplo más reciente: en agosto nos colapsaron las redes tras la detención del presunto homicida de las dos chicas en Cuenca.
–Volviendo a esos tuits desenfadados. ¿Le han dicho en Iberdrola «¡eso no me lo vayas a poner!»?
–Es sentido común. Siempre es muy importante el respeto. He tenido la suerte de hablar con el presidente de Iberdrola, que hace una gran apuesta por la innovación y por la transparencia en la información y, entre las muchas cosas que me ha dicho, me ha metido una serie de cosas en la mollera y una de ellas es respeto.
–¿Qué consejos daría a un joven que se va a abrir una cuenta?
–Primero que recuerde la huella del futuro, la huella digital, y a ver qué pone. Luego respeto y desconfianza racional. Y, por encima de ello, que disfrute de la tecnología en sus posibilidades.
–¿En qué cree que se notará su ausencia?
–Habrá menos fallos, hay muchas cosas mejorables. Yo escribía unos 8 o 10 tuits diarios y decenas de DM (mensajes directos entre usuarios) y se acaba metiendo la pata.
–¿A qué se debe que la cuenta de la Policía haya evolucionado tanto?
–Hubo un cambio de tono. Ignacio Cosidó nos pidió impulsarlo, y fue capaz de decir: vamos a arriesgar. Nos dejó trabajar y confió en nosotros. Entiendo que hay otros que no son profesionales de la comunicación que se pueden alarmar, otros que son muy ortodoxos... pero al igual que yo no opino de un narcotest... Aunque entiendo que a veces no lo entiendan y que digan vaya basura. Esperábamos que mucha gente entendiese que hay que pagar peaje para llegar a la gente joven, usar otras técnicas de comunicación. Comprendo que a las 00:30 de la noche un señor de 60 años que viera mi tuit y pensara tú eres tonto, pareces un niño de 16 años. Y es que eso tengo (tenía) que intentar ser y no hablar contigo y decirte que tienes que estar en la cama.
–¿Qué tuit hubiera preferido no hacer?
–Hay tantos, o que me gustaría cambiar. Borraría el de los porros, que en el fondo quería decir una cosa y puse otra. Me gustaría poder matizar la frase para que no se entendiera mal. De hecho, estuve seis días sin dormir.
–¿A qué político le aconsejaría un curso intensivo de redes sociales?
–Hay muchísimos que lo hacen muy mal. Por ejemplo, Gabilondo, que quiere ser demasiado sincero, me parece muy bien, pero yo le diría que quizá es mejor que se actualizase y se adapte a los tiempos. Rubalcaba tenía una cuenta a la que yo creo que le podría haber sacado más jugo. Y, por supuesto, todos los ministros, y no para contar su agenda ni para que sea una marioneta, sino para contarnos cosas.
–El mayor fallo de Twitter es...
–Quedan por mejorar algunas cosas de «agilidad» para evitar cosas de ciberacoso. Pero es difícil. De todos modos me parece una red fantástica, aunque se podrían mejorar algunas cosas, como poder editar al minuto, pero así le quitas agilidad o gracieta, pero los políticos no la tienen así que da igual. Yo por ejemplo al escribir desde el móvil, éste a veces se pasa de listo y siempre me pone el sí, el mí, el tú con tilde, así que me gustaría poderlo editar.
–Los políticos no tienen gracieta... ¿Cuáles se salvan?
–No tienen ninguna naturalidad. Hay políticos que sí, como Cristina Cifuentes, Toni Cantó, Pablo Iglesias, el alcalde de Jun, un pueblo de 4.000 habitantes. Lo escriben ellos, se adaptan y se arriesgan.
–¿A qué persona conocida le recomendaría no usar Twitter?
–A aquella que ha cometido una pifia enorme le diría que mejor no lo mire.
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