Laura L. Álvarez
La Fiscalía pide 3 años de cárcel para el dueño de la finca donde murió Julen
El fiscal afirma que el acusado "era el único conocedor de la presencia del pozo"
El fiscal afirma que el acusado "era el único conocedor de la presencia del pozo"
Las cosas no pintan bien para David Serrano, el propietario de la finca del Cerro de la Corona de Totalán (Málaga) donde murió el pequeño Julen tras caer a un pozo ilegal el pasado 13 de enero. Hace un par de semanas la titular del Juzgado del Instrucción número 9 de Málaga terminó la investigación del caso tras tomar declaración a los implicados y analizar diferentes pruebas como el informe de la Guardia Civil o la autopsia del menor de 2 años y dio traslado a las partes para que emitieran sus escritos de calificación de los hechos. Así, el Ministerio Público ha solicitado ahora la apertura de juicio oral contra Serrano, según adelanta Efe, y solicita 3 años de prisión por homicidio. La Fiscalía afirma que el dueño de la finca "era el único conocedor de la presencia del pozo"y "a sabiendas de todo ello y de la falta de protección suficiente y adecuada, no adoptó media alguna para evitar cualquier posible resultado lesivo, poniendo en peligro la vida de los dos menores; su propia hija y Julen, que finalmente cayó por él".
Además, pide indemnización para los padres del pequeño (que son también familiares del acusado), Victoria y José Roselló, y a la Junta de Andalucía por el coste del rescate, el mayor de la historia de España en un caso de estás características. La cifra ascendió a casi 700.000 euros.
El ministerio público relata que el 13 de enero de 2018 el acusado acudió en compañía de su pareja y su hija menor así como los padres de Julen y el pequeño a dicha parcela con la intención de hacer un arroz y pasar el día en el campo. Los dos hombres iniciaron las tareas necesarias para preparar la comida; colocaron unas sillas, una mesa y el fuego, mientras que los menores estaban con sus madres, hasta que la madre de Julen se sintió indispuesta y pidió al padre que se quedara al cuidado del pequeño.
Julen se bajó de la silla y se metió en la zanja o canalización en forma de "L"de poca profundidad que había en la zona pero se puso a correr por los padres salieron corriendo detrás con la finalizad de pararlo y evitar que se hiciera daño.
Los progenitores temieron que se pudiera hacer daño con las piedras o las paredes de la zanja pero al llegar a la zona curva de la "L"siguió la carrera y llegó a su extremo final donde desapareció de la vista de los padres, tras colarse por la boca del pozo.
El fiscal mantiene que los padres de Julen y la pareja del acusado "desconocían"que estaban preparando la comida a "diecisiete metros de distancia de un pozo sin tapar"; tampoco tenían conocimiento de que al final de la zanja en forma de "L"en el lado corto, estaba dicho pozo; y no sabían que Julen corría en dirección hacia éste.
El Ministerio público insiste en que el acusado "era el único conocedor"y que los demás "desconocían la presencia del pozo ya que "apenas se veía, pues estaba a ras del suelo de la zanja.
El padre intentó sacarlo sin éxito, se lesionó los brazos y metió una goma de regar para que Julen se agarrara, "pero era imposible, pues desconocía que el pozo tenía 110 metros de profundidad y el menor ya se había precipitado hasta el fondo".
Las operaciones de rescate precisaron de la intervención y despliegue de un gran número de personas, de bomberos, numerosos expertos, empresas especializadas, equipos de salvamento minero y grupos de montaña que despertaron la atención mundial y el "sacrificio y entrega de todos los participantes"que trabajaron sin descanso, lo que para el fiscal, "nos enorgullece como país".
El pequeño fue rescatado sin vida el 26 de enero aproximadamente a las 3.29 horas de la madrugada y la causa fundamental de su muerte fue por precipitación.
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