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Hallado un mensaje en una botella del Imperio Romano

Uno de los vidrios hallados en una villa romana de Gijón contiene la frase “Bebe y vive muchos años, buen hombre”

Izquierda: Vidrio localizado en la villa romana de Veranes (Gijón). Derecha: Botella completa del mismo tipo de la colección del Museo del Louvre (Imagen: Arveiller-Dulong y Nenna). / UAM
Izquierda: Vidrio localizado en la villa romana de Veranes (Gijón). Derecha: Botella completa del mismo tipo de la colección del Museo del Louvre (Imagen: Arveiller-Dulong y Nenna). / UAMlarazon

Pocas cosas hay tan evocadoras como el cándido deseo de introducir un mensaje en una botella, tirarla al mar o esconderla en un rincón de casa y esperar a que alguien la recupere. Náufragos, enamorados, solitarios empedernidos y amantes de las apuestas han recurrido durante siglos a este gesto del que pocas veces han obtenido recompensa. De ello puede presumir, a «título póstumo» 16 siglos después, un señor de la villa romana de Veranes, cerca de Gijón.

Este aristócrata era el destinatario del mensaje «Bebe y vive muchos años, buen hombre» que alguien le envió, con sus mejores deseos, en el siglo V d.c., y que un equipo de arqueólogos de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) encontró en un vidrio de reducido tamaño al que hasta ahora no se había dado importancia. El hallazgo ha sido publicado en la revista Journal of Glass Studies.

Según explica la UAM en un comunicado, el pequeño vidrio, en cuya importancia no se había reparado hasta ahora, ha resultado ser el fragmento de una botella que contenía un mensaje hedonista, destinado a la aristocracia de hace 1.600 años.

La pieza fue localizada en la villa romana de Veranes (Gijón), excavada desde 1997 por Carmen Fernández Ochoa, catedrática emérita de Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), y Fernando Gil Sendino, de la Fundación UAM.

El vidrio, destinado al propietario de la villa, acaba de ser datado y puesto en valor gracias al análisis realizado por el profesor de Arqueología de la UAM, Javier Salido Domínguez, y por la arqueóloga Belén Madariaga, miembros del Equipo Arqueológico Veranes.

Los autores demuestran que quien grabó dicha botella pretendía enviar al señor de Veranes “un deseo hedonista de deleite y disfrute de la vida”. Y esta conclusión es fruto del mensaje escrito en su cuerpo: “Bebe y vive muchos años, buen hombre”.

Según el trabajo, hasta la fecha no se había documentado una inscripción que reuniese en una sola pieza grabada las siguientes tres expresiones de buen deseo: dos en latín (Mvltis Annis; Homo Bone) y una tercera en griego (Pie Zeses), que están perfectamente constatadas de manera separada en recipientes vítreos similares. Y eso les permite pensar que han dado con el mensaje que un día llevó grabado la botella.

Buena muestra de la excepcionalidad de la pieza, aseguran los autores, es “la escasez de piezas de este tipo halladas en territorio de la antigua Hispania. Además, las laboriosas técnicas de trabajo convertían estos recipientes en objetos únicos y en ocasiones personalizados, lo que los distinguen de otras producciones seriadas como los contenedores soplados en molde, lo que hace de ellos objetos raros y exclusivos solo accesibles a una elite económica y social”.

Según los investigadores, el vidrio procede de una unidad estratigráfica que contiene materiales fechados en el siglo V d. C. (varios ejemplares de terra sigillata hispánica tardía y una moneda datada en el año 383 d. C.). Se trata, explica Javier Salido Domínguez, de un fragmento en vidrio incoloro, de 4 cm de alto por 3 cm de ancho y un grosor de pared de 0,33 a 0,125 cm, sin impurezas, pero con presencia de algunas pequeñas burbujas. Este análisis se ha podido realizar gracias al SECYR (Servicio de Conservación, Restauración y Estudios Científicos del Patrimonio Arqueológico) de la UAM.

«Corresponde a una pieza soplada al aire libre y la cualidad que la distingue es precisamente la inscripción grabada que recorre horizontalmente su superficie. Tanto el perfil del fragmento, como la disposición de la inscripción y las líneas que la delimitan, inducen a pensar que correspondería a la parte superior de una botella de cuerpo globular», agrega el profesor de la UAM.

Estas piezas se fabricaban mediante soplado con caña al aire para definir el cuerpo y mediante el modelado del cuello y del borde, mientras el vidrio permanecía aún maleable. Por otro lado, la procedencia del vidrio, hallado en el interior de la logia abierta al sur, permite pensar en un uso doméstico, quizá como servicio de mesa o para la conservación de productos cosméticos, como se ha documentado en piezas similares. Sin embargo, su excepcionalidad, la riqueza de su grabado y el alto valor de su producción hace inclinar la balanza hacia el convencimiento de que se trata de un presente realizado al propietario de la villa o hacienda romana.