Agencia Espacial Europea

Las enanas marrones esconden mucho potencial

Una enana marrón captada por el telescopio del Teide en 1998
Una enana marrón captada por el telescopio del Teide en 1998larazon

Las enanas marrones tienen todo el potencial para albergar planetas rocosos como la Tierra en zona de habitabilidad, ha dicho la investigadora María Rosa Zapatero, quien formaba parte del equipo de científicos que en 1995 descubrió el primero de estos objetos estelares, informa Efe.

María Rosa Zapatero, que actualmente trabaja en el Centro de Astrobiología y que hoy ha vuelto al Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) donde investigaba en 1995, ha participado en la Semana Europea de la Astronomía y las Ciencias del Espacio Ewass 2015, ha informado en un comunicado este organismo.

Las enanas marrones tienen entre 13 y 75 veces la masa de Júpiter, que es el mayor planeta del sistema solar, y su interior está tan frío que nunca llegan a tener la temperatura suficiente para iniciar la fusión nuclear del hidrógeno, que es la fuente de energía de las estrellas como el Sol.

En consecuencia, las enanas marrones, al igual que los planetas, son objetos que se enfrían con el tiempo, y sus propiedades físicas y químicas se asemejan más a las de los planetas que a las de las estrellas, según el comunicado.

La investigadora del Centro de Astrobiología ha dicho que la habitabilidad de un objeto celeste es un concepto que requiere mucho estudio por parte de diversas disciplinas.

Ha comentado que hay planetas gigantes detectados alrededor de enanas marrones y se sabe también que las enanas marrones son capaces de albergar discos protoplanetarios donde se forman planetas como la Tierra.

También se ha referido María Rosa Zapatero a las dificultades que hay para estudiar las enanas marrones, y ha señalado que el hecho de que sean cuerpos intrínsecamente fríos y de muy poco brillo les hace tener una luz muy tenue por naturaleza.

Para su caracterización se requieren telescopios de gran diámetro y una instrumentación que opere a determinadas longitudes de onda en el infrarrojo.

El proceso de formación de las enanas marrones no se conoce bien y podrían originarse por el colapso y fragmentación de nubes moleculares, en un proceso parecido por el que se forman las estrellas, o podrían nacer en discos alrededor de estrellas, según el comunicado.

Las enanas marrones, al igual que los planetas aislados, inician su andadura con temperaturas relativamente calientes y tamaños unas cuantas veces superiores a Júpiter.

Con el tiempo se enfrían y se encogen por el efecto de su gravedad, y al final se convierten en cuerpos con un brillo muy apagado, temperaturas ligeramente superiores a la de Júpiter y un volumen similar al de este planeta.

EFE