Agencia Espacial Europea
Más luz sobre las lunas de los anillos de Saturno
Los datos de las órbitas finales de la sonda Cassini aclaran algunas dudas sobre las propiedades de cinco pequeñas lunas ubicadas en los anillos de este planeta
Los datos de las órbitas finales de la sonda Cassini, que se desintegró en septiembre de 2017 tras 20 años de travesía por el espacio, han arrojado luz sobre las propiedades de cinco pequeñas lunas ubicadas en los anillos de Saturno, según publica la revista «Science» y recoge Efe.
Entre diciembre de 2016 y abril de 2017, Cassini realizó seis sobrevuelos de las lunas Atlas, Dafne, Pan, Pandora y Epitemeo para recopilar datos de su composición, morfología, estructura y entorno de partículas.
Si bien Saturno tiene más de 60 satélites, los cinco mencionados forman parte de un conjunto de lunas pequeñas que están incrustadas dentro de su sistema principal de anillos e interactúan con él.
Los datos recopilados por Cassini muestran que en esas cinco pequeñas lunas no hay otros elementos volátiles distintos del hielo y que su geología es compleja e incluye la formación de surcos.
Además, Cassini ha permitido descubrir que la posición de cada luna con respecto a los anillos de Saturno determina su color, siendo Pan la más roja, por contaminación del rojo de los anillos principales, y Epitemeo la más azul.
Los expertos que han analizado los datos sostienen, por otro lado, que las bajas densidades de estas pequeñas lunas respaldan un escenario de formación en múltiples etapas que involucra la acumulación de material de los anillos.
Sigue sin estar claro para la comunidad científica si los anillos de Saturno se formaron a partir de la ruptura de una luna interior o, por el contrario, fue la consolidación de material de los anillos existentes lo que dio origen a las lunas.
La sonda Cassini, un proyecto conjunto de la estadounidense NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la italiana (ASI), fue lanzada al espacio en octubre de 1997 y estuvo dos décadas investigando Saturno, sus anillos y su campo magnético, especialmente desde 2004, año en que llegó a sus inmediaciones.
También se fijó en la superficie de Titán, una de las principales lunas del inmenso planeta, y de los satélites helados presentes en la zona.
Los hallazgos de Cassini fueron mucho más allá de lo esperado con su descubrimiento, entre otras cosas, de cuatro nuevos anillos, numerosos satélites y, sobre todo, la posible habitabilidad de las lunas Encélado y Titán.
Ante el inevitable consumo del combustible de la nave, los directores del proyecto valoraron las distintas opciones con las que poner fin a la misión: dejar a la sonda orbitando alrededor de Saturno o buscar la manera de destruirla.
Finalmente, se optó por esta segunda posibilidad por dos motivos: por un lado, para evitar que una posible colisión de la sonda con una de las lunas pudiera contaminar futuras investigaciones y, por el otro, para permitir que Cassini realizara un último servicio a la investigación espacial.
Así, en septiembre de 2017, Cassini se dejó caer en dirección a la atmósfera de Saturno para conseguir las últimas observaciones de su misión y después se desintegró convirtiéndose en un fulgurante meteorito. EFE
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