Agencia Espacial Europea
Una información contradictoria hizo que el módulo Schiaparelli se estrellara
La ESA concluye su investigación sobre la misión en Marte y admite que debía verificado antes algunas mediciones
Dos informaciones contradictorias e imposibles de cumplir a la vez en el ordenador de a bordo precipitaron contra la superficie de Marte al módulo Schiaparelli de ExoMars, frustrando así en parte una de las misiones más esperanzadoras de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Este conflicto de datos explica por sí solo que la secuencia de descenso de la nave acabara prematuramente durante las maniobras de aterrizaje en el planeta rojo, el pasado mes de octubre, según las conclusiones definitivas de la investigación realizada por la propia ESA.
Las maniobras realizadas durante los días previos no habían augurado este final. El módulo demostrador de entrada, descenso y aterrizaje Schiaparelli se separó del TGO (Orbitador para el estudio de Gases Traza) el 16 de octubre, según lo planeado, iniciando un viaje de tres días hacia Marte. Tres días después, la mayor parte del descenso de seis minutos se desarrolló según lo previsto: el módulo entró correctamente en la atmósfera, mientras el escudo térmico lo protegía en su bajada a velocidades supersónicas. A su vez, los sensores de los escudos delantero y trasero recopilaban valiosos datos científicos y técnicos sobre la atmósfera y escudo térmico.
Unos tres minutos después de la entrada en la atmósfera, el paracaídas se desplegó, pero el módulo experimentó unas velocidades de rotación inesperadamente altas. Esto causó una breve ‘saturación’ —es decir, se superó el intervalo de medición esperado — en la Unidad de Medición de Inercia, que medía la velocidad de rotación del módulo, según detalla la ESA.
Esta saturación provocó un grave error en el cálculo de orientación por parte del software del sistema de guiado, navegación y control.
“La combinación de este cálculo de orientación incorrecto con las posteriores mediciones del radar hizo que el ordenador estimara que el módulo se encontraba por debajo del nivel del suelo”, explican los técnicos, lo que desencadenó el despliegue prematuro del paracaídas y del escudo trasero, el encendido de los propulsores durante tan solo 3 segundos en lugar de 30, y la activación del sistema sobre el terreno, como si Schiaparelli ya hubiera aterrizado.
En realidad, el módulo permaneció en caída libre desde una altitud de unos 3,7 km, lo que resulta en una velocidad de impacto de unos 540 km/h.
El informe de la Comisión de Investigación de Schiaparelli indica que el módulo estuvo a punto de aterrizar con éxito en el lugar previsto y que se logró una parte muy importante de los objetivos de demostración. Los resultados de vuelo revelaron la necesidad de actualizaciones de software y ayudarán a mejorar los modelos informáticos de comportamiento del paracaídas.
“La retransmisión de datos en tiempo real durante el descenso fue crucial para lograr este análisis detallado del final de Schiaparelli”, señala David Parker, director de Vuelos Tripulados y Exploración Robótica de la ESA.
“Es evidente que había que haber estudiado con más profundidad ciertas áreas durante la preparación, la validación y la verificación del sistema de entrada, descenso y aterrizaje”, admite.
“Todo lo que hemos aprendido nos servirá para seguir preparando la misión ExoMars 2020, que incluirá un robot explorador y una plataforma de superficie. Aterrizar en Marte es un todo un desafío, pero un desafío que debemos superar para poder cumplir nuestros objetivos finales”, concluye.
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