Opinión

Comer y alimentarse

Además de la subida de precios y la escasez de algunos productos, se está experimentando con carnes de laboratorio hechas a partir de células madre procedentes de un animal vivo

Una hamburguesa realizada con carne artificial por Mosa Meat, la empresa holandesa que pretende comercializar en un futuro carne a partir de células cultivadas en un laboratorio
Una hamburguesa realizada con carne artificial por Mosa Meat, la empresa holandesa que pretende comercializar en un futuro carne a partir de células cultivadas en un laboratoriolarazonAgencia EFE

Cada día está más difícil lo de comer y alimentarse bien. En primer lugar por los precios, que no sabemos cuándo van a parar de subir; luego, por la escasez de algunos productos, por ejemplo ciertos pescados, porque el oficio de marinero y pescador cada vez está más falto de personal y así, algunas especies son difíciles de encontrar en los mercados saturados de peces de granja, de piscifactorías que imprimen a los peces una falta de sabor y de textura a la que no estábamos acostumbrados, sobre todo quienes disfrutamos incluso con un minúsculo y modesto jurelito, una parrocha o una pequeña pijota tanto como con una hermosa merluza de Burela, un besugo de Donostia, una urta del Estrecho o un dentón de Baleares.

No sé si se nota la pasión por el producto del mar de la que suscribe estas líneas. Hay quienes prefieren o simultanean sus gustos a partes iguales con la carnes de buey, de ternera, de cordero, de pollo o de cualquier animal que pisa tierra firme, siendo que, cuanta más variedad le demos a nuestro paladar, más será el disfrute gastronómico, aunque nuestras preferencias tiren hacia un lado o hacia el otro.

Lo que ocurre es que la crianza de ganado no es ecológica. Al parecer, infringe la ley de protección animal y produce daños en la capa de ozono; por ello se está experimentando con carnes de laboratorio, es decir, carne hecha a partir de células creadas en biorreactores, carne de cultivo a partir de células madre procedentes de un animal vivo o de un banco de células almacenadas. Dicho así creo que despierta un poco de repugnancia pero no dudemos que en ello está el futuro, aunque me temo que algunos no lo veremos y, si es así, nos dará cierto reparo el probarlo.

Seguramente tendrá muchas ventajas y llegará al plato libre de colesterol, ácido úrico y otros elementos que dañan nuestra salud, siendo además que se trata de un producto sintético que gozará de todas las garantías de higiene, se le dotará de un sabor excelente y de una textura perfecta y se cocinará en los fogones como si se tratara de un solomillo –pongamos por caso-, tradicional, sonrosado y jugoso. Menos mal que para que eso suceda tendrán que pasar todavía algunos añitos.