Televisión

El Don Quijote de la animación

Un libro homenajea a Cruz Delgado, uno de los pioneros del género

Fotograma de «Don Quijote de la Mancha», que emitió TVE
Fotograma de «Don Quijote de la Mancha», que emitió TVElarazon

«Blancanieves y los siete enanitos» y «Pinocho» desperezaron su vocación y posteriormente le fue dando forma no sin dificultades. España en los años 40 y 50 era un erial para los que querían dedicarse a la animación, pero Cruz Delgado no pensaba cejar en su empeño. Así se explica en el libro «De Don Quijote a los trotamundos», (Diábolo Ediciones). Mientras se iba consolidado como dibujante de historietas cómicas se convirtió en un sosias del niño protagonista de «Cinema Paradiso». No sin cierta habilidad –se ríe con la comparación–, iba a las cabinas de cine para comprar rollos de película y cogía los recortes de fotogramas que los proyeccionistas tiraban. «Adoraba lo que hacía Disney, todavía hoy es difícil competir con ellos. No por la calidad de las historias sino por los medios con los que cuentan», dice Cruz Delgado al otro lado del teléfono. Le interesaba la atmósfera, el colorido de los dibujos..., aunque fuese a cachitos.

Curioso e inquieto, después de trabajar para los estudios Moro –responsables de «La familia Telerín», «La Ruperta» y «El negrito de Cola Cao, entre otros–, se fue dos años a Bélgica, para trabajar en los estudios Belvisión y en las revistas «Spirou», «Junior» y «Tintin». En el 63 volvió con las pilas puestas y fundó su propia productora para hacer películas y series de animación. Televisión Española había nacido en 1956 y 12 años después comenzaron su fructífera colaboración con «Molécula», la primera serie de animación en España de 13 episodios y en blanco y negro muy a su pesar. «Tenía que haberla hecho en color, pero el negativo era muy caro y el presupuesto se encarecía. Tuvimos que pintar los fondos en blanco, negro y gris», afirma.

Trabajo artesanal

Para Cruz Delgado en cualquier proyecto es fundamental la historia, los personajes y algo que ahora ya está un poco fuera de uso: el «storyboard» o guión gráfico porque «es el pilar. En él puedes probar los movimientos de cámara, las perspectivas, definir la gestualidad de los personajes. Era un trabajo muy artesanal», comenta con cariño. Y, aunque no reniega de los nuevos dibujos realizados con la técnica 3D –cree que se han hecho muy buenas cintas como «El gigante de hierro»–, aunque a muchas de ellas les falta «alma». «Lo digo desde mi modesta opinión, aunque las imágenes por ordenador pueden ser técnicamente perfectas, falta ese alma que procura dibujar los personajes con lápiz porque el que lo hace está trasladando un sentimiento», explica.

Aunque muchos cuarentones de ahora no lo sepan, colaboró con José Ramón Sánchez en «El desván de la fantasía». Sin embargo, el trabajo que marcó su trayectoria fue «Don Quijote de la Mancha»: una serie de 39 episodios en la que invirtió tres años de su vida y de su talento, aunque no puede dejar de admitir que «fue una locura maravillosa porque todo se hacía a mano. Además contamos con la voz de Fernando Fernán Gómez para Don Quijote, Antonio Ferrandis se encargaba de Sancho Panza y Rafael de Penagos era Cervantes. Es la única adaptación compleja de ‘‘El Quijote’’». Su éxito no se quedó en un evento de la animación tradicional. Gustó tanto también en el extranjero que, según recoge la prensa de la época, se convirtió en un fenómeno en China, con 150 millones de espectadores.

Ahora, Cruz Delgado mira para atrás con un poquito de nostalgia por algunas cosas que se dejó por hacer como, por ejemplo, la adaptación de «El lazarillo de Tormes» sin disimular su admiración por los clásicos.