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María José Bosch: «El presidente de EE UU no podría ser "single"»

María José Bosch: «El presidente de EE UU no podría ser "single"»
María José Bosch: «El presidente de EE UU no podría ser "single"»larazon

Con 20 años de oficio frente a un micrófono, la periodista nos cuenta cómo es la vida sin pareja en «Yo soy "single", y qué?»

Radio, prensa, televisión y literatura. Son las piedras angulares de esta mujer con más de 20 años de oficio frente a un micrófono y dos antenas de plata en su haber. Sus EGM han sido de escándalo y durante años se la ha considerado la «reina radiofónica de la noche» en un pulso directo con el espacio «Hablar por hablar». En su andadura vital llegaría la incursión en la televisión, las acciones solidarias y tres volúmenes de tinta en el mercado editorial. Hoy, con todo ese acervo profesional, dirige la revista de alta gama «CvB», se ha reencontrado con su casa de siempre, la COPE, y es socia fundacional del sello «Los libros del Olivo». «¡Visto así, parezco "workaholica"!» –dice con humildad– pero son muchos años de trabajo. Con un poco de disciplina, da tiempo a hacer muchas cosas», matiza la autora del libro «Yo soy single, ¿y qué?» (Ed. Edad), que está arrasando en el mercado editorial con una edición tras otra. Tan humilde como profesional, esta bellísima periodista acepta nuestro «tercer grado».

-«Yo soy "single", ¿y qué?»... ¿Aceptación, declaración de intenciones o un «te lo digo para que no me lo cuentes»?

-Una aclaración en toda regla (risas). Aunque, en realidad, es una ingenua provocación.

-¿Es un canto a la vida impar, en contra de la pareja y el matrimonio?

-¡En absoluto! Es un texto que se pasea, fundamentalmente, por el amor. Analiza la vida en singular pero, básicamente, se propone «sanar esas cosas del querer» que impiden disfrutar de relaciones saludables y plenas.

-¿Cuántos tipos de «singles» ha llegado a computar?

-Hay un buen manojo de ellos, pero los que considero más importante son: los que «viven» solos y los que se «sienten»solos. Todos son «singles», pero con matices.

-En el fondo, todo soltero, impar, "single"... ¿Aspira a ser un LP?

-Pocos se plantean sine die la vida en singular. La mayoría desea encontrar pareja y ahí aparece el «mercado single» con sus pingües beneficios.

-Luego, ¿resultan un nicho de mercado que mueve mucho dinero?

-¡Una barbaridad! Desde comida en monodosis hasta el nuevo concepto de turismo. ¡Lo nones son una bicoca para la economía!

-La tía Tula fue «single», George Clooney lo es, y Carrie Bradshaw, también. Incluso Javier Marías. ¿Qué tienen en común, que no se lo encuentro?

-No me extraña (risas). No se esfuerce, sólo les une su vida en singular y, a cada uno de ellos, por motivos diferentes.

-¿Se puede ser empresario, político, o «ente mediático» siendo «single»?

-El político resultará altamente sospechoso, el empresario dependerá de su rol y al «ente mediático» se le consentirán extravagancias. Pero, por poder, ¡claro que se puede!

-¿Qué hubiera sido de Kennedy u Obama sin sus consortes?

-No imagino la Casa Blanca sin una primera dama, como durante lustros ha ocurrido en Rusia. Definitivamente, el presidente de EE UU no podría ser «single».

-En Atapuerca no creo que hubiera muchos «singles», ¿ve el fenómeno como un motivo de evolución o de involución socio-emocional?

-La base fundamental de la sociedad es la familia, eso es incuestionable. Si usted me obliga a tomar como referencia cualquier yacimiento paleoantropológico, los impares podrían ser una involución socio-emocional.

-Antes de caminar por la cuerda floja de los «singles», danzó con las emociones. Si bailamos al son que nos dictan, ¿por qué sabemos tan poco de ellas?

-Quizá por falta de interés, lo que resulta una lástima, porque nos relacionamos con el mundo a través de nuestras emociones. Sin una buena gestión de ellas no existe posibilidad alguna de disfrutar de una vida plena.

-¿Qué «emoción» pudo haberse cortocircuitado en los padres de la pequeña Asunta?

-¡Uff! Si hablamos de emociones en ese doloroso caso... ¿Quizá una perversa interacción entre celos y envidias?

-¿Por qué no se nos entrena para la inteligencia emocional?

-Sería razonable, ¿verdad? La familia y la escuela se desvelan por nuestra formación académica, pero descuidan nuestra instrucción emocional. Un grave error.

-Cuando ve a un personaje público, ¿le detecta «la cojera» emocional que padece?

-A veces. En ocasiones, no imagina lo divertido que es saber las decisiones que toman en función de sus deficiencias.

-Vinculada a la radio desde 1991, con altos índices en el EGM y dos antenas de plata en su haber, ¿qué programa se le ha quedado en el tintero y quiere abordar próximamente?

-No me importa tanto el «qué» sino el «cómo». Lo mío es pasión por contar. Puro amor por la radio bien hecha.

-Como todo se sabe, ¿qué «se trae entre manos» con la COPE?

-«GastroCOPE», que es un espacio muy sugerente dedicado a las excelencias gastronómicas de la Comunidad de Madrid.

-¿Contenta de regresar a su «casa madre»?

-La COPE es el lugar donde he crecido y disfrutado de grandes momentos. Reencontrarme con los compañeros y la audiencia de siempre está suponiendo una experiencia agradabilísima.

-¿Qué personaje no ha podido someter a un «tercer grado» en las ondas?

-A Felipe González, por poner sólo un ejemplo.

-¿Y el que mejor gusto le ha dejado en el cielo del paladar?

-Han sido tantos... Este oficio de preguntar propicia el encuentro con seres extraordinarios; no podría mencionar sólo a uno.

-El Papa Francisco está cambiando la Iglesia. ¿Qué emoción le despierta?

-¡La más balsámica! Sin cuestionar ningún pontificado, él nos hace viajar a lo esencial: la infinita misericordia, el inmenso amor de Cristo.

-Y, ¿a España, cómo la ve? ¿Por fin va decayendo la «grisura» y se avecina algo de color?

-Considero prudente aclarar que padezco de optimismo patológico, pero sí, creo que la España en blanco y negro –que tanto recuerda a otros tiempos– comienza a tornarse de colores.

-¿Qué hace cuando no escribe sobre impares, ni emociones, ni tiene un micrófono entre manos?

-Una tarde de mantita y cine en blanco y negro. También desayunar en la cama rodeada de periódicos y revistas con mucho, mucho tiempo para holgazanear... Y el teléfono cerca, por si mi gente querida me requiere, además de un buen libro.