Nueva York
Quince años de éxito
Había mujeres que se miraban en el espejo de las protagonistas de «Sexo en Nueva York» con el fin de «tunear» sus alicaídas vidas y otras para hacer justo lo contrario: huir de estos estereotipos de frivolidad –aunque hubo capítulos con trastienda emocional, como en los que se mostraba el proceso médico de Samantha, que sufría un cáncer de mama– y levedad que representaban Carrie, Miranda, Charlotte y Samantha. Lo que sí lograron durante seis temporadas, desde 1998 hasta 2004, fue no dejar indiferentes a millones de espectadores. Ahora, que se cumple el décimo quinto aniversario del inicio de «Sexo en Nueva York», Cosmopolitan lo celebra emitiendo la serie al completo. De lunes a viernes se ofrecerán cinco episodios a las 19:15 horas.
Fenómeno social
El éxito de la serie –que, guste o no, se convirtió en un fenómeno social– es que se centraba en un grupo de cuatro amigas con un alto nivel de vida y un ocio que se repartía entre los cosmopolitan que consumían en los restaurantes y bares más chic de Nueva York, sus múltiples romances y encuentros sexuales, y también en sus momentos de fragilidad e inseguridad ante una independencia que a veces los sobrepasaba.
«La historia nos acerca a un grupo de mujeres que forman algo como un nuevo concepto de familia. Se apoyan las unas a las otras en todas las circunstancias, explicó una de las protagonistas, Kim Cattrall.
Con el paso de los años, Cynthia Nixon –que encarnaba a Miranda, la abogada– no ha sido tan generosa con la producción. A finales de mayo afirmó en el diario «The New York Times» que si pudiese cambiar su papel en «Sexo en Nueva York» no lo dudaría. Su reflexión es demoledora: «Fomentaba ideas absurdas y vacías sobre qué es el amor y la relación del mismo con el dinero e inducía a un consumismo sin control y sin consciencia de las posibilidades económicas de cada mujer».
El inicio de la serie no fue tan idílico como lo que vendría después. La estrella, la estomagante Sarah Jessica Parker, no aceptó su papel hasta que la productora accedió a incluir una cláusula en su contrato: ella, a diferencia de sus compañeras, no iba a desnudarse completamente. De eso ya se ocuparía la desinhibida Kim Cattrall, que rechazó dos veces el papel, hasta que la convencieron para que filmase al menos el capítulo piloto.
Uno de los momentos más críticos de la producción –y evidentemente para todos los estadounidenses– fue el atentado de las Torres Gemelas en 2001. Puesto que en «Sexo en Nueva York» la ciudad era una protagonista más y el World Trade Center aparecía en los títulos de crédito como uno de los emblemas de la serie, se decidió cambiarlos, así como el logo principal, que lo ocuparía el Empire State.
El poder de Parker era tan grande –inmediatamente se convirtió en el alma de la ficción– que, cuando se quedó embarazada de su primer hijo, la quinta temporada sólo tuvo cinco capítulos, cuando lo normal es que fuesen dieciocho.
Desde «Sexo en Nueva York», ninguna de sus protagonistas se han visto en otra igual. Sus últimas películas, «La joya de la familia», «Novia por contrato» y «Tentación en Manhattan», no son como para tirar cohetes, aunque sí se ha convertido en una referencia estética para muchas mujeres y ella lo ha sabido aprovechar siendo imagen de sus propias fragancias, además de diseñar ropa.
Cynthia Nixon es más noticia por su activismo político en la defensa de los derechos de los homosexuales –en 2012 se casó con su novia, Christine Marinoni– que por su actividad profesional. Kristin Davis ha desaparecido del mapa y Kim Cattrall es la más activa, interpretando distintas obras en Broadway y está a punto de estrenar la serie «Sensitive Skin». Lo dicho, la serie marcó una época también para ellas.
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